Rebeldes sirios torturan salvajemente y roban a los refugiados que huyen de Alepo

El Observatorio Sirio de Derechos Humanos, uno de los organismos con mayor prestigio y que suministra regularmente información sobre la guerra en ese país, ha denunciado formalmente a una unidad rebelde, en principio adscrita al Ejército Libre de Siria (ELS), de torturar salvajemente a refugiados que huyen de los combates en la ciudad de Alepo, además de mantenerlos como rehenes, exigirles el pago de considerables sumas de dinero y de robarles sus pertenencias.

El Observatorio realiza esta denuncia tras numerosos testimonios que señalan al batallón dirigido por el cabecilla Khaled Hayyavani como responsable de estos abusos que incumplen flagrantemente el acuerdo asumido por los mandos del ejército rebelde el pasado mes de agosto de no violar los derechos humanos en las zonas administradas por el principal grupo armado de la oposición.

Como prueba de sus denuncias, el organismo humanitario ha difundido internacionalmente unas fotografías tomadas a una de las personas torturadas cuando estaba siendo atendido de sus heridas tras haber sido puesto en libertad. En las imágenes, se pueden apreciar numerosos rasguños realizados sobre la piel tanto en la espalda como en las piernas, además de hematomas debido a los numerosos golpes recibidos.

Este y otros testimonios recabados por el Observatorio de Derechos Humanos aseguran que en este cuartel situado en el barrio de Ashrafiya permanecen apresadas decenas de personas, sobre todo jóvenes en torno a los 20 años. De acuerdo con estas informaciones, el batallón al mando de Hayyavani se está aprovechando de que la zona bajo su control están precisamente en la ruta por la que huyen numerosas familias del barrio  Cheik Mahsud, habitado mayoritariamente por población kurda hacia la comarca de Afrín, situada al norte e igualmente habitada por kurdos.

Se da la circunstancia de que al haber sido ocupado una parte del barrio de Ashrafiya por el ELS, las fuerzas del régimen han intentado recuperarlo lanzando un contraataque a través de Cheik Mahsud, algo que los Comités Populares de Defensa (YPG) han impedido, provocando, como respuesta, el bombardeo indiscriminado de esta zona de Alepo que, hasta ahora, había permanecido relativamente tranquila. Además de una veintena de muertos entre la población civil, estos ataques de artillería han provocado la huida de numerosas familias que, fatalmente, tienen que pasar por las calles controladas por Khaled Hayyavani, quien les cobra una tasa antes de dejarlos continuar en su huída.

Por ejemplo, Abdo Ibrahim, un comerciante de ese barrio que había logrado refugiarse en Afrín cuando regresó a por sus pertenencias para salvarlas de los bombardeos o del saqueo, fue detenido por los milicianos rebeldes, exigiéndole 20.000 libras sirias antes de dejarle continuar. Cuando Ibrahim se quejó y les preguntó por qué tenía que darles tal cantidad de dinero, recibió como respuesta una lluvia de insultos y amenazas.

Por su parte, al empresario Ali Mansur, que también intentaba sacar de Cheik Mahsud varias máquinas de su propiedad, le exigieron el doble: 40.000 libras. Según ha declarado este empresario, lo peor de todo es que el Ejército Libre de Siria no está tomando ningún tipo de medida contra estos abusos, lo cual revela que la principal fuerza rebelde no consigue controlar a los numerosos grupos radicales que se están haciendo, sobre el terreno, con el control de los acontecimientos bélicos. También se han dado casos de desapariciones, como la de Hesen Mehmud Hemo, de 51 años, del que no se ha vuelto a saber nada desde que se dirigió desde la aldea de Hec Hesna hacia el citado barrio de mayoría kurda.

Tras las quejas presentadas por el Partido de la Unidad Democrática (PYD), la organización kurda que controla el barrio de Cheik Mahsud, por la actuación de este batallón, la dirección del ELS ha enviado una comunicación a Hayyavani conminándole a cesar en este tipo de actos bajo la amenaza de incoarle un proceso judicial.

Para el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, estas unidades rebeldes están actuado de la misma forma que el régimen de Bachar al Asad, calificando estos hechos de “crímenes de guerra” y exigiendo que el batallón dirigido por Khaled Hayyavani ponga de forma inmediata en libertad a todos los detenidos, que devuelva los bienes confiscados y que los responsables sean llevados ante la Justicia”.

“Estos hechos –dice el Observatorio- son la reproducción de las brutalidades cometidas por el régimen, uno de los principales motivos por los que los ciudadanos sirios se lanzaron a las calles para exigir libertad, justicia y dignidad. Los batallones rebeldes son los responsables de todas las injusticias que se cometen en la zonas bajo su control y, si ellos detentan el poder en una zona, ellos son los que deben garantizar y respetar los derechos básicos de la población”.