Envían piedras, revistas porno y banderas de Turquía a víctimas del terremoto

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Campamento de damnificados del terremoto junto al lago de Van. Al fondo, las montañas ya nevadas. / T. Bozoglu (Efe)

“Lo lamentamos, aunque haya ocurrido en Van”. De esta forma daba Duygu Canbas, una de las presentadoras más conocidas de Haberturk, a su vez una de las principales televisiones turcas, la noticia del terremoto registrado el 23 de octubre en ese país. Duygu quería manifestar, así, su tristeza por la tragedia aunque las víctimas fueran kurdas, ya que el seísmo afectó de lleno a esa conflictiva zona del país. Con toda seguridad, no se dio cuenta del contenido racista de sus palabras pero su desliz, por el que pidió perdón al día siguiente, mostraba la fuerza con que los sentimientos xenófobos se han instalado en la sociedad turca.

Muge Anli, otro famoso rostro televisivo e igualmente de un canal con gran audiencia –la ATV- tardó mucho más en presentar excusas pero sus palabras también fueron menos inocentes. Cuando se iniciaron las quejas por el retraso y los fallos con que llegaba la ayuda del Gobierno, dijo: “Primero tiran piedras (a la policía) y matan (soldados) en los montes como si fueran a cazar pájaros, y, cuando pasa esto, piden ayuda al Ejército y la Policía. ¡Que cada palo aguante su vela!”. Se da la circunstancia de que Berat Albayrak, uno de los directivos de ATV, es yerno del primer ministro, Tayip Erdogán, cuyas quejas por estas reacciones racistas seguramente influyeron para que Muge Anli rectificara públicamente, aunque no lo hiciera hasta cuatro días después.

Duygu Canbas, informando del terremoto. / Harberturk

La realidad es que la gran cantidad de mensajes por internet y actos racistas registrados tras el terremoto han sorprendido a las principales fuerzas políticas y al propio Gobierno.  Nada más conocerse la noticia, comenzaron a circular por la red comentarios del tipo “se lo tienen bien merecido” o “ellos se lo han buscado”. Otros aseguraban que el terremoto era “un castigo divino” por los 24 soldados muertos en la zona de Cukurca, en la provincia de Hakkari, limítrofe con la de Van, epicentro del seísmo.

Especialmente significativas han sido las declaraciones de artistas y cantantes conocidos, como Yesim Salkim, Reyhan Karalan, Erol Kose o Volkan Konak. Este último, un famoso músico, se limitó a contestar que era un asunto que le traía sin cuidado cuando le preguntaron por este suceso. Se calcula que los muertos son ya cerca de 600 y que miles de familias se han quedado en la calle sufriendo tanto en Van como en Ercis y otras localidades menores condiciones climatológicas especialmente duras debido al carácter montañoso de esta región.

Solo una hora después de difundirse las primeras noticias, unas doscientas personas se concentraron en la plaza de Taksim, la principal de Istanbul, para celebrarlo. Pero, en esta nueva oleada de xenofobia, lo que más ha sorprendido es la gran cantidad de personas que han aprovechado la campaña de solidaridad promovida por el Gobierno, los ayuntamientos y la Media Luna Roja para manifestar su odio a la población kurda en los paquetes de ayuda, enviados bien a través del PTT –la compañía de correos estatal- bien utilizando los transportes de MNG, la principal empresa de mensajería privada del país.

Una voluntaria muestra una prenda enviada, inapropiada para el abrigo. / Ibrahim Halil Baran

Cuando se han abierto las cajas en las oficinas de origen o en los centros de destino, se han encontrado objetos enviados con la clara intención de ofender o insultar a las víctimas del terremoto. Entre los más llamativos, se han localizado paquetes con piedras, palos, banderas turcas, revistas pornográficas, ropa sucia y prendas que, como los bañadores, camisones cortos o minifaldas, sirven para poco cuando las temperaturas rondan los cero grados y han caído las primeras nieves.

En algunos envíos detectados en el distrito de Sisli, en el área metropolitana de Istanbul, han aparecido excrementos humanos en una caja de baklava, los típicos pastelitos turcos hechos con miel y almendras. En otro paquete se ha encontrado una muñeca hinchable y varios penes de plástico. En el municipio de Beylikduzu encontraron lencería erótica y, además de banderas nacionales, tres kilos de henna para que “los kurdos se la metieran por el culo”. Junto a un camisón, una nota recomendaba a quienes lo recibieran que se lo pusieran a su hija y que enviaran los hijos que tuviera a los montes de Qandil, la región fronteriza entre Turquía e Irak donde el PKK tiene sus principales bases.

Solo una semana antes del terremoto, este grupo lanzó una de sus acciones más mortíferas desde que se levantó en armas contra el Gobierno de Ankara el año 1984. En una acción coordinada, aproximadamente un centenar de guerrilleros atacaron varios puestos militares, provocando, de acuerdo con las cifras oficiales, la muerte de 24 soldados. Tras el ataque de Cukurca, el Ejército lanzó una operación de castigo contras las bases del PKK dentro de Irak. Al mismo tiempo, en  varias ciudades turcas se registraban nuevas escenas de represalia contra la población de origen kurdo, siendo asaltadas varias sedes del BDP, el partido que reclama una autonomía para el Kurdistán.

Una de las revistas enviadas en un paquete de ayuda. / Ibrahim Halil Baran

Esta nueva oleada de racismo ha vuelto a abrir en Turquía el debate sobre los fuertes sentimientos xenófobos que se han anidado en la sociedad turca. El actor Memet Alí Alabora ha colocado en la red un vídeo declarando que “los fascistas necesitan una inyección de conciencia” y varios blogs y cuentas de twitter, con miles de seguidores, han respondido a los citados gestos racistas ofreciendo sus casas para acoger a familias que se han quedado sin techo. Entre ellas, destaca la campaña promovida por el Ayuntamiento de Istanbul bajo el lema “Mi casa es tu casa”. El propio primer ministro, Tayip Erdogán, ha tenido que realizar un llamamiento a la cordura, y hasta Devlet Bahceli, presidente del MHP, el movimiento ultranacionalista conocido por su radicalismo contra las reivindicaciones kurdas, ha salido al paso de este tipo de reacciones tildando de “bastardos” a quienes se han alegrado por la tragedia de Van.

7 Comments
  1. inteligibilidad says

    Muchas gracias por el artículo… qué tristeza… (por cierto, o «Glamour» ha cambiado radicalmente de línea o no es una revista erótica… atención a la foto ¿o lo de «208 nuevos bolsos y zapatos» tiene un doble sentido que no mi mente no es suficientemente perversa para entender?)

  2. Manuel Martorell says

    INTELIGIBILIDAD
    Tiene razón el comentario sobre la línea de la revista Glamour y así se ha corregido, pero, para entender la intencionalidad en el envío de esta y otras publicaciones, hay que tener en cuenta que en esa parte del mundo, donde se juntan las fronteras de Irán, Irak y Turquía, una revista dedicada a la belleza femenina es considerada de forma muy distinta a como la interpretamos en Madrid, París o Londres.

  3. Jonatan says

    Lo de «hombres hablando de sexo y amor» sí que puede ser un poco porno, Je.

  4. inteligibilidad says

    Sí, claro, se comprende la ofensa que puede causar (además de la evidente inutilidad como «ayuda humanitaria»). Gracias de nuevo por informarnos sobre lo que no se suele hablar…

  5. aurelio says

    la Alianza de Civilizaciones de Erdogan consiste en eso , en orpimir a los Kurdos cuanto mas mejor

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