25 años de la Game Boy
Aunque las maquinitas electrónicas con un sencillo juego –que permitían recoger frutas que caían del cielo o simplemente devolver una pelota al adversario– fueron tremendamente populares en los años 80, no fue hasta finales de la década cuando se produjo una auténtica revolución en cuanto a videojuegos portátiles se refiere.
A finales de abril de 1989 Nintendo –que contaba con las Game &Watch, sus propias maquinitas portátiles con un juego- lanzó la Game Boy y cambió por completo el mundo de los videojuegos. Se cumplen ahora 25 años de la puesta a la venta en Japón de la consola portátil, de la que se vendieron 300.000 copias en las dos primeras semanas.
El dispositivo llegó, rodeado de una gran expectación, tres meses más tarde a Estados Unidos, y se vendieron 40.000 videoconsolas el primer día de su comercialización en el país. En Europa los consumidores tuvieron que esperar un año y medio, hasta septiembre de 1990, para poder comprar la Game Boy.
La videoconsola contaba con una pantalla en escala de grises. Fue creada por los japoneses Gunpei Yokoi y Satoru Okada y gracias a su escaso peso, su grosor de 66 milímetros, su escaso consumo de pilas y su sencillez de uso, causó sensación entre niños y adolescentes de la época.
Permitía jugar en cualquier lugar a distintos videojuegos, intercambiables con sólo elegir otro cartucho. Además, sus 8 bits permitían desarrollar títulos más complejos que los de las máquinas tradicionales. Tetris, Super Mario Land o Kirby`s Dreamland fueron algunos de los éxitos de su catálogo, que llegó a tener más de 450 juegos distintos.
Pronto comenzaron a surgir rivales y, sobre todo, imitaciones de la consola, algunas de muy bajo coste y calidad dudosa. Sin embargo, del modelo original de la primera videoconsola portátil de Nintendo se vendieron 118 millones de unidades en todo el mundo.
De hecho, la Game Boy original sigue siendo la tercera videoconsola más vendida de toda la historia, muy por encima de sus rivales portátiles de la época: la Game Gear de Sega, la TurboExpress de Nec y la Lynx de Atari.
A los pocos meses de lanzarse, se pusieron a la venta modelos con carcasas de distintos colores, e incluso una transparente (la denominada Game Boy Color) y en 1997 nació la Game Boy Pocket, que continuaba el mismo concepto pero tenía un tamaño menor.
Años más tarde le siguieron los modelos con pantalla a color, la Game Boy Advanced y la Advanced SP, así como la Game Boy Micro, que llegó a las tiendas ya comenzado el siglo XXI.
De modelos posteriores también se vendieron millones de unidades, pero ninguno consiguió repetir el éxito comercial de la primera. Con la popularización de la PSP de Sony, Nintendo decidió dejar de fabricar la Game Boy en marzo de 2003.
El fabricante japonés trató de repetir éxito años más tarde con el lanzamiento de la Nintendo DS, con la que sí llegó a vender casi 100 millones de unidades, pero en 5 años. Modelos posteriores como la Nintendo 3DS no han logrado cosechar tan buenos resultados.
