El monstruo de Cleveland

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Fotografía de Ariel Castro facilitada por la Oficina del Sheriff del condado de Cuyahoga (Cleveland). / Efe.

El fiscal general de Ohio confirmó el viernes que Ariel Castro es el padre de la niña de seis años que fue encontrada en su casa, en un barrio hispano de Cleveland, junto a otras tres mujeres a las que tuvo secuestradas y atadas en el sótano durante años. Se cree que la niña es hija de Amanda Berry, que, aprovechando que Castro había salido, huyó de la casa con la niña el lunes para pedir ayuda a los vecinos. Berry tenía 16 años cuando desapareció en 2003. Las otras dos mujeres son Georgina "Gina" DeJesus y Michelle Knight.

Castro, conductor de bus escolar desempleado, de 52 años, enfrenta cuatro cargos de secuestro y tres de violación. Mostró una actitud chulesca durante el interrogatorio con la policía, según medios locales, mostrando remordimiento solamente por su captura.

"Como si estuviera muerto para mí", dijo su hija Angie Gregg. "No quiero volverle a ver", desmarcándose de su padre en una entrevista con la cadena CNN. "¿Cuándo pensaba que iba a terminar con esto? ¿Cómo pensaba que iba a terminar?"

Castro, natural de Yauco, Puerto Rico, estuvo casado durante años con Grimilda Figueroa, que murió el año pasado. A la agencia de noticias Associated Press, los familiares de Figueroa describieron a Castro como un monstruo que, hasta que le abandonó en 1996, la maltrataba salvajemente, tirándola por las escaleras, rompiéndole la nariz o dislocándole el hombro. También la encerraba en casa.

"Déjenme, que soy madre, y estoy sufriendo también", decía Lillian Rodríguez, madre de Castro, a los medios agolpados a su puerta el jueves, disculpándose por las acciones de su hijo, al que calificó de enfermo.

En una nota suicida posiblemente escrita en el año 2004, Castro culpaba a las tres jóvenes de su secuestro, diciendo que habían sido ellas las que se habían subido a su coche. En la nota también mencionaba ser adicto al sexo y el haber sufrido malos tratos de niño. En aquel año la policía acudió a la casa de Castro por un incidente ocurrido en el bus escolar que conducía.

"No importa lo duro que sea para mí, es formidable", decía sonriendo, con lágrimas en los ojos, Nancy Ruiz, madre de DeJesus. "Mi hija no para de sonreír". DeJesus desapareció en 2004, a la edad de 14 años.

Ruiz conocía a Castro desde antes del secuestro, ya que Gina y otra hija de Castro, Arlene, eran amigas y compañeras de clase. Arlene dijo, en una entrevista de televisión, sentirse decepcionada y avergonzada por las acciones de su padre.

Ruiz se  encontraba a Castro con frecuencia por la calle. La última vez, el año pasado, cuando Castro la saludó con un rutinario "¿cómo estás?". Ruiz intentaba aguantar las lágrimas recordando cuántas veces había pasado, durante estos años, por la Avenida Seymour de Cleveland donde su hija se encontraba cautiva. Su hermana, dijo, vive a dos manzanas de la casa.

El caso de Knight ha sido tratado de diferente manera al de las otras dos secuestradas. Cuando desapareció en 2002 tenía 21 años, por lo que las autoridades trataron su caso como persona huida y no desaparecida.

Deborah Knight, abuela de Michelle, dijo que la joven de 32 años necesitará cirugía de reconstrucción facial dada la severidad de las heridas por el maltrato de Castro durante su cautiverio, además de sufrir pérdida de audición en un oído. Knight no ha querido ver a su familia por el momento. Medios locales reportaron que, tras salir del hospital el viernes, permanecería en casa de la familia DeJesus.

Su madre, Barbara Knight, dijo el viernes que, antes de desaparecer, su hija era su mejor amiga. Aún no ha podido verla. Dijo que quiere abrazarla. Y está sorprendida, porque siempre pensó que si su hija aparecía un día, aparecería muerta.

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