La tela de araña
Vestido de Spiderman y entonando con pésimo oído canciones de ABBA cumplió Michael Bloomberg este fin de semana con el rito anual del Inner Circle (algo así como "Círculo Interno" o "Sociedad Secreta"), organización de periodistas repleta de artistas frustrados con poquísima gracia que realiza una cena benéfica a la que acudimos la prensa de Nueva York y la clase política objeto de nuestra cobertura.
Alcalde y ex-alcaldes, gobernadores y predecesores, pasando por concejales de baja estofa, editores ejecutivos, reporteros y aspirantes a todo ello; comemos y nos reímos juntos; nos aburrimos y nos emborrachamos juntos (algunos de manera descarada). Todo mientras esta sociedad secreta de elegidos monta un musical de dos actos, sátira de la actualidad política, local y nacional, al que sigue la mordaz respuesta de la Alcaldía.
Este año le acompañó el elenco del musical de Broadway Mamma Mia, aunque nos engañó con su disfraz, ya que todos pensábamos que había elegido la accidentada obra de Spiderman para interpretar sus bromas. Se mofó, no sólo de los reporteros allí presentes, sino también de sus ya olvidadas aspiraciones presidenciales y de sus grandiosos proyectos de futuro para la Gran Manzana. En años anteriores ha actuado, entre otras cosas, de hippy porrero con Snooki, de Sirenita y hasta de Mary Poppins, volando con su paraguas por el salón del Hotel Hilton.
No hace falta estar encima del escenario para interpretar un papel. Durante unas largas horas todos hacemos como que nos llevamos bien, intercambiando halagos, declarando una efímera tregua de sonrisas y palmaditas en la espalda. Son en ocasiones como ésta en las que muchos rozamos -y a veces traspasamos- esa delgada línea que debería separar el mundo político del llamado "cuarto poder".
