Clinton relanza la campaña de Obama

CHARLOTTE (CAROLINA DEL NORTE, EEUU).– El último presidente demócrata anterior al actual hizo suyo el estadio Time Warner Cable de Charlotte con un discurso ácido, agresivo y, en momentos, didáctico, desmontando los ataques republicanos y ofreciendo el mejor argumento para la reelección de un presidente que hace cuatro años derrotó a su esposa en una larga y brutal contienda de primarias.

Durante una hora, Bill Clinton volvió a ser Bill Clinton, fiel soldado del partido, crecido ante un público entregado con los gestos y la retórica que le convirtieron en uno de los presidentes más populares del mundo.

Barack Obama se lo agradeció acompañándolo en el escenario, apareciendo ante los delegados una noche antes de que él mismo tome el turno y acepte la nominación de su partido a la Presidencia.

Expandiendo en el concepto de responsabilidad compartida, Clinton estableció fuertes contrastes con el espíritu individualista exhibido por los republicanos hace una semana en Tampa.

"Unidos en la adversidad es mejor filosofía que cada uno por su lado", dijo, defendiendo a la vez al detalle medidas como la Ley de Reforma de Salud denostada por los republicanos.

Obama recurre a la estrella demócrata más popular de los últimos tiempos para ayudarle en un momento muy complicado, con una economía que se resiste a arrancar y un índice de desempleo superior al ocho por ciento. La promesa de cambio y esperanza de hace cuatro años, todavía fuera del alcance de millones de estadounidenses.

"Ningún presidente podría haber reparado el daño en solo cuatro años", dijo Clinton, aludiendo a la debacle económica y fiscal dejada por George W. Bush en 2008.

Si Bill Clinton hacía uso de la retórica política más clásica, Michelle Obama utilizaba la empatía el martes por la noche, con otro discurso que entusiasmó a los asistentes.

"Barack y yo crecimos en familias que no tenían mucho dinero o posesiones materiales", dijo la primera dama, estableciendo un contraste similar con los republicanos sin mencionar directamente al contrincante.

Este jueves, Obama terminará de afinar el argumento, poniendo colofón a tres días de discursos, ligero debate y publicidad gratuita. Lo hará en el mismo estadio cubierto de menor capacidad, después de que su campaña cancelara en el último momento trasladar el cierre de la convención a un estadio contiguo al aire libre -parecido al de hace cuatro años en Denver y con capacidad para más de sesenta mil espectadores- por miedo al mal tiempo (según los republicanos, por temor a no ser capaces de llenarlo).

Los adinerados frente a la gente común, el éxito individual o las oportunidades para todos: es el guión demócrata. El objetivo, acercarse a un votante decepcionado que aún no ha decidido si concederle al primer presidente afroamericano un poco más de tiempo.