Mujeres yezidis usadas como esclavas sexuales: “¡Por favor, ayudadnos!”

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Mujeres yezidis huyendo del acoso de los yihadistas en la zona de Sinyar. / Bas News
Mujeres yezidis huyendo del acoso de los yihadistas en la zona de Sinyar a comienzos de agosto. / Bas News

No resulta fácil confirmar con datos concretos las continuas denuncias de que cientos de mujeres yezidis han sido convertidas en esclavas sexuales, llevadas a lugares desconocidos como botín de guerra y hasta vendidas públicamente en el mercado de Mosul, pero algunos testimonios directos recogidos a través de teléfonos móviles han generado detalles luego divulgados por medios locales de suficiente credibilidad, como Rudaw, Bas News o Ankawa.

Personas que están padeciendo esta especie de nazismo islámico, que acaba de dar otra muestra de su brutalidad ejecutando a un peshmerga kurdo prisionero, han logrado así difundir al resto del mundo lo que ocurre bajo dominio del Califato. Entre estos testimonios está el de un grupo de mujeres yezidis apresadas en la zona de Sinyar a comienzos de agosto y que se pusieron en contacto con un periodista de Rudaw gracias a que lograron conservar durante unos días un teléfono móvil.

La mujer que pudo hacer estas llamadas dijo tener 24 años y estar con otras 200 mujeres encerradas en un lugar próximo a Baaj, localidad de la provincia de Nínive situada al sur de Sinyar. Según relata en Rudaw el reportero Nasir Ali, esta joven hablaba entre sollozos y pedía repetidamente que la aviación bombardeara el lugar donde estaban encarceladas para acabar de una vez con su sufrimiento.

La diputada Evar Ibrahim, con un grupo de refugiadas. / Facebook/evarebrahim
Evar Ibrahim, diputada del partido Goran (Cambio), de negro y sin pañuelo, con un grupo de refugiadas. / Facebook.com/Evarebrahimgorram

“Vienen tres o cuatro veces al día -dice refiriéndose a los milicianos yihadistas-; cogen dos o tres entre las chicas guapas y se las llevan a los emires (jefes locales del Estado Islámico) para ser utilizadas sexualmente. Después, las chicas regresan llorando, rendidas y humilladas”. La interlocutora da el detalle de que todas las mujeres allí encerradas procedían de las comarcas de Gir Azair y Siba Seikh Khidri, áreas que cayeron en manos yihadistas de forma tan repentina que ni siquiera les dio tiempo a escapar.

“Apresaron a todo el mundo, hombres, mujeres y niños. Después nos llevaron a Sinyar, donde separaron a los hombres de las mujeres. Éramos unas 200 mujeres; nos subieron a camiones y nos llevaron a otro lugar, cerca de Baaj”.

En otra llamada con el mismo teléfono, esta mujer explica las penosas condiciones en que se encuentran debido a la falta de comida, que las mujeres piden a los carceleros que les maten de un tiro y añade que algunas ya se habían suicidado. “Hoy mismo una chica se ha ahorcado con su pañuelo”, explica pidiendo a cualquiera que pueda oírles que les ayuden. “Por favor, ayudadnos; rescatadnos”, suplica. Según dice Nasir Alí, una de las llamadas se cortó de forma precipitada cuando, entre susurros, alguien le apresuró a cortar la comunicación: “¡¡Cuelga, cuelga… que vienen!!”

Otro testimonio directo, en este caso recabado y difundido por la agencia Bas News, ratifica las informaciones sobre la hipotética venta pública de las mujeres yezidis en la ciudad de Mosul. De acuerdo con este informante, el precio de las mujeres varía de acuerdo con su aspecto físico. Evar Ibrahim, diputada del partido Goran (Cambio) en el Parlamento kurdo de Arbil y responsable de la Comisión parlamentaria para los Asuntos de la Mujer, asegura que incluso se ha abierto una oficina encargada de esta actividad en el barrio de Quds, situado en la margen derecha del río Tigris, que divide en dos la capital del Califato.

Por su parte, el Observatorio Sirio de Derechos Humanos asegura tener documentada la venta de mujeres yezidis en al menos 27 casos. Estas mujeres pertenecerían a un grupo de unas 300 trasladadas desde Irak a varias zonas bajo control del Estado Islámico en Siria, concretamente en Alepo, Al Raqa y en la región de Hasaka. De acuerdo con esta organización humanitaria, las mujeres son consideradas "sabaya", es decir "botín adquirido en la guerra contra el infiel" en aplicación de las normas coránicas. También explica este Observatorio que algunos notables kurdos y árabes han simulado comprar algunas de estas mujeres para después liberarlas dentro de una campaña en este sentido lanzada por el Gobierno Regional del Kurdistán.

Respecto a la situación general dentro de la ciudad de Mosul, la fuente consultada por Bas News confirma lo publicado por Cuartopoder sobre la considerable pérdida de popularidad de los yihadistas entre sus habitantes y el que en este cambio habría influido considerablemente el trato dado a los cristianos y a otras minorías religiosas.

Imagen difundida por internet mostrando los instantes previos a la decapitación del peshmerga kurdo.
Imagen difundida por internet mostrando los instantes previos a la decapitación del 'peshmerga' kurdo.

El mismo efecto estaría produciendo la ostentación de su brutalidad emitiendo vía internet la decapitación de sus prisioneros, especialmente el caso del periodista norteamericano James Foley y ahora la de un peshmerga prisionero, realizada frente a la Gran Mezquita de Mosul, muy próxima a las ruinas de Nínive. Esta ejecución estaría relacionada con los avances que se han producido estos días por parte de las fuerzas peshmergas en torno a la ciudad.

También coincide este testimonio en que grupos políticos, como el antiguo Baath, que inicialmente se unieron a los yihadistas en la ocupación de la ciudad, ahora están en contra del Estado Islámico; muchos de sus militantes han huido de la ciudad pero otros habrían sido apresados, encarcelados e incluso ejecutados. Igualmente sería síntoma de esta pérdida de popularidad, la notable disminución de los yihadistas en las calles, al mismo tiempo que ha aumentado el protagonismo dentro de sus milicias de elementos procedentes de zonas rurales que tratan a los mosulíes con desprecio e incluso de forma violenta.

De acuerdo con esta y otras opiniones, habitantes de zonas extremadamente atrasadas se habrían unido al Estado Islámico debido a las expectativas de quedarse con el botín de guerra saqueando las casas de “los traidores” e “infieles”, como estaría ocurriendo con las viviendas pertenecientes a policías y militares que trabajaban para el Gobierno central de Al Maliki.

Según estos nuevos datos, en la ciudad no hay corriente eléctrica, resulta difícil adquirir gas o combustible para los coches, hay poca comida y la que hay está muy cara. Según explica esta fuente anónima, los depósitos de los coches están vacíos, los empleados públicos han perdido el trabajo y, aunque a nadie se le molesta por su actividad económica, muchas cosas están totalmente prohibidas, entre ellas fumar en público o las tradicionales narguilas (pipas de agua) que se veían en muchos cafés de esta histórica ciudad iraquí.

5 Comments
  1. loles says

    Aunque conozcamos vuestros sufrimientos..El «amo del nuevo Mundo..sólo sabe responder con mas guerra y mas sangre y odio…No soplan mejores vientos en Europa…no se mueve por temor que el nuevo Emperador»se enfade» y no pueda jugar al golf,ni tirar al plato..en su «casita Blanca…¡¡

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