Un estudio español convertirá en museo abierto a la ciudad más antigua del mundo

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Panorámica de la Ciudadela de Arbil. Se aprecia la pruerta principal y la nueva plaza ajardinada. / Manuel Martorell

Los griegos la llamaron Arbela porque, en acadio, se le denominaba Arba Ilu, es decir el “lugar de los Cuatro Dioses”. También se bautizó con este nombre a la batalla que el año 331 antes de Cristo abrió las puertas de Asia a Alejando Magno ya que en sus proximidades el general macedonio derrotó definitivamente al ejército persa de Darío III. Actualmente, Arbil (en su transcripción inglesa, Erbil) es la capital de la Región Autónoma del Kurdistán, la zona de Irak con mayor estabilidad y desarrollo económico debido tanto a un “boom” inmobiliario sin parangón en todo Oriente Medio como al descubrimiento de nuevas reservas de gas y petróleo.

Pero Arbil está de actualidad no solo porque, en la práctica, esté sustituyendo a Bagdad como capital económica, diplomática y cultural de Irak, sino porque la Unesco ha puesto en marcha un apasionante proyecto para convertir en un museo abierto su casco histórico, considerado la ciudad más antigua del mundo habitada ininterrumpidamente.

Vista aérea de la ciudad antigua. / Ministerio de Turismo

De forma circular, lo que actualmente recibe el nombre de Ciudadela o Qala (castillo) de Arbil tienen una superficie de unos 100.000 metros cuadrados y un diámetro, en su parte más ancha, de casi medio kilómetro. Las fotografías aéreas muestran una trama urbana muy similar, según algunos especialistas, a la que tenían las primeras ciudades mesopotámicas.

Pero el mayor interés y su verdadera potencialidad cultural no está en lo que se ve a simple vista sino en los que esconde bajo el montículo de 30 metros sobre el que se extiende la elipse amurallada. De acuerdo con los últimos estudios realizados por un equipo de arqueólogos checos, dirigido por Karel Novacek, los primeros habitantes ya vivían en este lugar 7.000 años antes de nuestra era. Según estos trabajos científicos, este montículo se habría formado artificialmente debido a la sucesiva acumulación de restos pertenecientes a las diferentes culturas que la han habitado, desde el Neolítico hasta las actuales construcciones otomanas.

La Unesco, tras elaborar un Plan Directivo para la Conservación y Desarrollo de la Ciudadela, presentó un concurso público internacional para aplicar las líneas maestras en busca de su rehabilitación y aprovechamiento cultural, concurso que, por cierto, ha ganado la empresa española Ines Ingenieros Consultores. Esta empresa, con sede en la madrileña calle Núñez de Balboa, es responsable, entre otros trabajos, de un amplio programa de recuperación del patrimonio histórico en la bahía de Cádiz, incluyendo entre sus actuaciones la rehabilitación del Castillo de San Sebastián, las fortificaciones de San Fernando y el complejo patrimonial del islote Sancti Petri.

Interior de uno de los palacetes que se van a restaurar. / M. M.

Siguiendo las líneas maestras del Plan Directivo, se debieran, en primer lugar, consolidar las estructuras tanto del perímetro amurallado, que ha sufrido ya varios desprendimientos, como de los edificios de valor arquitectónico que todavía son recuperables. Un estudio inicial señala, que, de forma especial, habría que salvar un centenar de edificaciones, fundamentalmente unas casas-palacio muy características de esta ciudad. Por lo general, estos palacetes pertenecen, igual que la muralla circundante, al periodo otomano y están datados entre los siglos XVIII y XIX.

La mayor parte de ellos tienen forma de U y dos plantas, a veces con sótano y terraza, mostrando que la vida cotidiana giraba en torno a un patio central por el que se accedía a un soportal porticado elevado que, a su vez, conectaba con las distintas dependencias. Aunque algunos de esos palacios evidencian un avanzado estado de deterioro, todavía se aprecia la profusa decoración en sus techumbres, artesonados, capiteles esculpidos en las columnas y cristaleras coloreadas, además de materiales nobles, sobre todo  madera y mármol, utilizados en la construcción.

Decoración interior. Apenas se aprecia pero la bóveda, de ligera curvatura, está hecha con ladrillos. / M. M.

Algunos de estos palacetes ya han sido restaurados y comienzan a ser utilizados con fines culturales, como ocurre con el centro de artesanía, alfombras y kilims situado nada más entrar a la ciudadela por su puerta principal, justo frente a la gran plaza ajardinada que el Ayuntamiento ha urbanizado junto a la mezquita de Moulana Khalid Al Naqsbandiya, la más conocida de la ciudad. Entre los objetivos del vasto programa de rehabilitación, también se encuentran la recuperación de la mezquita del mulá Afandi, el hamam (baños) turco y, al menos, la conservación de elementos pertenecientes a la sinagoga de la ciudad y a los takiyes (centros públicos) del cheik Sharif y del mulá Jadir al Talafari, en estado totalmente ruinoso.

Después, cuando la Unesco y el Alto Comisionado local para la Rehabilitación de la Ciudadela (HCECR) diriman sus diferencias y se pongan de acuerdo sobre la estrategia a seguir, se podrá poner realmente en marcha el plan presentado por la empresa española. Entonces, las casas-palacio características de Arbil se transformarán en museos temáticos, centros de estudio, bibliotecas, salas de arte, comercios artesanales, hoteles, restaurantes y viviendas restauradas que, con toda seguridad, convertirán a la capital kurda en uno de los mayores centros de atracción turística de la histórica Mesopotamia.

4 Comments
  1. Jonatan says

    Nada, que muy bien, hombre; por esos mundos antiguos haciendo las cosas bien.

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