OptimTV resucita al líder del PCE que en 1945 pudo acabar con Franco

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Póster anunciador del documental de OptimTV.

Predicó la reconciliación de los españoles en 1941, inició la resistencia contra los nazis antes que los franceses, pudo acabar con la dictadura en  1945, se anticipó en treinta años al eurocomunismo, y, sin embargo, fue borrado de la Historia por Franco y Carrillo. La vida de Jesús Monzón Repáraz, cuya biografía publiqué hace diez años -Jesús Monzón, el líder comunista olvidado por la Historia-, es una de las más sorprendentes y desconocidas del movimiento comunista internacional. Por ello, la escritora Almudena Grandes ha basado en esta figura histórica su última novela –Inés y la alegría-, uno de los principales best sellers de la actualidad.

La conocida novelista centra su último trabajo en la invasión del Valle de Arán, una operación político-militar con la que Jesús Monzón buscaba poner fin a la dictadura aprovechando la derrota del fascismo en la II Guerra Mundial. Ahora es la productora catalana OptimTV la que recupera la apasionante vida de este dirigente comunista navarro que se puso al frente del exilio comunista en Francia cuando las divisiones hitlerianas  ocuparon el territorio galo.

Dirigido por Enric Canals, con Jaume Peracaula como responsable de realización y Joan Safont como guionista, el documental de OptimTV cuenta con la colaboración del Gobierno de Navarra y de las televisiones autonómicas de Cataluña, País Vasco y las Islas Baleares. Durante la semana pasada comenzaron a rodarse los exteriores en Navarra, donde Monzón comenzó su actividad política y donde fallecería, en medio del anonimato, en 1973 a los 63 años debido a un cáncer de pulmón.

Portadas de la biografía de Monzón y de la novela de Almudena Grandes.

El principal valor de Jesús Monzón fue propugnar en 1941 una estrategia para unir a todas las fuerzas políticas contra Franco, incluidos los carlistas y los monárquicos de Don Juan. De acuerdo con este planteamiento y aprovechando el fin de la II Guerra Mundial, la oposición antifranquista debía presentar una alternativa de gobierno aceptable para los aliados, especialmente para Estados Unidos e Inglaterra.

La estrategia de Monzón, que se puso al frente del PCE cuando la dirección del partido se trasladó a Moscú, México y La Habana, se basaba en los famosos “13 puntos de Negrín”, con los que el entonces presidente del Gobierno republicano intentaba una salida pacífica a la Guerra Civil partiendo de tres premisas esenciales: respeto de la religión, reconciliación nacional y forma de gobierno decidida por todos los españoles.  En consecuencia, Monzón admitía la posibilidad de que el pueblo español decidiera en un referéndum si España iba a ser una monarquía o una república. Igualmente, su concepción del comunismo tendía la mano a la democracia cristiana, anticipándose así en tres décadas al compromiso histórico propugnado por el Partido Comunista Italiano.

Luchando contra los nazis, puso en armas a miles de guerrilleros que jugaron un papel trascendental en la liberación del sur de Francia. Inmediatamente después, ordenó invadir el Valle de Arán para instalar en Viella un gobierno previsional de “unión nacional” que sería reconocido por los aliados, provocando, así la desintegración del régimen.

Jaume Peracaula y Albert Montón rodando en la plaza del Castillo de Pamplona. / Manuel Martorell

Sin  embargo y aprovechando que Jesús Monzón se encontraba en Madrid dirigiendo clandestinamente la lucha en el interior, Santiago Carrillo ordenó la retirada de los guerrilleros, le responsabilizó de haber llevado al maquis a una trampa y terminó acusándole de agente franquista. Se dio la paradójica circunstancia de que, a comienzos de 1945, los monzonistas eran perseguidos con la misma saña por la policía de Franco y por los comandos enviados por la dirección del partido para aniquilarlos

Significativas figuras vinculadas al comunismo español, como Manuel Azcárate, Jorge Semprún, Ramón Tamames, Vázquez Montalbán, Domingo Malagón o Manuel Gimeno, entre otros, han reivindicado la honradez de la política monzonista y han destacado el carácter irrepetible que tuvo esa oportunidad para acabar con la dictadura.

En esos momentos, Estados Unidos, Inglaterra y todos los aliados estaban dispuestos a respaldar un gobierno de unidad nacional, tal y como propugnaba Monzón. De hecho, en 1946, Washington y Londres respaldaron una resolución de la ONU para retirar los embajadores de Madrid y acabar con el régimen ayudando a las fuerzas de oposición.

Niños y niñas "extras" en una escena junto a la tumba de Monzón. / M. M.

Solo un año después y como consecuencia de la Guerra Fría, EEUU e Inglaterra ya habían cambiado de postura, iniciándose así un acercamiento al régimen que desembocaría en el acuerdo sobre las bases militares de 1953, que convertía a España en la retaguardia  estratégica del “mundo libre” frente a la amenaza soviética.

Mientras, Monzón era juzgado en consejo de guerra y sentenciado a 30 años de cárcel. Por su parte, la dirección del PCE le expulsaba del partido y le condenaba al ostracismo de por vida por seguir una política que el PCE acabaría asumiendo años después. Ahora, OptimTV quiere hacerle justicia con un documental que resucitará a esta figura clave de la historia contemporánea.

4 Comments
  1. aguila says

    Asi es la ideologia comunista se comen por los rabos entre si. El mejor ejemplo Stalin con sus famosas purgas que mataron a millones de sus ciudadanos. Esas peleas internas destruyeron la Republica y consolidaron la dictadura.

  2. enante52 says

    Pero en el comunismo, a diferencia del nazismo, siempre hubo dos almas bien diferentes, sobre todo en los países capitalistas. Por un lado estaban los representantes de las clases populares que estaban al frente de sus reivindicaciones. Por otra los aparatos (y los gobiernos allí donde tomaron el poder) que eran profundamente antidemocráticos.

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