Crecen los problemas de seguridad con los acortadores de URL

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Algunos acortadores de URL como Bitly.com han sufrido problemas de seguridad en los últimos días / shutterstock.com

Existen numerosos servicios para acortar las direcciones de las páginas web y cambiar una larga retahíla de letras y números por una URL de unos pocos caracteres. Con la popularización de las redes sociales en general y de Twitter en particular, su uso se ha generalizado, ya que así se pueden utilizar menos caracteres del máximo de 140 para compartir más contenido.

Sin embargo, bajo estas direcciones acortadas pueden enmascararse amenazas de seguridad para los usuarios. La última en conocerse es la que ha afectado al servicio Bitly, uno de los más utilizados por los internautas –a menudo, sin ni siquiera reparar en ello- que ha desvinculado todas las cuentas de Facebook y Twitter de los usuarios, entre algunas medidas de seguridad.

La empresa ha confirmado que su servicio podría haber sufrido un acceso no autorizado en las últimas horas. Según ha indicado en su blog oficial, al parecer existen numerosas cuentas comprometidas, aunque se asegura que no se ha accedido a información personal de los usuarios.

Bitly ha tomado medidas preventivas para que ningún usuario vea su seguridad afectada. Sin embargo, aunque en esta ocasión no haya que lamentar accesos inadecuados a cuentas personales, sí que es cierto que en los últimos meses han aumentado los problemas de seguridad con los acortadores de URL.

De hecho, estas herramientas son las más utilizadas por los ciberdelincuentes para propagar sus amenazas por las redes sociales. La mayor parte de los trucos y engaños que pululan por Facebook y Twitter utilizan este tipo de servicios.

Su manera de actuar es siempre similar. Los hackers suelen realizar una publicación en Facebook bajo un reclamo sugerente, como la posibilidad de acceder a un premio llamativo, o simplemente el poder saber quién ha visitado nuestro perfil de Facebook. Los usuarios “pican” y comparten esa actualización con sus contactos y amigos, o la comentan… lo que viraliza el anuncio.

Mientras tanto, son muchos los que pinchan en la URL que poseen, tentados por esa posibilidad de ganar un regalo o de saciar la curiosidad. La URL está acortada, por lo que el usuario no sabe en realidad cuál será la página web de destino final, y cuando llega a ella, posiblemente le pidan sus datos personales o le intenten vender algún tipo de servicio. Los objetivos son claros: acceder a información personal de manera ilícita o ganar dinero.

No conviene entrar en pánico y negarse a utilizar las URL acortadas, ya que hay multitud de servicios que las utilizan con propiedad y sin fines lucrativos -como Twitter que cuenta con su propio acortador- beneficiando la experiencia de uso del internauta que navega en redes sociales. Sin embargo, no está de más tomar una serie de precauciones para evitar posibles disgustos.

Lo primero es utilizar el sentido común antes de pulsar en cualquier URL acortada y, en la medida de lo posible, tan sólo hacer click en aquellas que provengan de páginas o servicios que sean de nuestra total confianza.

Si por error o por desconocimiento hemos pulsado en alguna que nos lleve a una página sospechosa, lo principal es salir de ella sin haber realizado ninguna acción. Generalmente, se está a tiempo de evitar la estafa.

Por otra parte, conviene avisar al resto de usuarios de estos engaños y, también, prevenir utilizando acortadores de URL de reconocido prestigio cuando necesitemos acortar direcciones web, ya sea para compartirlas en redes sociales o con cualquier otra intención (por ejemplo, medir el número de clicks que recibe un determinado enlace, servicio que proporcionan muchos acortadores).

Algunos cibercriminales han creado sus propios acortadores de URL y se sirven de ellos para engañar a los usuarios, por eso es necesario confiar en la fuente que comparte el enlace. Lo mejor es recurrir a compañías ya establecidas como Tinyurl.com, Bitly.com (a pesar del problema que ha tenido en las últimas horas, pero ante el que ha podido reaccionar), Ow.ly… etcétera. Muchas páginas web como Twitter, Google o YouTube ya cuentan con sus propios acortadores.

Esta posibilidad también está siendo desarrollada por muchos propietarios de páginas web, compañías e incluso blogueros, que están creando sus propias URL como parte de su estrategia de marca. Como la mayor parte de las veces en Internet, ante esta masificación de posibilidades, lo principal es usar el sentido común para no caer en la trampa de quienes usen estas útiles herramientas con fines poco éticos.

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