La izquierda francesa muestra sus divisiones en el festival de ‘L’Humanité’

  • Aunque todas las formaciones de izquierda están invitadas al festival, la hegemonía comunista es evidente.
  • El gran ausente de la fiesta ha sido Jean-Luc Mélenchon.

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PARÍS.- 7 de septiembre de 1930. El periódico del Partido Comunista Francés (PCF), L’Humanité, celebra su primera fiesta anual en la localidad de Bezons, a las afueras de París. Desde entonces, la Fête de l’Huma, como se conoce popularmente, se ha convertido en uno de los encuentros más multitudinarios de la izquierda europea, que reúne cada año a cientos de miles de personas. Este año, la fiesta se ha visto empañada por las divisiones en el campo progresista francés, sobre todo entre el PCF y La Francia Insumisa de Jean-Luc Mélenchon, que no ha acudido al festival.

“Venimos por el ambiente”, relatan tres jóvenes de 22 años, que vienen a la fête por tercera vez. “Hemos ido a algunos debates pero a los conciertos no”, explican. Durante los tres días que dura el festival, las actividades políticas se alternan con decenas de actuaciones musicales, entre las que destaca este año un concierto de Franz Ferdinand. No ha faltado el tradicional discurso de Pierre Laurent, secretario general del Partido Comunista y una multitud de encuentros con políticos, sindicalistas, investigadores, periodistas y activistas sociales. Aunque todas las formaciones de izquierda están invitadas al festival, la hegemonía comunista es evidente: la mitad del recinto está ocupada por los puestos de las agrupaciones locales del PCF, en los que se suceden las actuaciones musicales, los mítines y las comilonas.

El resto del recinto está ocupado por el “Pueblo del mundo”, un sector en el que se entremezclan los aromas de mil variedades de kebab y parrilladas cocinadas por activistas de países árabes con el olor de las sardinas del Partido Comunista Portugués y la tortilla de patatas de los españoles del puesto del PCE. Decenas de formaciones políticas envían representantes cada año a la Fête de l’Humanité, desde el Partido Comunista Chino a Syriza, pasando por una multitud de organizaciones latinoamericanas, africanas y de Oriente Medio. Este año Podemos no tiene puesto, por lo que varios de sus militantes en París han acudido al del PCE. “Vengo para encontrarme con generaciones antiguas de emigrantes españoles en París”, cuenta Pablo, integrante del Círculo de Podemos en la capital francesa. “Y también para hablar de política y comer tortilla y salmorejo”, las dos grandes especialidades de los militantes andaluces que gestionan el puesto.

La Fête de l’Huma es un punto de encuentro para comunistas de todo el mundo pero también para las distintas corrientes de la izquierda francesa. Simpatizantes de distintos partidos se mezclan sin problemas en las pistas de baile y las salas de debate del festival y durante los tres días que dura la fête, la cortesía también se impone entre los líderes. Junto a los representantes del PCF, en la programación del encuentro también están presentes partidos como Ensemble (trotskysta, integrado en la Francia Insumisa), Lutte Ouvrière y Générations, el movimiento creado hace un año por el ex candidato del Partido Socialista a las elecciones presidenciales, Benoît Hamon.

El gran ausente de la fiesta ha sido Jean-Luc Mélenchon. Desde la fundación de la Francia Insumisa (FI) en 2016, las relaciones entre Mélenchon y sus antiguos aliados comunistas no han hecho más que  empeorar (el punto álgido de la ruptura se produjo en mayo de 2017, cuando el ex candidato presidencial dirigió al secretario general del PCF, Pierre Laurent, el siguiente mensaje: “Sois la muerte y la nada”). Este año los ‘insumisos’ no se han esforzado en disimular sus tiranteces con los comunistas y han decidido no acudir a la fête de l’Huma, denunciando los “insultos” que supuestamente recibieron el año pasado por parte de Laurent.

L’Humanité-PCE
El PCE en el festival de L’Humanité. / Pablo Castaño

Las divisiones son profundas y todo indica que FI, el PCF, Générations y Los Verdes se presentarán por separado a las elecciones europeas de mayo de 2019, lo que reducirá sus posibilidades de derrotar a La República en Marcha, el partido del presidente Emmanuel Macron, cuya popularidad está por los suelos. Por su parte, el Partido Socialista sigue sin levantar cabeza desde su humillante derrota en las presidenciales de 2017: las encuestas le atribuyen menos del 5 por ciento de los votos. “Es una pena que el PCF y FI se dediquen a pelearse”, lamenta Etienne, un joven de veintidós años que charla con unas amigas en el puesto de Fakir, una revista satírica creada por el diputado ‘insumiso’ François Ruffin.

La media de edad del público de la Fête de l’Humanité es baja, lo que muestra que, aunque el PCF ha perdido la fuerza electoral de antaño, sigue teniendo una influencia social importante en el llamado ‘pueblo de izquierda’, ese amplio sector del electorado francés que tradicionalmente ha oscilado entre los comunistas y el Partido Socialista. Entre quienes recuerdan la época dorada del PCF está Libertad, de 82 años, hija de españoles y militante comunista desde siempre. “La primera vez que vine a la fête tenía siete meses”, relata con una cerveza en la mano. “Mi padre llegó a Francia en 1918, luego volvió para luchar en la guerra en las Brigadas Internacionales. Mi madre era actriz y dedicaba el dinero de las representaciones a las Brigadas”, cuenta con orgullo.

Este año, Libertad se encarga de coordinar la recepción a los representantes de partidos extranjeros en la Fête de l’Humanité, un punto de encuentro para una izquierda francesa que intenta ampliar su espacio entre la contrarrevolución neoliberal de Emmanuel Macron y la amenaza omnipresente de la extrema derecha.

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