Un nuevo vídeo difundido por el Centro de Información del Estado Islámico confirma lo que hasta ahora solo eran denuncias no comprobadas documentalmente: el movimiento yihadista liderado por Abu Baker Al Baghdadi ha comenzado a destruir el impresionante patrimonio histórico-artístico correspondiente al Imperio Asirio, uno de los legados de mayor valor que la Humanidad tiene en Oriente Medio.
Tal y como se puede apreciar en las imágenes difundidas por YouTube (ver vídeo, abajo), varios militantes yihadistas se dedican a romper con grandes mazas y de forma sistemática todo lo que encuentran a su paso dentro del Museo de Mosul, derribando estatuas y tirando al suelo bustos y todo tipo de objetos arqueológicos.
Este museo está considerado uno de los más importantes de Oriente Medio por conservar piezas del periodo asirio y parto debido a la proximidad de grandes yacimientos arqueológicos, como las ruinas de Nínive, prácticamente dentro de Mosul, las de Nimrud, situadas al sureste, o las de Hatra, la ciudad mejor conservada del periodo parto que se encuentra en plena zona desértica pero bajo control califal.
Esta destrucción ocurre solo unos días después de que el antiguo director de la Biblioteca Pública de Mosul, Ghanim Al Taan, denunciara el saqueo de sus fondos y la quema no solo de miles de libros sino, lo que es más grave, de numerosos manuscritos con cientos de años de antigüedad. Anteriormente habían seguido el mismo destino los fondos de la biblioteca universitaria y los de varias iglesias y monasterios cristianos, donde se conservaban fondos escritos en arameo, el idioma internacional que se usaba en todo Oriente Medio en tiempos de Jesucristo y que actualmente mantiene como lengua nacional y litúrgica la amplia comunidad cristiana de rito asirio.
Igualmente hace un mes varios residentes de Mosul, a través de distintos medios, aseguraban que se había destruido con explosivos una parte de las murallas de Nínive. Precisamente en el nuevo vídeo se puede ver cómo se intenta derribar uno de los toros alados con cabeza humana que simbolizan la cultura asiria.
Estas gigantescas esculturas, denominadas 'lamasus', se conservan tanto en el museo como en el palacio de Nimrud y en una de las puertas de las murallas de Nínive. Debido al entorno que se aprecia en estas imágenes, da la impresión de que uno de ellos corresponde al recinto de la mítica capital imperial de Senaquerib. Las murallas de Nínive se conservaban en buen estado pese a sus casi 3.000 años de antigüedad, siendo representativas de uno de los periodos de mayor esplendor del Imperio Asirio.
Respecto a las piezas destruidas, Athil Nujaifi, que fue gobernador de la ciudad hasta su conquista por el Estado Islámico el pasado mes de junio, ha asegurado a la agencia Rudaw que algunas eran réplicas de las originales pero que en otros casos se trata de las auténticas, echando en falta otros objetos de gran valor que podrían haber sido sustraídos por los seguidores de Al Baghdadi para recaudar fondos en el mercado negro.
Según esta agencia de noticias, los militantes yihadistas explican, en plena faena depredadora, que se trata de “ídolos adorados por los antiguos en contra de Alá”. Por lo general, los movimientos fundamentalistas musulmanes consideran que los pueblos y las culturas anteriores al surgimiento de Mahoma pertenecen al “periodo de la ignorancia” y, por lo tanto, no tienen ningún valor.
El vídeo ha provocado reacciones dentro del ámbito de la cultura internacional de forma semejante a lo que ocurrió cuando los talibanes afganos decidieron dinamitar los Budas Gigantes de Bamiyán. Para el director del Metropolitan Museum de Nueva York, Thomas Campbell, nos encontramos ante una nueva “catástrofe” desde el punto de vista del patrimonio histórico-artístico. Por su parte, Stephane Dujarric, en representación de la UNESCO mostró su conmoción no solo por este acto sino por el saqueo de distintas bibliotecas antiguas.
Igualmente varias asociaciones internacionales de arqueólogos han realizado llamamientos para impedir que continúe la acción depredadora contra el patrimonio de la Antigua Mesopotámica, considerada históricamente la cuna de la civilización. Entre las organizaciones que han dado esta voz de alarma se encuentran la Asociación de Directores de Museos de Arte y la norteamericanas de Arqueología y Estudios Orientales.
Teniendo en cuenta lo ocurrido, no cabe duda de los riesgos que se ciernen sobre las ruinas de Hatra, capital del Imperio Parto y una de las ciudades de influencia helenística mejor conservadas en todo Oriente Medio y que desde 1985 está catalogada como Patrimonio de la Humanidad. Hatra fue un centro comercial de vital importancia entre los siglos I y III, al mismo nivel que Palmira o Petra, aunque con la peculiaridad de que conserva varios templos dedicados a deidades rechazadas explícitamente por el islam.
Tampoco es la primera vez que los yihadistas se dedican a la destrucción de esculturas o monumentos de gran valor histórico-artístico, aunque fundamentalmente se había dedicado a derribar mausoleos, mezquitas y templos 'heréticos' de las corrientes sufíes, chiíes o del yezidismo zoroastriano.
Nada más ocupar la ciudad de Mosul, eliminaron de plazas y calles las efigies levantadas en honor de filósofos, músicos o teólogos, como Osman Mosuli, Al Athir o el poeta Abu Tammam. Más tarde, dinamitarían el complejo religioso dedicado al profeta Jonás y arrasarían la antigua iglesia de Santa María.
Son terribles las consecuencias del fanatismo, ya sea religiosos o político (recordemos que hace unos 70 años, el nazismo destruía el arte «degenerado»). Hay que cortar las fuentes de financiación y de suministro de armamento de este grupo fanático y asesino.
Estamos todos fanatizados. Estamos todos locos. Por favor, me da uma aspirina,,,!!