El iPad está moldeando la informática a su imagen y semejanza

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El fallecido Steve Jobs, durante la presentación del iPad en San Francisco (EEUU), en enero de 2010. / Matt Buchanan (Wikimedia)

Quizá sea una de las últimas herencias que deje Steve Jobs: sus iPad están revolucionando la informática. Lo primero que consiguió Apple con su aparición fue provocar que los demás les siguieran. En el año y medio que ha pasado desde que sacó al mercado el primer iPad, han aparecido otros 100 modelos de una veintena de fabricantes. Las tabletas están tirando de las ventas en tiempos de crisis y, para 2015, supondrán el 60% de todo el mercado de ordenadores. Pero no se trata sólo de cifras. Con la tecnología táctil, los humanos están descubriendo una forma más natural de usar las máquinas y, una vez abierta esa puerta, las tabletas provocarán cambios en la forma y el fondo del resto de dispositivos electrónicos. Como en todo cambio violento, habrá quienes pierdan su estatus.

Los primeros en perderlo están siendo el teclado y el ratón. El primero es una herencia de las viejas máquinas de escribir y desde que Douglas Engelbart, del Stanford Research Institute, creara el primer prototipo de ratón en 1963, ambos se convirtieron en los interfaces ideales entre ordenadores y hombres. Sin embargo, la tecnología táctil que caracteriza a las tabletas (y por extensión a los móviles avanzados) los está haciendo innecesarios. Pulsar es más natural, más humano, que teclear o hacer clic. Este aparentemente pequeño detalle sirve como base a la consultora Gartner para dibujar un futuro de la informática hecho a la imagen de las características actuales y posibilidades futuras de las tabletas.

Según su informe, lo primero que van a hacer las tabletas es fagocitar a buena parte de los ordenadores actuales y los que aguanten el tipo se parecerán mucho a ellas. Este mismo año, las tabletas han superado en ventas a los netbooks y están amargando el estreno de los ultrabooks (pequeños portátiles pero con grandes prestaciones). Los expertos sostienen que el siguiente de la lista serán los portátiles. Por su propia naturaleza, los ordenadores de sobremesa o las televisiones conectadas, no están pensados para ser movidos, no compiten con las tabletas, pero no podrán resistirse a su influjo y las imitaran. Las teles y los ordenadores tendrán diseños más compactos, con todo integrado, y empiezan a ser táctiles.

Esta tendencia a lo táctil puede poner en apuros el reducto donde Microsoft sigue siendo el rey. Perdidos el tren de los móviles y las tabletas, la compañía puede encontrarse con nuevos actores que le arrebaten su hegemonía en los sistemas operativos de ordenadores personales y los portátiles. Confía en su nuevo sistema operativo, Windows 8, que llevará la tecnología táctil integrada, para mantenerse. Sería toda una ironía que la empresa que inventó el concepto del Tablet PC en 2001, acabe siendo destronada por las herederas de aquél.

Las tabletas también van camino de convertirse en navajas suizas de la tecnología. Pocos apuestan por el futuro de los lectores de libros electrónicos especializados. Sólo el Kindle, apoyado en su tienda madre, Amazon, podrá resistir a la creciente moda de leer en una tableta. La alianza fáctica entre móviles avanzados, iPad, Google Maps o Nokia Maps está dejando sin negocio a los tradicionales vendedores de sistemas de navegación, como TomTom o Garmin. La primera, por ejemplo, vio como se reducían sus ventas un 23% enlos últimos meses. Pero las cámaras fotográficas (salvo las de alta gama), reproductores mp3... pueden seguir el mismo camino hacia la obsolescencia.

Además, según Gartner, el aluvión de nuevas aplicaciones que están surgiendo para las tabletas y los teléfonos avanzados, harán que se les descubran nuevas posibilidades. En interiores, se convertirán en una especie de control central para el resto de aparatos electrónicos. Ya se están usando para reproducir videoconferencias, controlarán la televisión, lavadoras, impresoras... En exteriores, prometen aligerarnos de peso. Ya se leen muchos periódicos y libros en ellas, pero lo siguientes pasos serán convertirlas en medios de pago. La tecnología NFC (Comunicación de campo cercano, por sus siglas en inglés) ya se está ensayando para pagar las compras con sólo acercar el aparato a un lector. También se podrá transferir dinero a la cuenta de un vendedor o prestárselo a un amigo con el sistema Mobile Money Transfer. Dicen que además harán las veces de llaves o de identificadores personales.

Gartner acaba su informe iPad and Beyond: What the Future of Computing Holds haciendo más futurología que prospectiva. Sostiene que la nueva forma de interaccionar que han inaugurado las tabletas solo es la primera de una serie que nos pondrá en el futuro mostrado en las películas de ciencia ficción. A la tecnología táctil le seguirán la háptica, que ofrece una retroalimentación sensorial mediante los dedos. Ya hay sistemas, como el de la empresa Senseg que aprovecha los campos eléctricos para dar a los dedos sensación de suavidad o rugosidad cuando tocan la pantalla. También, la comunicación por medio del movimiento corporal, popularizada por la Wii y el Kinect de Microsoft, van en el mismo camino de cambiar la forma en la que hombres y máquinas interactúan.

Al sentido del tacto le acompañará el habla. Ya se usan sistemas de reconocimiento de voz para dar instrucciones o buscar en internet. No queda mucho para que el sistema entienda con fiabilidad el lenguaje natural y las máquina se expresen. Esto, combinado con los sistemas de biosensores se está experimentando en la asistencia a ancianos en el hogar, por ejemplo. También permitirá al ordenador de a bordo del coche detectar el estado de ánimo del conductor. Por medio de algoritmos, las máquinas podrán saber si estamos enfadados y ponernos música relajante o sí el hecho de que estemos en el suelo significa que necesitamos asistencia.  Lo último tiene ya hasta un nombre muy sugerente: informática afectiva. Y no habrá que esperar mucho, Gartner apunta la fecha de 2015 para que todas las promesas del iPad se cumplan.

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