Los derechos de la mujer, primer choque entre tuaregs y yihadistas en el Azawad

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Estaba dentro de lo previsible, aunque nadie se atreve a aventurar las consecuencias que este hecho puede tener en la delicada y compleja situación del Azawad, la extensa región septentrional de Mali que el 6 de abril se proclamó independiente, convirtiéndose en santuario de grupos yihadistas. El pasado 5 de junio, en la ciudad de Kidal, feudo de Ansar Dine (Defensores de la Fe), una manifestación de mujeres tuareg recorrió las calles gritando consignas contra esta organización salafista y sus aliados de Al Qaeda. La marcha fue disuelta a golpes por los milicianos de Ansar, lo que habría causado una profunda indignación entre los tuaregs, debido a la importancia que tradicionalmente da a la mujer esta ancestral cultura del desierto.

Según algunas fuentes eran solo unas decenas; Nina Wallet, una destacada dirigente de las mujeres tuareg, aseguraba al informar de estos hechos que habían sido cientos las participantes. Pero en este caso no es tan significativo el número como el valor de haber desafiado a los islamistas radicales y de haber apoyado abiertamente al Movimiento Nacional de Liberación del Azawad (MNLA), de  orientación laica y opuesto a que el norte de Mali se convierta en el nuevo Afganistán de África.

De acuerdo con estas informaciones, la protesta se habría repetido al día siguiente. En un video difundido por el MNLA, se aprecia claramente cómo mujeres tuareg, acompañadas por jóvenes, portan pancartas condenando la represión. Varias de ellas llevan la bandera del movimiento separatista, precisamente la que los militantes de Ansar Dine se dedican a quitar de todos los sitios que pueden.Tres días después y como consecuencia de los incidentes en Kidal, los dos grupos se enfrentaron a tiros en las afueras de la ciudad, con el resultado de varios heridos.

En realidad, lo ocurrido en Kidal escenifica el choque de los dos grandes proyectos políticos que están sobre el tablero geoestratégico del norte de África. Por un lado, la insurgencia salafista, que pretende imponer una interpretación retrógrada e uniformizadora del credo mahometano; por otra, quienes defienden un islam compatible con la libertad personal, la diversidad cultural y respetuosa con las variantes religiosas locales, especialmente con las extendidas corrientes sufíes.

Intentando evitar una guerra civil, el MNLA negoció un acuerdo con Ansar Dine para que aceptara una visión “light” de la charia, la expulsión de Al Qaeda y otros grupos terroristas, además de formar un gobierno provisional conjunto. La ruptura de las negociaciones habría sido uno de los desencadenantes de los hechos ocurridos en Kidal asi como de que, finalmente, el MNLA decidiera anunciar unilateralmente la formación de ese gobierno transitorio del Azawad, compuesto por 28 ministerios bajo la presidencia de Bilal Ag Acherif, secretario general del movimiento nacionalista tuareg.

A continuación, los representantes tuareg han ofrecido a la Comunidad Económica de Estados del África Occidental (CEDAO), a la que pertenece Mali, encontrar una salida negociada al conflicto. Para ello han tenido un primer encuentro oficial con el presidente de Burkina Faso, Blaise Campaoré, encargado por la CEDAO de conectar con los diferentes grupos del Azawad para preservar la integridad territorial de Mali. En caso contrario, estos países estarían dispuestos a enviar una fuerza internacional en apoyo del Ejército de Bamako.

Nina Wallet. / Tamazgha.fr

Aprovechando los incidentes de Kidal, el MNLA ha arremetido de nuevo contra Ansar Dine, acusándole de atentar contra uno de los principios más sagrados de la cultura tuareg: el respeto a la mujer. Mossa Ag Attaher, portavoz del MNLA en Europa, llega a utilizar la palabra “sacrilegio” para calificar lo ocurrido. “Como todos los oscurantistas –dice As Attaher- comienzan atentando contra los valores más sagrados para los tuareg: nuestras mujeres, las dignas herederas y guardianes de nuestra milenaria cultura, admiración de todos los pueblos de la Tierra. Los hombres de Ansar Dine que han cometido este sacrilegio no tienen nada de tuaregs, sino que se han convertido en enemigos del pueblo tuareg porque, atentando contra la mujer tuareg, atentan contra la cultura y la identidad de nuestro pueblo”.

Términos parecidos utilizó Nina Wallet Intalou cuando informó a través de una grabación videográfica de los incidentes de Kidal: “Jamás hasta este día se había visto pegar a las mujeres porque en nuestra cultura golpear a una mujer significa automáticamente el divorcio”. “Las mujeres se han manifestado –explicaba Nina Wallet- por su libertad y les han golpeado como animales. Y todo, ¿por qué?, por manifestarse contra el Aqmi y los salafistas, para que se marchen del país”. “Estamos hartas. No pueden salir a la calle, no pueden trabajar, no pueden quedar para divertirse”, dice Nina refiriéndose a las nuevas normas sociales y sobre la indumentaria impuestas por Ansar Dine y sus aliados de Al Qaeda. De ser ciertas las informaciones difundidas por las organizaciones de apoyo a la causa tuareg, las manifestaciones se habrían extendido a otras ciudades e incluso habrían provocado las primeras fisuras dentro de Ansar, un hecho que, a su vez, habría reforzado las posiciones laicas del MNLA.

1 Comment
  1. inteligibilidad says

    ¡Bravo por su valor!

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