La historia de la #mujerdepalencia no es culpa de una becaria

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Búsqueda en Twitter por el hashtag #mujerdepalencia que arroja más de 8.000 resultados

El amor hacia una hermana y la preocupación por su salud se demuestran con hechos, y son conocidos por todos los vecinos de la ciudad a través del periódico local. El Norte de Castilla –diario decano de la prensa española-, en su edición de Palencia, se hizo eco de la angustia que por momentos asaltó a una mujer, cuyas infructuosas llamadas telefónicas al domicilio de su hermana le hicieron pedir ayuda a los servicios de emergencias, ante la posibilidad de que su ser querido estuviese en apuros. Afortunadamente la cosa quedó en un mareo pasajero, y así se lo hizo saber la previsora mujer a los responsables del 112 en cuanto tuvo conocimiento del asunto. ¿Fin de la historia? No.

Publicada la información en un breve de la edición en papel del citado periódico, y más tarde volcada a la web, inmediatamente se convirtió en lo más comentado en el Twitter patrio. La noticia no sería candidata al Pulitzer, y está más que justificado un poco de cachondeo porque en verano todo invita a tomarse las cosas con un poco de alegría. Para dramas ya tenemos la economía y nuestra prima de riesgo, que es más pesada que la del pueblo. El mareo de la #mujerdepalencia, su salto a la fama local a través del diario, y su definitivo estrellato gracias a la red social de micromensajes, ha servido para que muchos hayamos esbozado una sonrisa en medio de otros miles de tuits en los que la gente sólo se atiza con la actualidad política del día.

La historia tuvo final feliz para las hermanas palentinas, mientras miles de personas hacían un poco de sangre con la relevancia de la noticia. No es la primera vez que pasa, y está bien que ocurra. Le sirve a la profesión periodística para sentirse un poco más controlada. Son tiempos en que la gente lee, opina y comparte la noticia con su comunidad (más de 3.000 envíos a Twitter), para, con toda probabilidad, hacer del texto uno de los más leídos en la historia del periódico. Incluso alguien ha creado un perfil en Twitter, fingiendo ser la afectada, para dar buena cuenta en tono de humor sobre sus nuevas andanzas. En Facebook, el grupo Señoras de Palencia que se marean, ya va por los 900 miembros.

Lo peor de todo, y es una lástima que haya tenido que haber una sombra en esta amable historia, ha sido la explicación que un columnista del periódico afectado, a la sazón responsable de la sección de Culturas, ha dado para justificar la publicación de la noticia. José María Cillero, en las primeras líneas de un post escrito para la ocasión, esgrime como causas probables del salto a la fama de la mujer palentina “el celo de una periodista en prácticas en El Norte de Castilla dispuesta a dar hasta la última gota de la tinta de su Bic por el encargo de su redactor-jefe”, además de “el recién llegado. Ese amigo nuevo. El maldito Twitter, que le llama Joaquín Sabina”. Para Cillero, también tiene parte de culpa la canícula, un momento del año propicio para que esta pequeña anécdota le pueda pasar a cualquiera. Sólo hay que mirar al pobre David Bisbal, que cada vez que dice algo en Twitter, sube el pan.

No se preocupe nadie. Coger berrinches, preocupaciones y convocar al gabinete de crisis por un motivo tan absurdo sólo demuestra que hace falta alguien que asesore con un poco de criterio sobre el funcionamiento, usos y manías de una nueva web que no entiende de la actualidad informativa que quieren marcar los medios tradicionales. Los usuarios pueden convertir en noticia de portada en la red nacional lo que para el director de un medio cualquiera sólo es un breve, y además pueden hacerlo desde la perspectiva crítica sobre si la información precisaba tanto espacio. Es algo divertido, en serio, que no merece dos líneas echándole la culpa a una periodista en prácticas, porque además no es verdad. Si fuese así, lo preocupante sería que nadie se lea el periódico antes de enviarlo a las máquinas, no que la becaria haya rellenado el hueco que le tocó en suerte con el único suceso digno de mención ocurrido en la ciudad ese día.

5 Comments
  1. Jonatan says

    A ver si se agiornan los del Norte de Castilla. Con Delibes, no habría pasado.

  2. celine says

    En el Museo del Ejército hay (o había) una sección dedicada a la mujer palentina, homenaje a su bravura y sentido común, fundamentales cuando la invasión napoleónica. O sea que menos guasa, ¿eh?

  3. Leopoldo says

    Pues hay que tener muchas pelotas para insinuar que ha sido cosa de una becaria y querer zanjar el asunto. Además de muy típico y bochornoso porque si se forma parte de una redacción es cosa de todos y ya está. Lo de señalar siempre ha estado muy feo Cillero.

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