Sidse Babett Knudsen: «Me gustaría representar el sufrimiento de las mujeres yezidis en una película»
A nadie se le pudo escapar el profundo significado de la imagen con la que este viernes se ponía en marcha el Festival de San Sebastián: una rueda de prensa al mediodía para presentar la película inaugural integrada exclusivamente por mujeres: la doctora Irène Frachon, en cuyo libro Mediator 150mg ¿Cuántos muertos? se basa la película La doctora de Brest; la directora Emmanuelle Bercot, Sidse Babett Knudsen, que da vida al personaje de Irène, y las productoras Caroline Benjo y Carole Scotte.
Distintas intervenciones coincidieron en que elegir esta combativa película para abrir la edición 64 del Festival de Cine suponía un homenaje a las mujeres que, como en este caso, han sabido abrirse camino en distintos ámbitos de la sociedad. Poco antes, más de mil personas abarrotaban el auditorio del Kursaal donostiarra para ver esta dura denuncia contra la industria farmacéutica basada en el caso real de un fármaco -Mediator- que mató a cientos de enfermos en Francia al trastornar el funcionamiento de las válvulas del corazón.
“Más que interpretar a mujeres me interesa representar a seres humanos” |
La versión cinematográfica, que se estrenaba en San Sebastián por primera vez en toda Europa, se sustenta, fundamentalmente, en la gran interpretación de Sidse Babett Knudsen, la actriz danesa que en los últimos años ha saltado a la fama gracias a la serie de intriga política Borgen, y en la fuerza del propio personaje real. Tras la conferencia de prensa, preguntada por cuartopoder.es, reconoció que el cine le permite acercarse a los problemas de la sociedad pero también que intenta huir del estereotipo de mujer fuerte, valiente, independiente y ejecutiva que se le está atribuyendo tras las últimas películas que ha protagonizado.
“No busco especialmente interpretar un tipo determinado de mujer. Intento desviarme de los estereotipos –explica Sidse Babett. Lo cierto es que no sé por qué los directores me buscan para interpretar papeles de mujeres fuertes; no termino de entenderlo. Me encantan los personajes con matices, con contradicciones, con esos fallos que les hacen humanos. Más que interpretar a mujeres me interesa representar a seres humanos”.
En este sentido, ponía como ejemplo la propia convivencia durante el rodaje con la doctora Irène Frachon, que, entre los años 2009 y 2011, mantuvo un combate legal con la empresa farmacéutica Servier hasta conseguir que las autoridades galas prohibieran la distribución de Mediator.
También recordó, en este mismo sentido, que uno de los capítulos de la serie Borgen se centraba en la fuerte depresión que sufría la hija de Birgitte Nyborg, la primera ministra de Dinamarca que encarna en la serie. “Trataba sobre los medicamentos antidepresivos. Entonces me di cuenta de la facilidad con que se venden los antidepresivos y que a mi alrededor había muchas familias con hijos (reales) en la misma situación”.
Refiriéndose a la batalla que libra la doctora de Brest, destaca que “lo más importante de la película es su faceta humana, la de una persona convencida de que se puede hacer algo para cambiar las cosas dentro del sistema. Es una película que trata de la lucha del individuo contra las farmacéuticas pero también contra un Gobierno que no ha hecho bien su trabajo”. “Aquí no estamos para aceptarlo todo; también se puede actuar”, concluye Sidse Babett.
Mucho menos cómoda, como también reconoce explícitamente, se siente cuando se le plantea el contraste del tipo de mujer que, como ella, han llegado a la cumbre del éxito, que han logrado el reconocimiento social e internacional en tanto que mujeres modernas y atractivas, y la tragedia que, ahora mismo, están viviendo más de 3.000 mujeres yezidis convertidas en esclavas sexuales por el Estado Islámico, vendidas en los mercados a distintos precios de acuerdo con sus atributos físicos, repetidamente violadas por sus guardianes.
“Lo más importante de la película es una persona convencida de que se puede hacer algo para cambiar las cosas” |
“No me siento cómoda hablando de un problema tan serio del mundo real. Yo soy actriz; lo mío no es la escritura o la denuncia. Yo no sería una buena guionista; mi poder es la interpretación; ahí es donde yo puedo realizar mi aportación. Si me ofrecieran un buen guión, lo aceptaría encantada, haría lo posible por ayudarlas”.
Entonces, se le plantea el caso concreto de Nadia Murad, superviviente del Estado Islámico, sometida durante meses a todo tipo de violencias sexuales, que sufrió violaciones colectivas, que está denunciando su caso y el de todas las mujeres yezidis por todo el mundo, incluso ante el Consejo de Seguridad de la ONU. Por este motivo, ha sido nominada para el Premio Nobel de la Paz y Amal Alamuddin -abogada y esposa de George Clooney- ha asumido su defensa en el Tribunal Internacional de La Haya. "¿Entonces, le gustaría representar el sufrimiento de estas mujeres en una película?". Sidse Babett no duda en aceptar el reto con entusiasmo: “Claro que sí, por supuesto, me parece un tema muy interesante, me gustaría representar el sufrimiento de esas mujeres en una película”.