Adictos a Internet: ¿Y si las redes sociales se caen?

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Fotografía: Shutterstock.com

Cuando el pasado lunes, por causas todavía desconocidas, Facebook estuvo caído durante más de ocho horas, muchos usuarios sintieron pánico.

Un fallo de la red social a nivel global dejó a sus más de 1.100 millones de usuarios sin la posibilidad de realizar actualizaciones de estado ni de subir fotografías. Ni siquiera se podía dar al botón de “me gusta”.

La compañía reestableció el servicio sin ofrecer más explicación que una disculpa por las molestias ocasionadas, pero no poder utilizar Facebook durante más de ocho horas, para muchos usuarios, supone una situación crítica que les genera mucho más que una “molestia”.

A nivel profesional, los Community Managers tienen un problema considerable, ya que en sus planificaciones tienen establecidos los mensajes que han de hacer llegar a los miembros de su comunidad en Facebook y ese día no pudieron interactuar con su audiencia. Muchos de ellos aprovecharon otras plataformas sociales, como Twitter, para quejarse por la interrupción del servicio de Facebook.

En realidad no tienen ningún otro sitio al que dirigir sus quejas o solicitar indemnización cuando, por depender de una plataforma externa a la de su compañía, no pueden realizar su trabajo.

Twitter también fue el sitio que utilizaron muchos usuarios de Facebook, molestos por no poder usar el servicio durante horas. Para algunos de ellos, quienes entran a la red social varias veces al día y pasan muchas horas en ella, no poder publicar o dar a “me gusta” puede suponer un problema. ¿Pero y si también falla Twitter? ¿Y si ocurre como pasó dos días después, cuando LinkedIn estuvo también varias horas fuera de servicio?

El número de personas que se consideran “adictas” a Facebook y a las redes sociales es cada vez mayor. Según un equipo de investigadores de la Universidad Humboldt de Berlín (Alemania), son las personas con la autoestima más baja aquellas que más dependen de las redes sociales. Buscan en ellas el reconocimiento de los demás, y suelen ser personas que se dedican a coleccionar amigos y a interactuar con ellos “de manera compulsiva”, supliendo las faltas de su socialización en la vida real.

Otro estudio, en este caso de la Universidad de York (Canadá), establece que son las personas más inseguras y narcisistas las que sufren más cuando no pueden conectarse a las redes sociales. El sufrimiento se hace mayor cuando, además, la imposibilidad de acceder a la plataforma social viene producida no por falta de tiempo o tener que realizar otras obligaciones, sino por un acontecimiento externo a la persona, como es la caída del servicio en la red social.

Esta situación, como la que ocurrió el pasado lunes, dispara los niveles de ansiedad en muchos individuos que podrían considerarse “adictos a Facebook”, una patología ya reconocida por muchos profesionales que se engloba dentro de las Internet Addiction Disorder ya catalogadas y que afecta a uno de cada 10 internautas, aunque muchos de ellos no son ni siquiera conscientes.

Dos estudiantes del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) han creado incluso un dispositivo, de nombre Pavlov Poke, que trata la adicción a Facebook a base de pequeñas descargas eléctricas que se proporcionan al adicto cuando trata de conectarse a su red social.

En países como Italia existen centros hospitalarios especializados en tratar las adicciones a Facebook y otras redes sociales. Para diagnosticar a los pacientes utilizan un baremo basado en cinco puntos, que serían los que determinarían el grado de adicción.

Por un lado, se fijan si el usuario tiene la necesidad de pasar cada vez más tiempo conectado a su perfil. Reducir el tiempo que dedica a otras actividades cotidianas, padecer ansia o pensamientos obsesivos cuando se emplea menos tiempo a consultar el perfil, la necesidad de acceder a la red con cada vez mayor frecuencia o la incapacidad de reconocer el tiempo que pasa conectado a la red son algunos de estos indicadores de que el individuo podría estar empezando a perder el control, pudiéndose llegar a hablar de dependencia.

Esta situación pude acarrear graves consecuencias en la vida de los usuarios y se da especialmente en jóvenes de entre 14 y 17 años. Según datos oficiales de la Unión Europea que se recogen en un informe de la Fundación Protégeles, el 1,5% de los jóvenes españoles ha desarrollado ya alguna conducta adictiva en Internet y el 37% de los menores que se conecta habitualmente a Internet reconoce “sentir la necesidad de conectarse a Internet con frecuencia”. Estas cifras convierten a España en el país de la UE con mayor adicción a las redes sociales entre los adolescentes.

2 Comments
  1. Hermioneo says

    Pienso que adicciones como el juego con dinero, la velocidad, el alcohol, los cigarrillos, por no citar los opiáceos o las anfetaminas, son mucho más destructivos que las redes sociales. De momento los «smartphones» son la gran novedad a la moda. Probablemente la situación cambie tras un cierto tiempo.

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