Paula Thijs: “Polonia y Hungría se mueven en una dirección autoritaria”

HAMBURGO (ALEMANIA).- Paula Thijs (Maastrich, 1990) trabaja como investigadora en el Departamento de Sociología de la Universidad de Radboud, una de las más prestigiosas de los Países Bajos. Hablamos con ella en Hamburgo, durante el congreso anual del Consorcio Europeo de Investigación Política (ECPR, en inglés), donde ha presentado una investigación sobre el apoyo de la opinión pública a posiciones autoritarias en Europa en los años anteriores y posteriores a la crisis económica de 2008.

— ¿Estamos viviendo un ascenso del autoritarismo en la Unión Europea?

—  En términos de actitudes de la ciudadanía no, pero en términos de regímenes sí. En Polonia y Hungría, los regímenes de Jaroslaw Kaczynski y Viktor Orban se están moviendo en una dirección autoritaria. Están aplicando políticas que afectan a la democracia liberal en esos país, que afectan a la libertad de expresión, los medios y el sistema judicial, están habiendo cambios enormes y expulsiones de jueces.

Sin embargo, si observamos actitudes como el conservadurismo, el tradicionalismo o la necesidad de seguridad, vemos que no ha habido grandes cambios en la opinión pública durante el periodo 2002-2016, que es un periodo relativamente corto. Si observamos la media europea, no cambia nada, pero si miras a países determinados, sí hay ciertos cambios. Por ejemplo, en Eslovenia, hasta 2012, hubo un incremento de las actitudes autoritarias, igual que en otros países del este de Europa, como Polonia, Hungría y República Checa.

— ¿Y en Europa occidental?

— En algunos países hubo un incremento de las actitudes autoritarias durante dos o tres años, durante la crisis económica, pero después descendió la frecuencia de estas actitudes.

— ¿A qué se refiere con el término “actitudes autoritarias”?

— A la importancia que la gente atribuye a la seguridad y las tradiciones, la defensa de un gobierno fuerte para proteger a la ciudadanía… También se incluye el apego a las convenciones, la importancia concedida a ‘comportarse correctamente’.

— ¿Ha identificado algún cambio importante en las actitudes respecto a la igualdad de género?

— He investigado este tema en los Países Bajos y conozco la literatura sobre la materia, que se centra sobre todo en Estados Unidos. Desde los años 70, el apoyo a la igualdad de género se incrementó de forma masiva en la mayoría de los países occidentales. Sin embargo, a partir de los 90 esta tendencia se estabilizó y en algunos países descendió el apoyo a la igualdad. Los datos más recientes muestran que el apoyo está aumentando de nuevo, todavía no sabemos por qué.

— ¿Este recientemente incremento podría estar causado por el resurgir del movimiento feminista en ciertos países?

— Es posible que haya un resurgir del feminismo pero no creo que ya haya tenido un impacto en las actitudes del público en general. Es un fenómeno que sucede sobre todo en la generación más joven y entre las personas con mayor nivel educativo.

— ¿Qué grupos sociales tienen una mayor tendencia a mostrar actitudes autoritarias?

— En Europa occidental, sobre todo, los grupos con menor nivel educativo. Hay mucho debate sobre la clase social, sobre si los trabajadores manuales tienen una mayor tendencia a las actitudes autoritarias que los trabajadores no manuales. Sin embargo, no hay una conclusión clara. También es más probable que las personas religiosas tengan actitudes autoritarias, porque la religión está estrechamente conectada con el conservadurismo. Además, está la ‘amenaza económica percibida’: es más probable defender actitudes autoritarias si tienes el sentimiento de que no puedes salir adelante con los ingresos que tienes.

— ¿Cree que los partidos de extrema derecha tienen la capacidad de promover las actitudes autoritarias o simplemente se benefician de un estado de opinión existente?

— Esa es una buena pregunta. Creo que es una combinación de las dos, dependiendo del contexto específico de cada país. Los partidos de extrema derecha tiene la capacidad potencial de modificar las opiniones ciudadanas. Hay investigaciones sobre los partidos populistas de derecha radical y las actitudes anti-inmigración que muestran que la existencia de un partido de este tipo en un país incrementa la oposición a la inmigración. Estos partidos aumentan la prominencia del tema en el debate público, la gente piensa más en el asunto de la inmigración y siguen la dirección de los partidos que están gritando sobre este tema.