
Con el dinero que ingresa en medio día, Google ha logrado que la prensa francesa se olvide de su pretendido derecho a cobrarle por usar sus noticias. El buscador pagará a los editores galos 60 millones de euros para que abracen la era digital. A cambio, los periódicos dejan olvidado en algún cajón el canon que querían imponerle por enlazar a sus contenidos. Con esa calderilla, Google se asegura un futuro tranquilo, también para los internautas.
"«Señoras, señores, hoy se ha producido un acontecimiento mundial". Con esas palabras, el presidente de la República Francesa, François Hollande, comenzaba ayer su anuncio del acuerdo entre Google y los editores de prensa galos. Flanqueado por el presidente de Google, Eric Schmidt, y la presidenta de la Asociación de la Prensa de Información Política y General (IPG), Nathalie Collin, Hollande aseguraba también que "en la historia de la prensa se recordará que hoy, 1 de febrero, tuvo lugar un evento mundial entre una empresa global, una prensa nacional y un Gobierno..."
El acuerdo es histórico. Tras meses de enfrentamientos, con los editores exigiendo la instauración de un derecho de autor conexo que protegiera sus contenidos y les permitiera exigir compensaciones a quienes los usaran, aunque fuera con un simple enlace, y con un Google que llegó a amagar con desindexar los contenidos de los medios si algo así salía adelante, el dinero ha refrenado los ánimos. El buscador pondrá 60 millones de euros en un fondo para que los periódicos encaren la transición digital. Una comisión independiente, en la que tendrán presencia expertos de Google, decidirá qué proyectos de modernización reciben los fondos. La prensa gala, además, disfrutará de toda la tecnología de las plataformas publicitarias y asesoramiento del buscador en condiciones ventajosas para que aumenten sus ingresos en internet.
También es histórico porque esta primera vez que Google tiene que pagar sienta un precedente. Las asociaciones de editores alemanes e italianos ya habían firmado un pacto de acción conjunta con la IPG. Portugueses y españoles también estaban muy atentos a lo que pasara en Francia.
Pero Hollande exagera con eso del "acontecimiento mundial". No sólo porque ¿qué son 60 millones para una empresa que ingresó 38.000 millones el año pasado? Ni por el hecho de que el fondo durará lo que dure ese dinero. Tampoco debilita el anuncio el detalle de que sólo los grandes medios generalistas, regionales y de internet podrán optar a él, dejando fuera a muchas páginas especializadas que también surten de contenido a Google.
Lo importante del acuerdo es lo que no incluye. Los medios no han conseguido imponer ese derecho conexo ad hoc que buscaban. Si, con el argumento de que Google gana todo aquél dinero a costa del contenido de otros, hubieran logrado imponer una especie de canon por enlazar a sus contenidos, entonces sí que habría sido realmente un acontecimiento mundial, pero para lamentar.
No sólo habrían puesto a Google en una situación complicada, teniendo que atender esos mismos derechos en el resto de países europeos y quien sabe si del mundo. Con los mismos argumentos podrían haber ido mañana a llamar a las puertas de Microsoft o Yahoo y, puede que después, a las de cualquier agregador de contenidos o un simple bloguero. Al final, como pasa con todas las tasas, acabarían pagándolas los internautas, ya fuera en dinero o en escasez de contenidos en los buscadores.
Si 60 millones de euros apenas suponen nada en la cuenta de resultados de Google, contentan a los periódicos y, para los lectores en la red, las cosas siguen como hasta ahora, bien gastados están.