Occidente y los países árabes se quedan con la tierra de los menos desarrollados

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Por número de contratos y cantidad de hectáreas compradas, Estados Unidos son los que más tierras están comprando en el resto del mundo. / landportal.info/landmatrix

Un total de 46,6 millones de hectáreas de los países menos desarrollados (el equivalente al 91% de la superficie de España) han pasado a manos extranjeras desde 2000. La lista de compradores de tierras en África,  América Latina o el sudeste asiático la encabezan inversores de Estados Unidos, el Reino Unido y China. Pero entre los 10 primeros también aparecen naciones  musulmanas como Egipto, Emiratos Árabes Unidos o Arabia Saudí. Los datos han sido recopilados por Land Matrix, un proyecto que se relanza hoy con el objetivo de vigilar de cerca el oscuro mercado de las grandes compras de tierra.

Apoyados en datos abiertos y la colaboración distribuida (crowdsourcing), investigadores de Suiza, Alemania, Francia y la Coalición Internacional para el Acceso a la Tierra (ILC) han abierto al mundo la última versión de Land Matrix. Con información recogida de estudios científicos, registros oficiales, medios de comunicación y aportaciones de particulares, esta iniciativa independiente pretende controlar las grandes compras de tierra, en especial en los países menos desarrollados.

Sus últimos datos, actualizados de forma permanente, muestran que los  inversores de los países occidentales son los principales motores de este negocio. Estados Unidos, con más de ocho millones de hectáreas, es el gran comprador de tierras del planeta. El Reino Unido también aparece entre los que más compran, con algo más de 2 millones de hectáreas. Corea del Sur y China superan la barrera del millón de hectáreas. Pero lo que más llama la atención es que, entre los 10 principales compradores, hay cinco países musulmanes. Todos sufren una alta presión demográfica o escasez de tierras que no sean la arena del desierto.

En el otro lado del cuadro, África concentra la mitad de las adquisiciones, en particular el este del continente. Entre los países que más tierras han vendido a extranjeros están Madagascar, Liberia, Sierra Leona o Etiopía. Los asiáticos Papúa Nueva Guinea e Indonesia aparecen en segundo y tercer lugar de la lista. Pero el primer puesto es para Sudán del Sur. Este país, que obtuvo la independencia de su vecino del norte ni siquiera hace dos años, ya tiene el 6,45% de su territorio en manos extranjeras, con un total de 4 millones de hectáreas.

El caso de Sudán del Sur sirve también para ilustrar mejor quiénes son los compradores. Estados Unidos es el segundo gran comprador de tierras sudanesas. Sin embargo, los primeros son los Emiratos Árabes Unidos que, en un único contrato, se quedaron con 2,2 millones de hectáreas. El país africano también revela la diferente tipología de las potencias compradoras. Mientras Estados Unidos, el Reino Unido y China son actores globales, comprando en América Latina, África y Asia, las  naciones árabes concentran sus compras en sus regiones. Egipto, por ejemplo, se ha hecho con más de un millón de hectáreas entre Sudán y Sudán del Sur.

Entre los 10 principales compradores están grandes potencias, pero también varias naciones árabes y países emergentes.

La base de datos de Land Matrix sólo recoge operaciones que afecten a más de 200 hectáreas que impliquen un cambio de uso de la tierra desde aprovechamientos comunitarios o medioambientales en favor de la producción comercial. En este sentido, la mitad de las tierras compradas están destinadas a la agricultura comercial a gran escala, seguida de la minería, la extracción de madera, el turismo y también la conservación. Dentro de los cultivos, la mitad están pensados para la alimentación y la otra para usos industriales, en especial los biocombustibles.

En un estudio del profesor Jann Lay, del Instituto Alemán de Estudios Globales y de Área (GIGA), presentado también hoy, se puede comprobar que, aunque los grandes inversores privados están a la cabeza de estas compras mundiales, algunos estados, en especial los árabes, también están acaparando tierras. En 421 del total de 756 contratos, el comprador es una empresa privada. Sería el caso de la estadounidesne Siforco, denunciada en varias ocasiones por asociaciones como Greenpeace y que, desde 2012, es la dueña de casi dos millones de hectáreas en la República Democrática del Congo. Entre las compras impulsadas por los estados destacan las realizadas por organismos vinculados al Gobierno chino en varias partes del planeta y Emiratos Árabes Unidos e Indonesia en los países vecinos.

En cuanto a España, no somos un país muy comprador. Con unas 48.000 hectáreas en 11 contratos, la mayoría de esas tierras han sido adquiridas en países de América Latina. Esa cifra apenas supone la milésima parte del total de hectáreas que recoge Land Matrix. Pero, como aclaran sus impulsores, sus datos aunque son ciertos y contrastados puede que sean incompletos. El foco puesto en África, el mayor control mediático al que se ven sometidas algunas inversiones o la falta de fiabilidad de algunos registros oficiales hacen que su base de datos no recoja el alcance real de este fenómeno.

Por eso, sus datos son abiertos, disponibles para todo el mundo. Y, por eso, es un proyecto crowdsourcing, que busca la participación de cualquier persona u organización que sepa de una de estas transacciones que están cambiando la tenencia y uso de enormes extensiones de terreno.

“Los datos del Observatorio Global de Land Matrix revelan la importancia de captar la dinámica de las adquisiciones de tierra a gran escala, que no son fáciles de rastrear”, explica Lay. Ese oscurantismo es el que pretende deshacer este proyecto. Su objetivo no es la denuncia, quieren ser lo más independientes posibles y que sean los datos los que hablen por ellos.

2 Comments
  1. inteligibilidad says

    Intermón Oxfam llevan tiempo luchando contra el acaparamiento de tierras. En su página web tienen mucha información y campañas a favor de los campesinos: http://www.oxfam.org/es/crece/issues/el-acaparamiento-de-tierras

  2. juan gaviota says

    Esto entra de lleno en el modus operandi del sistema; Una vez arrasadas las tierras «propias»y por el bien del neoliberalismo, se aprestan a consumir tierras foráneas ,para que el baile de los malditos no cese, consumir recursos que no tienen repuesto, es el penúltimo escalón en la bajada al infierno consumista.
    El ultimo escalón se bajara cuando lo único que quede por predar ,sea el propio «homo sapiens».
    Si tenéis ocasión ved la película Soylent Green, es muy didáctica.

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