Polémica por el ‘Monumento a los Caídos’ de Pamplona: derribo o reconversión

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El Monumento a los Caídos, al final de bulevar de Carlos III en el centro de Pamplona. / Manuel Martorell

La comunidad foral de Navarra está inmersa, desde hace varios meses, en un agrio debate sobre el futuro del llamado Monumento a los Caídos, una basílica de aires imperiales, estilo próximo al clasicismo y coronada por una gigantesca cúpula que la Diputación franquista levantó en 1942, como homenaje a “los muertos en la Cruzada”.

Salvando las diferencias, la polémica es similar a la que, en su momento, provocó el Valle de los Caídos, principal símbolo franquista de la Guerra Civil, sobre el que una comisión de expertos dictaminó el año 2011 su mantenimiento, modificando su significación política y trasladando los restos del dictador al lugar que la familia de Franco decidiera.

En el caso navarro, también existía una cripta con los cuerpos de dos generales golpistas, Emilio Mola y José Sanjurjo, cuyos restos fueron trasladados durante un solemne y multitudinario desfile desde la Catedral del Pamplona al Monumento de los Caídos en julio de 1961, junto a seis combatientes “nacionales” que representaban a cada una de las merindades (tradicional división administrativa) navarras: Pamplona, Tudela, Estella, Tafalla y Aoiz, en este último caso dos hermanos.

La basílica, una vez desacralizada, fue donada por el Arzobispado al Ayuntamiento de Pamplona en 1997 a condición de que se respetara el valor religioso de la cripta y se diera al edificio un uso cultural. El actual consistorio, dirigido por Joseba Asirón (Bildu), llevó a cabo el pasado mes de noviembre la exhumación de todos los cuerpos y abrió un debate sobre el destino final de la basílica, ya que parte del cuatripartito que lo apoya --Geroa Bai, Podemos e Izquierda-Ezkerra (IU), además de Bildu-- apuesta por derribarlo.

Sin embargo, esta drástica solución se topa con serias dificultades legales, comenzando por el propio convenio legal de cesión entre el Ayuntamiento y el Arzobispado. Igualmente resulta un obstáculo su catalogación municipal como bien protegido, los frescos del muralista Ramón Stolz y su ubicación urbanística como remate final del amplio bulervar peatonal que, partiendo desde la plaza de Castillo, en el Casco Viejo, atraviesa el centro de la ciudad de lado a lado.

Vista de la polémica basílica de aires imperiales y neoclásicos desde las escalinatas de acceso. / M. M.

De hecho, cuando los arquitectos navarros Víctor Eusa y José Yarnoz diseñaron el edificio, lo integraron en otra gran plaza que “cerraba” la trama urbana cuando el Ensanche llega al límite de la meseta sobre la que Pompeyo fundó la ciudad el año 74 a. C. Asímismo, dificulta su demolición el hecho de que la basílica forme un conjunto arquitectónico con una iglesia y unas instalaciones parroquiales que la flanquean

Entre las iniciativas para decidir su futuro, a finales de enero, el colectivo ZER organizó unas jornadas de reflexión, presentando propuestas que del derribo a su conversión en memorial antifascista. Por su parte, varios conocidos arquitectos e historiadores navarros han solicitado formalmente su conversión en el Museo de Historia del que la ciudad carece.

Servida la polémica, el debate se ha cruzado con otra aún más agria sobre la participación del carlismo, movimiento de gran influencia en Navarra hasta mediados del pasado siglo, en la Guerra Civil, hasta el punto de que Izquierda-Ezkerra ha presentado en el Parlamento Foral una iniciativa para cambiar, en este sentido, el discurso histórico del Museo del Carlismo, organismo ubicado en Estella e integrado en la red de museos del Gobierno Foral.

Para convocar las jornadas del colectivo ZER, los organizadores difundieron un vídeo con imágenes extraídas de Cifesa y el Nodo, superponiendo y mezclando sin orden cronológico tomas del homenaje a las Brigadas Navarras, en noviembre de 1937, con otras sobre la construcción del cuestionado monumento, la visita de Franco a Pamplona, en 1952, y el traslado de los cuerpos de Sanjurjo y Mola.

El resultado final del montaje audiovisual lleva a una identificación del carlismo con el franquismo, tal y como hacían esas dos productoras cinematográficas, verdaderas maquinarias de propaganda franquista, dejando de lado los cambios que, durante esos años, mostraba el movimiento legitimista  frente a la dictadura.

Por ejemplo, el vídeo olvida que al mes siguiente del homenaje a las Brigadas Navarra, el principal líder carlista, Javier de Borbón-Parma, era expulsado de España por orden expresa de Franco debido a su oposición al régimen fascista o que, cuando comienza la construcción del Monumento, se producen los más graves choques con el régimen: más de 100 heridos en el atentado de Begoña (1942) y enfrentamiento a tiros y cierre del Círculo de Pamplona, en diciembre de 1945.

Igualmente pasa por alto, intencionadamente o por desconocimiento, el boicot a la visita de Franco. en 1952. o la estruendosa pitada contra las autoridades durante el citado traslado de los restos de Mola y Sanjurjo, de julio de 1961, en protesta, precisamente, por el trato que el carlismo recibía del régimen.


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3 Comments
  1. florentino says

    Hay que decir.. 3.500 asesinados, en donde no había frente de guerra. Carlistas y Falanjistas fueron las manos ejecutoras de esos miles de Navarros. Hoy, con una ley de memoría histórica deben tanto Aytº y Gobierno Foral buscar el apoyo social ( que lo tiene ) y terminar con tantos años de humillación y bandidaje por parte de los sucesores idiologicos en el siglo XXI. No creo que haya tantos arquitectos, ni historiadores que puedan sostener ninguna versión para mantener la apología del terror franquista y fascista.En ninguna ciudad de Alemania o Italia tendrán ningún monumento a sus verdugos. Antes de venir los Romanos estaban los Vascones.. antes de Pompaelo sus nativos la llamaban Iruinea.

  2. juanjo says

    Pero Hombre, si no hubiera sido por los carlistas navarros, bueno, y los carlistas vascos …. y,y, y , los carlistas catalanes de Monserrat, Franco no hubiera ganado la guerra.
    ..
    Y es que el nacionalismo siempre es el nacionalismo.

    De ahí que los monumentos franquistas estén donde están: en el monte, con los irracionales (Cuelgamuros) o justo a las gentes que le auparon: Burgos, Navarra y el País Vasco….

  3. EUDO says

    Eso es falso y te recomiendo el libro del nacionalista y poco sospechoso, Mikel Azurmendi «El Requeté de Olite».
    Ya va siendo hora de reconocer la catástrofe que supuso el liberalismo para España.
    Asonadas militares, destrcción de todas las bases jurídicas encarnadas en las constituciones de los pueblos de Las Españas que eran sus fueron.
    Lea usted la constitución de Los Estados Unidos de Norteamérica y compárela con el furo de Bizkaia y se sorprendera. Claro que eso viene de la visita de Jhon Adams a Bilbao y su estudio de dicho fuero.
    Nos copiaron hasta el símbolo del Dolar que con las columnas de Hércules y la S de la ceca de Sevilla

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