Los kurdos failis reclaman en Irak a más de 10.000 desaparecidos

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Los kurdos failis conmemoran estos días uno de los hechos más desconocidos de la reciente historia de Irak: la deportación de casi medio millón de personas, la expropiación de todas sus propiedades, la retirada de su nacionalidad iraquí y, sobre todo, la desaparición de más de 10.000 jóvenes tomados como rehenes por el Gobierno de Sadam Husein.

Aunque estos hechos ocurrieron hace 30 años, en abril de 1980, diferentes organizaciones failis han aprovechado este aniversario para exigir la reparación del daño causado, la devolución de sus pasaportes y el esclarecimiento de las desapariciones, además de acusar a las actuales autoridades de Bagdad de mantener en vigencia las medidas tomadas contra ellos por el Baas. En un gesto que no ha pasado desapercibido en plena negociación para formar Gobierno, el presidente de Irak, Jalal Talabani, ha exigido que se les haga “justicia”, calificando lo ocurrido como “uno de los crímenes más odiosos de la dictadura”.

Un grupo de failis, abandonado en tierra de nadie. FOTO CEDIDA POR ABDULSATAR ABED

Los failis son una comunidad de unos dos millones de personas que, aun siendo kurdos, hablan su propio dialecto, practican la religión chií y proceden de una franja fronteriza disputada al antiguo Imperio Persa entre las ciudades de Kanaquín y Badra. Acusados de ser iraníes, en abril de 1980 el Consejo del Comando Revolucionario (Gobierno de Sadam Huseín) dictó su deportación ante el temor de que se convirtieran en la “quinta columna” de Irán en la guerra ya se estaba preparando contra Jomeini.  Al contrario de lo que ocurrió cuando se expulsó a los judíos iraquíes, a los failis no se les dio tiempo para vender sus propiedades o preparar su partida. La orden se cumplió de inmediato y el mismo día tuvieron que subir a los camiones y autobuses que les “devolverían” a Irán.

La familia Abdulsatar Abed, un faili que vive actualmente en Pamplona, recuerda perfectamente cómo su padre fue convocado a comienzos de ese mes a la Cámara de Comercio, junto a muchos otros comerciantes y artesanos failis del Mercado de Bagdad, para comunicarles la medida. Él, que estaba haciendo el servicio militar, decidió desertar cuando le advirtieron que su vida también peligraba. Su comercio y su casa, como a todos los demás, fueron requisados. Años después, ya en el exilio de Alemania, se enteró de que su padre, Yara Abed, había muerto en prisión.

La policía fue casa por casa. “Marchaos con Jomeini. Soy chiíes; iros con los iraníes”, recuerdan algunos que les decían. Mientras los convoyes se dirigían hacia la frontera, en cuarteles, bases militares y campos de concentración quedaban detenidos los jóvenes en edad militar. Se considera que al menos 10.000 jóvenes se convirtieron en rehenes para que sus familias no ayudaran al régimen jomeinista. Algunas organizaciones failis, elevan esta cifra hasta los 17.000 desaparecidos.

Sobre estos jóvenes no se ha vuelto a saber nada. Solamente los informes clandestinos difundidos en los años 90 por el Partido Comunista de Irak, que tenía buenas fuentes de información dentro del Ejército, facilitaban, periódicamente, listas de failis ejecutados.

Un anciano yace en el suelo. Muchos failis, sobre todo niños, murieron al pisar campos minados. FOTO CEDIDA POR ABDULSATAR ABED

Forzados a cruzar la frontera en una zona montañosa cercana a la ciudad de Kanaquín, Irán también los rechazó argumentando que eran iraquíes. Tuvieron que permanecer, por lo tanto, a la intemperie, en tierra de nadie, incluso sobre campos minados que causaron la muerte a muchos niños, hasta que el Gobierno de Jomeini decidió, por razones humanitarias, distribuirlos en varios campamentos de refugiados. Allí se les facilitó una tarjeta de identidad verde que les impedía hacer cualquier compraventa de bienes inmuebles.

Cuatro meses después, el 22 de septiembre de 1980, el Ejército de Irak invadía Irán, iniciando así una sangrienta guerra que duraría hasta 1988. Entonces, todo el mundo comprendió que esta deportación formaba parte de los preparativos bélicos para eliminar un potencial enemigo interior.

Campamento de refugiados failis instalado ya dentro de territorio iraní. FOTO CEDIDA POR ABDULSATAR ABED

Organizados en varios partidos, como la Unión Islámica Faili o la Organización Faili Libre, la diputada Samia Aziz ha sido la encargada de defender sus reivindicaciones. El Parlamento de Bagdad finalmente dictó una ley que, teóricamente, les permite recuperar la nacionalidad y recibir una indemnización por sus propiedades. Cientos de familias ya han regresado a Bagdad para realizar estos trámites pero se han encontrado, tal y como ha denunciado Samia Aziz, con la actitud “chauvinista” de los funcionarios que, alargando o extrapapelando las solicitudes, están convirtiendo en papel mojado la reparación histórica decidida por el Parlamento.

1 Comment
  1. celine says

    Una historia con final casi feliz. Bonito articulo, Manuel.

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