Las licencias de Repsol permiten a España volver al mercado petrolífero de Irak

2
Panorámica del sector atribuido a Repsol. A la derecha, los montes Pira Magrún; a la izquierda, menos elevada, la zona de Qala Diza con el pantano de Dokán, que apenas se aprecia al final de la carretera. Al fondo, Irán. / Manuel Martorell

Con años de retraso respecto a otras compañías petrolíferas, la empresa Repsol-YPF  está comenzando a trabajar sobre el terreno en una de las zonas más inexploradas y con mayores posibilidades de explotación en crudo y gas de todo Irak, permitiendo así el regreso de España a un mercado prácticamente abandonado desde la retirada de las tropas el año 2004.
Según ha explicado a Cuartopoder.es la compañía, en la actualidad tiene destacadas varias personas en ese país que estarían gestionando la apertura de su futura sede en la ciudad de Arbil y preparando los trabajos geológicos y sísmicos previos a la evaluación de las posibilidades extractivas de las concesiones otorgadas por el Gobierno Regional del Kurdistán este verano.

A Repsol le han correspondido los bloques denominados Qala Diza y Pira Magrún, situados en la parte central de esta región autónoma. Cuando, en su momento, Repsol informó de estas licencias, la compañía detalló que, en total, suponen una extensión algo superior a los 2.700 kilómetros cuadrados, de los que unos 1.800 corresponderían al primero de los bloques, el de Qala Diza, y los otros 900 al de Pira Magrún.

Repsol-YPF se convierte así en una de las grandes firmas que se arriesga a introducirse en esta región, federada formalmente con el resto de Irak pero que mantiene desde hace años un contencioso con Bagdad sobre la legalidad constitucional de los contratos firmados con compañías extranjeras.

Los dos bloques de Repsol marcados en rojo. / M. M.

Entre las razones por las que no se han realizado hasta ahora prospecciones en esta zona, se encuentra tanto su accidentada orografía como su elevada conflictividad, habiendo sido escenario de continuos conflictos bélicos. Dejando a un lado los contenciosos fronterizos, la guerra con Irán de los años 80 y las periódicas operaciones militares de los países vecinos, estas montañas han servido de marco idóneo para las rebeliones kurdas.

Debido a ello, el Gobierno central ha concentrado siempre sus inversiones y programas de extracción en los yacimientos de Kirkuk, situados en zonas llanas y, por lo tanto, más fáciles de proteger de posibles ataques. Como consecuencia de la invasión angloamericana de 2003, las guerrillas nacionalistas consolidaron el control de su territorio que, con 80.000 kilómetros cuadrados y cinco millones de habitantes, se ha convertido en la parte más segura de Irak, experimentando actualmente un impresionante desarrollo económico.

La tardanza en acordar las concesiones ha motivado que a Repsol le correspondan dos bloques especialmente accidentados, limitando el de Qala Diza con la propia frontera iraní. Se da la circunstancia de que estos dos distritos, en los que tampoco se han realizado prospecciones hasta ahora, tienen un especial significado en la reciente y dramática historia del pueblo kurdo.

Por ejemplo, las montañas de Pira Magrún (Viejo Magrún) fueron durante años uno de los principales bastiones de los “peshmergas” (literalmente, quienes caminan frente a la muerte), como se denomina a los guerrilleros kurdos que han luchado contra el Gobierno de Bagdad de forma ininterrumpida desde los años sesenta.

Una familia se refugia bajo una construcción derruida, en 1991, cuando Qala Diza quedó totalmente arrasada. / M. M.

Por su parte, Qala Diza (Castillo de Diza) es la mayor de las 4.500 poblaciones destruidas por el Ejército iraquí durante la denominada “Operación Anfal”, que se desarrolló entre finales de los años 80 y comienzos de los 90. Con más de 50.000 habitantes, Qala Diza fue totalmente arrasada utilizando, sobre todo, cargas de dinamita que hacían desplomarse a las techumbres  prácticamente enteras. Algunas de las grandes placas de hormigón, al derrumbarse, formaban grutas artificiales que fueron utilizadas por sus habitantes como viviendas provisionales cuando, a partir de la Guerra del Golfo de 1991, pudieron regresar a la ciudad.

Las dos licencias están también estratégicamente situadas a medio camino entre las dos principales ciudades del Kurdistán iraquí, llegando el bloque de Pira Magrún hasta las mismas puertas de Suleimaniya, capital cultural de la región, que experimenta un “boom” constructivo sin precedentes, igual que la capital oficial: Arbil.

Otra de las peculiaridades del bloque Qala Diza es que comprende el pantano de Dokán, un embalse con una gran potencialidad energética, hortofrutícola y, de acuerdo con las previsiones del Gobierno kurdo, futuro centro de atracción turística.

Algunas iniciativas, aun en proyecto, plantean su aprovechamiento para la práctica de deporte náuticos y la introducción de pequeñas embarcaciones de vela, incluso como actividad educativa complementaria, tal y como se ha iniciado ya con el esquí, que permita a los escolares olvidarse, aunque solamente sea durante unas horas, de esta tierra tan duramente castigada por la desertización.

Leave A Reply