Esta imagen de un niño muerto en la playa del pueblo de Bodrum, en Mugla, Turquía, ha dado la vuelta al mundo y ha desatado una oleada de indignación en las redes sociales contra la política de inmigración de la Unión Europea, que vive su peor crisis desde la Segunda Guerra Mundial. Se trata de Aylan Kurdi, un niño sirio de tres años que emigraba junto a su hermano Galip, de cinco, su madre Rehan y su padre Abdulá, el único superviviente del hundimiento de la embarcación en la que viajaban un total de trece personas. La familia Kurdi se había echado al mar, huyendo de la guerra en su país, tras habérseles denegado el asilo en Canadá.
Las expresiones de tristeza y de dolor ante la impactante fotografía se han mezclado con las acusaciones contra los gobiernos europeos y con un sentimiento ciudadano de vergüenza por pertenecer a una comunidad que permite un drama tan aberrante como el que resume la foto.
El hashtag #YoSoyRefugiado se ha convertido en trending topic ante la magnitud de la tragedia que muestra la imagen.