Millones de gargantas exigen a Mubarak que se vaya

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Miles de egipcios, muchos de ellos rezando, concentrados hoy en la plaza Tahrir de El Cairo. / Hannibal Hanschke (Efe)

(Actualización de las 18:30 horas con nuevos datos de participación en las manifestaciones celebradas en todo Egipto, según Al Yazira)

Aunque Hosni Mubarak se haga el ciego y el sordo, las cosas ya no tienen marcha atrás. Hasta el presidente turco le pide que se vaya, que acceda al grito unánime que cientos de miles de personas están profiriendo en estos momentos en la Plaza de la Liberación, en el séptimo día de protestas consecutivas.

Le intentan decir al rais que sus reformas ya no valen, que su nuevo Gobierno es más de lo mismo y que lo único que quieren es la libertad. Que se marche. Que está despedido. Y que no les importa el agotamiento físico, la tensión de verse rodeados por la policía que durante estos 30 años les ha reprimido bajo torturas, los tanques que les custodian, los aviones que ayer les sobrevolaban amenazantes ni el toque de queda que ha sido sistemáticamente ignorado por la población desde el primer día. Túnez les ha enseñado que sólo necesitan valor para lograr el cambio. El espíritu de sacrificio parece que les sobra: ya ha habido más de 150 muertos. Ahora es sólo cuestión de tiempo: ya no hay sitio para Mubarak en Egipto.

Al Yazira, el canal de televisión que sin duda está informando mejor de los acontecimientos en el país de los faraones, con una cobertura exclusiva las 24 horas del día, evalúa en más de un millón los que se han concentrado hoy martes en la Plaza Tahrir, en el corazón de El Cairo. También cuenta que ha habido una participación masiva en Sinaí, Alejandría, Suez, Mansoura, Arish, Tanta, El -Mahalla y El-Kubra ,  con una participación estimada de 250.000 personas, lo que, en conjunto, constituye sin duda una demostración social de fuerza sin precedentes no sólo en Egipto, sino en cualquier otro país árabe.

Cuentan que el ambiente en la plaza es más festivo que nunca. En los semáforos están siendo colgando muñecos con el rostro de Mubarak, el presidente que por fin ha perdido su eterna sonrisa tras 30 años en el poder. Jóvenes y ancianos, mujeres y niños, desempleados y profesionales, islamistas y laicos unidos por la misma razón. Abogados, periodistas, médicos, incluso actores de la talla del mítico Omar Sharif se han concentrado en la plaza junto a centenares de miles de anónimos egipcios. “Me parece que Mubarak es muy terco al no marcharse. No querrá verse humillado”, decía Sharif en declaraciones a la BBC.

Un grupo de jueces se ha sumado a la marcha con una pancarta que reza: “Los jueces y el pueblo mano a mano”. Uno de ellos ha pronunciado un discurso con un megáfono recordando que el ministro del Interior y los demás miembros del régimen tendrán que responder por sus actos, según se informa en el grupo de Facebook Todos Somos Khaled Said, convertido en una suerte de agencia ciudadana.

La marcha de hoy ha sorprendido por su alta organización, al contrario que las primeras protestas que hace hoy una semana pusieron en jaque al régimen. Los controles de seguridad en las entradas –selladas por el Ejército al tráfico– de la Plaza Tahrir han impedido que se infiltrasen vándalos o armas en un gesto sorprendente que contrasta con el caos vivido en las jornadas anteriores gracias a la aparición de saqueadores.

Por el momento, los partidos en la oposición no sólo exigen que Mubarak se marche, la reelección de los órganos políticos y una reforma en la Constitución que hasta ahora favorecía al rais, si no que se niegan a dialogar con él, a diferencia de hace dos días, cuando nombraron a Mohamed ElBaradei su interlocutor con el presidente y con su nuevo Gobierno, en un intento de  hacer frente a las críticas.

Así respondían a la invitación del nuevo vicepresidente egipcio, el jefe de espías Omar Suleiman, que afirmaba desear abrir un diálogo con todos los partidos. “No hablaremos con esas personas”, ha comunicado un miembro de los Hermanos Musulmanes. En declaraciones al canal Al Arabiya, el ex director de la Agencia Internacional para la Energía Atómica y Premio Nobel de la Paz 2005, ha pedido abiertamente a Mubarak que se vaya. Mohamed ElBaradei, el hombre mejor colocado para encabezar un posible Gobierno de transición, ha transmitido su deseo de que el aún presidente egipcio “responda a este llamamiento”. “No veo ninguna razón por la que Mubarak deba continuar un día más [en el gobierno]”.

Los Hermanos Musulmanes han querido salir al paso de las críticas emitidas por Occidente, donde se compara la revolución social que vive Egipto con la revolución islámica que experimentó Irán en los años 70. “Esta revolución no tiene nada en común con Irán. Egipto nunca será como Irán. Respetamos todos los acuerdos de paz firmados con todos los países del mundo”, han dicho, en referencia a los acuerdos de paz con Israel. Egipto, junto con Jordania, son los dos únicos países árabes que tienen relaciones con el Estado hebreo. “Esta revolución es de los egipcios, de toda edad y condición, no de los Hermanos Musulmanes. Nuestros miembros se han sumado como individuales”.

Y no sólo de los egipcios. El efecto contagio ya ha llegado a Yemen, Sudan, Argelia y Jordania, y se extiende a Siria y Libia. En los próximos días se verán muchas más marchas de lo que ya se ha acuñado como la primavera árabe.

2 Comments
  1. Aguila says

    Si la historia sirve para algo, se ha demostrado que en el mundo árabe no se ha creado un sistema democrático y lo que suceda en Egipto tampoco traera un regimen democratico. El peligro sigue siendo el mismo, los islamistas radicales.

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