¡Caza al kurdo!

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Uno de los pueblos quemados y desalojados en el Kurdistán de Turquía en los años 90. FOTO: Con-Kurd

Al ser preguntado por el desalojo de comarcas enteras la pasada década para aislar a la guerrilla kurda, un oficial del Ejército turco reconocía a finales del pasado mes de julio que “las cosas no se habían hecho bien”. Al realizar esta afirmación, el mando militar no estaba cuestionando esa política sino la forma en que se había llevado a cabo.

En esos años, sobre todo a partir de la mitad de los 90, se calcula, según un informe parlamentario, que más de 3.000 pueblos fueron desalojados, quemados o destruidos en la lucha contra el PKK (Partido de los Trabajadores del Kurdistán), y que cientos de miles de personas se vieron obligadas a emigrar a las metrópolis del Egeo y el Mediterráneo.

En la práctica, ese forzoso éxodo solo ha conseguido trasladar el problema kurdo a las grandes ciudades, donde son cada vez más frecuentes los actos de violencia contra esta minoría, que ocupa ya barrios enteros en Istanbul, Ankara, Mersin, Izmir, Adana o Bursa. Insultos, palizas en la calle, destrucción de comercios o negativa a dar trabajo son algunas muestras de una actitud xenófoba que suele ir asociada a los funerales o entierro de soldados muertos en combate con la guerrilla del PKK (Partido de los Trabajadores del Kurdistán).

Mapa de Le Monde Diplomatique con las regiones despobladas (zonas rayadas en rojo) y el éxodo de los desalojados hacia las grandes ciudades (flechas verdes). Las estrellas señalan lugares de enfrentamiento.

El oficial turco seguramente se estaba refiriendo a los graves sucesos ocurridos el 26 y 27 de julio en las provincias de Bursa, próxima a Istanbul, y Hatay. El 26 de julio en este distrito, situado en el golfo de Alejandría (extremo oriental del Mediterráneo), cuatro agentes murieron en un ataque del PKK. La policía de Dortyol detuvo a varios sospechosos de participar en el atentado. Al extenderse la noticia, varios cientos de personas se agolparon frente a la comisaría exigiendo que les entregaran a los detenidos para lincharlos.

La policía tuvo que hacer varios disparos al aire para que una multitud cada vez más numerosa no asaltara los calabozos. Después, varios miles de personas se dirigieron a los barrios kurdos. Según declaró un testigo a la agencia Firat News, “armados con palos y cuchillos iban buscando kurdos por las calles”. “Los niños estaban aterrorizados”, dijo Fiat a la agencia. En total, medio centenar de comercios fueron destrozados, reventando las lunas de los escaparates a pedradas y veinticinco de ellos quemados al lanzar a su interior cócteles molotov.

La sede del BDP (Partido de la Paz y la Democracia, pro kurdo) también quedó calcinada por el fuego y en los barrios amenazados la población tuvo que levantar barricadas para cerrar el paso de los atacantes. Según diversas fuentes, los disturbios, desde el principio, estuvieron alentados por los Ulkuçu (Idealistas), la organización juvenil del ultraderechista MHP (Movimiento de Acción Nacional), también conocidos como los “Lobos Grises”. De acuerdo con Mehmet Insan, responsable local del BDP, la policía no respondió a sus llamadas de auxilio y solamente intervino cuando la tensión ya estaba disminuyendo.

Cientos de personas se agolpan frente al centro policial de Dortyol reclamando a los detenidos kurdos. FOTO: Kurdish Info

Al día siguiente, el 27 de julio, ocurría lo mismo en Bursa, industriosa ciudad próxima al mar de Mármara, al sur de Istanbul. En esta ocasión, el rumor de que seis kurdos habían sido apresados como responsables de dos asesinatos volvió a convocar a cientos de manifestantes frente a la comisaría de Inegol. Aquí la policía tuvo que emplearse a fondo para disolverlos. Los alborotadores, tras quemar varios vehículos oficiales y tres ambulancias, también la emprendieron con los comercios kurdos que se encontraban a su paso.

Aunque las autoridades han intentado quitar hierro a lo ocurrido argumentando que se trata de hechos esporádicos cometidos por bandas juveniles bajo los efectos del alcohol, la realidad es que incidentes semejantes vienen sucediendo por toda la geografía turca en los últimos años, aunque ha sido ahora cuando ha reaparecido el fantasma de las matanzas contra los alevis en Karamanmaras el año 1978, contra los greco-ortodoxos de Istanbul en 1955 e, incluso, de las primeras “razias” anti armenias a finales del siglo XIX.

En este clima, se han dado casos de personas que se niegan a coger un taxi porque el conductor es kurdo, familias, como ha ocurrido en Adana, que no pueden alquilar una vivienda por el mismo motivo e, incluso, maestros que han ridiculizado a un niño en clase por llevar un nombre kermanji (el dialecto kurdo hablado en Turquía). Una clara muestra de la magnitud que ha alcanzado la ola de xenofobia está en las declaraciones del presidente de la Asociación de Empresarios Productores de Pistachos, quien, antes de comenzar la actual campaña de recolección, anunció públicamente que este año no se contrataría temporeros kurdos.

Sin embargo, una de las circunstancias más preocupantes de lo ocurrido en Inegol y Dortyol ha sido ver a manifestantes esgrimiendo armas de fuego, como se ha podido comprobar estos días en las fotografías publicadas por la prensa turca. De hecho, en la ciudad ubicada en el golfo de Alejandría, un joven tuvo que ser asistido por una herida de bala.

Manifestación en protesta por el asesinato del joven Serzan Kurt. FOTO: DersimInfo

Tampoco es la primera vez que ocurre. El 11 de mayo pasado, Serzan Kurt, un estudiante de 21 años de la Universidad de Mugla, en plena costa del mar Egeo, resultó gravemente herido de un disparo durante unos enfrentamientos desencadenados cuando un grupo de Ulkuçu insultó en la calle a dos jóvenes kurdas. Atendido de urgencia en el Hospital Universitario, tuvo que ser trasladado al de Izmir, donde murió doce días después. En este caso, las autoridades también intentaron reducir lo ocurrido a choques entre facciones rivales de la Universidad, algo que Omer Kurt, el padre de Serzan, no aceptó: “Mi hijo –aseguró- no ha muerto por una bala perdida; le han matado por el hecho de ser kurdo”.

4 Comments
  1. mabu says

    Qué piensas de esto?:

    Revela Yildirim que el PKK está siendo manipulado por el Gladio
    Voltairenet, 7.8.2010

    Huseyin Yildirim, segundo dirigente en importancia dentro de la jerarquía del PKK (Partido de los Trabajadores de Kurdistán) declaró a la prensa que deplora la negativa del Partido de la Paz y la Democracia (BDP), la principal formación política kurda legalmente reconocida en Turquía, a participar en el referendum previsto para el 12 de septiembre. Yildirim, conocido por los estrechos vínculos que mantuvo con la Unión Soviética, estima que la reforma constitucional que propone el gobierno del primer ministro turco Erdogan, es positiva ya que permite acabar con la constitución que se puso en vigor en Turquía durante el golpe de Estado militar de 1980.
    Yildirim estima que el error del BDP se debe a la influencia del PKK, que ha dejado de defender al pueblo kurdo y se ha convertido en un instrumento de los militares turcos y la OTAN.
    En entrevista concedida el 28 de julio de 2010, Yildirim declara que el jefe histórico del PKK, Abdullah Ocalan, controla esa organización desde la cárcel y que el propio Ocalan se encuentra bajo control del Gladio, organización clandestina de la OTAN.
    Según Yildirim, Ocalan llegó a un acuerdo con los servicios secretos de la OTAN después de su secuestro en Nairobi, en 1999. Agrega Yildirim que los combatientes del PKK fueron trasladados a la zona de exclusión aérea que Estados Unidos y Gran Bretaña instauraron en Irak y que sólo quedaron en Turquía unos 500 hombres del PKK, utilizados desde entonces para mantener la tensión y justificar los exorbitantes poderes del ejército turco. 
También aseguró Yildirim que Semdin Sakik y Selin Curukkaya, actuales dirigentes del PKK, son agentes del Gladio.
    Abdullah Ocalan es el único prisionero encarcelado en la isla de Imrali, en una base militar y con un millar de hombres dedicados únicamente a su custodia. Después de ser condenado a muerte, dicha pena fue conmutada y transformada en cadena perpetua. Algunas fuentes afirman que Ocalan está sometido a un severo régimen de encarcelamiento pero otras afirman, por el contrario, que dispone de múltiples prerrogativas que le permiten seguir dirigiendo el PKK desde la prisión.

  2. Manuel Martorell says

    PARA MABU
    Husein Yildirim, si no me equivoco, estuvo vinculado al PKK pero no creo que ahora mantenga esta vinculación y, en todo caso, no es uno de sus dirigentes. Sus teorías contra su propio partido, del que dices que es segundo dirigente, son conocidas, pero como ocurre con todo no basta decirlo sino, sobre todo, demostrarlo. Sea cierto o no, se esté de acuerdo o no con la forma de actuar del PKK, creo que es indiscutible que si la causa kurda tiene la relevancia que ha alcanzado hoy en Turquía es por el trabajo de ese partido, que, como bien intentan demostrar las autoridades turcas todos los días, no se limita a la lucha armada en los montes sino a un trabajo político, cultural y asociativo que se puede ver en cada rincón, en cada aldea y en cada ciudad del Kurdistán turco. Para comprobarlo, no hay más que darse una vuelta por esa zona de Turquía.

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