A segunda división

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Barack Obama y el líder republicano, John Boehner (en el centro) gesticulan ostensiblemente, durante una de las reuniones celebradas en la Casa Blanca el pasado mes de julio para negociar el límite de deuda. / Pete Souza (whitehouse.gov)

La primera potencial mundial intenta digerir el duro golpe que ha supuesto la rebaja de la calificación de su deuda por la agencia Standard and Poor's el viernes por la noche. Con el orgullo herido, Estados Unidos se pregunta qué efecto tendrá en su maltrecha economía la bajada, por primera vez en la historia, de AAA a AA+ en los indicadores de una de las tres agencias más importantes (las otras dos, Fitch y Moody's, no hicieron cambios en la nota).

"Rebajamos nuestra calificación a largo plazo en Estados Unidos", explicaba Standard and Poor's, "porque creemos que la prolongada controversia sobre la subida del tope de la deuda y el debate relacionado sobre política fiscal indican que un avance a corto plazo que controle el crecimiento del gasto público, especialmente en ayudas sociales, o que logre un acuerdo en aumentar ingresos, es menos probable de lo que habíamos asumido, y continuará siendo un proceso beligerante e irregular."

Estados Unidos concluía de esta manera una complicada semana de altibajos. El martes, el presidente Barack Obama firmaba una ley de extensión del tope de deuda y reducción del déficit, fruto de una dura negociación que dañó la credibilidad del sistema político estadounidense; el jueves, Wall Street sufría una de las diez peores caídas de su historia, alimentando los temores de una nueva recesión; y el viernes, los datos de empleo mostraban un crecimiento mayor de lo esperado, si bien aún débil, disminuyendo el índice de paro una décima, al 9,1%.

"Tenemos que asegurarnos de que Washington vive dentro de sus posibilidades, justo como hace cualquier familia", dijo el presidente Barack Obama en su discurso semanal ayer sábado, sin hacer alusión directa a la rebaja de la calificación.

Obama intentó durante semanas lograr un gran pacto que en diez años redujera el déficit en cuatro billones de dólares -como aconsejaba Standard and Poor's-, en lugar de los poco más de dos billones logrados horas antes de una posible suspensión de pagos. Siempre insistió en llegar a esta cifra mediante una combinación de recortes de servicios sociales y subidas de impuestos a las rentas más altas.

"Hemos cambiado nuestras previsiones en este tema", señalaba Standard and Poor's en la explicación de su rebaja de calificación, "porque la mayoría de republicanos en el Congreso continúa resistiendose a cualquier medida que aumente los ingresos, una posición que, creemos, el Congreso ha reforzado aprobando la ley".

La Casa Blanca puso en disputa los cálculos que llevaron a la agencia a llegar a su conclusión. Si bien Standard and Poor's reconoció un error matemático, aclaró que no impactaba en su resultado final, dominado por la demostrada impredecibilidad del sistema político estadounidense.

Estados Unidos ya no es tan de fiar, después de ver cómo un inflyente sector del Partido Republicano se mostró dispuesto durante el debate sobre el aumento del tope de la deuda a llevar al país a la suspensión de pagos si se intentaban subir los impuestos.

La rebaja de la calificación, según el líder de la mayoría demócrata en el Senado Harry Reid, "reafirma la necesidad de una propuesta equilibrada en la reducción del déficit".

Por su parte, el presidente de la Cámara de Representantes, el republicano John Boehner, señalaba a Obama y a los demócratas como culpables de la situación: "Es la última consecuencia del gasto fuera de control que ha tenido lugar en Washington durante décadas".

En  términos más duros se expresaba Mitt Romney, ex-gobernador de Massachusetts y favorito en las primarias presidenciales republicanas: "La solvencia de Estados Unidos se ha convertido en la última víctima en el fracasado historial de liderazgo del presidente Obama".

Por su parte, China, en su primera respuesta oficial a través de su agencia de noticias Xinhua, se mostraba descontenta: "El gobierno de Estados Unidos tiene que aceptar el doloroso hecho de que se acabaron los buenos tiempos en los que podía simplemente pedir prestado para salir de sus propios desastres [...] China, el mayor prestamista de la única súper potencia mundial tiene todo el derecho de exigirle a Estados Undidos que se ocupe de sus problemas estructurales de deuda y garantice la seguridad de los activos en dólares de China".

A pesar de la decisión de Standard and Poor's es poco probable que China o el resto de la comunidad internacional deje de invertir en la economía estadounidense en un futuro próximo. Tampoco está claro que esta rebaja provoque de inmediato una subida en los intereses de créditos hipotecarios, estudiantiles o de cualquier otro tipo.

En duda, también, la credibilidad de las agencias calificadoras. Uno de sus críticos más feroces, el Nobel de Economía Paul Krugman, que en su blog del The New York Times atacaba el criterio de Standard and Poor's: "Es difícil pensar en alguien menos cualificado para emitir juicios sobre Estados Unidos que las agencias calificadoras", escribe Krugman, refiriéndose al escándalo de los valores de las hipotecas de alto riesgo, que fueron calificados en su día como de inversión más que segura. "S&P se está inventando cosas, y tras la debacle hipotecaria, no tienen ningún derecho de hacerlo", sentenciaba.

1 Comment
  1. Arnedo says

    ¿Estamos presenciando el declive de USA? – J. Attali, Una Breve Historia del Porvenir:

    http://josearnedo.blogspot.com/2011/07/jacques-attali-una-breve-historia-del.html

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