Las protestas de los automovilistas ponen contra las cuerdas a Macron y… Melénchon

  • Se trata de la movilización más multitudinaria contra el Gobierno de Macron desde su llegada al poder en mayo de 2017
  • Entre los promotores hay integrantes de En Pie La Francia, el movimiento de Nicolas Dupont-Aignan (apoyó a Marine Le Pen en las elecciones de 2017), lo que hizo dudar a los ‘insumisos’

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PARÍS - El movimiento de los Gilet Jaunes (chalecos amarillos) ha conseguido su objetivo: el pasado 17 de noviembre, cientos de carreteras de toda Francia amanecieron cortadas por manifestantes, que protestaban por la decisión del gobierno de Emmanuel Macron de subir los impuestos a la gasolina y el gasoil. A lo largo del día se produjeron 2.000 bloqueos, en los que participaron cientos de miles de personas (282.000, según el Gobierno). Una manifestante falleció en un accidente en uno de los cortes de carretera y más de 200 personas resultaron heridas en otros lugares, lo que empañó la jornada de protesta. En París, un grupo de personas consiguió acercarse al palacio presidencial y cortó los Campos Elíseos, mientras otros bloqueaban el periférico, la autovía que rodea la ciudad.

Se trata de la movilización más multitudinaria contra el Gobierno de Macron desde su llegada al poder en mayo de 2017 –mayor que las manifestaciones sindicales del último año contra la reforma laboral, las reformas en los ferrocarriles y la reducción de puestos en la administración pública. El movimiento de los ‘chalecos amarillos’, organizado de forma espontánea por Internet, ha puesto contra las cuerdas a Macron, pero también ha colocado en una situación difícil a La Francia Insumisa (FI) de Jean-Luc Melénchon, que se ha enfrentado al dilema de qué postura adoptar respecto al movimiento, impulsado por una petición en Internet que ha conseguido más de 850.000 firmas.

Entre los promotores de la movilización hay integrantes de Francia En Pie, el movimiento ultraconservador de Nicolas Dupont-Aignan (apoyó a Marine Le Pen en las elecciones de 2017), lo que hizo dudar a los ‘insumisos’. Además, el partido de Mélenchon es radicalmente ecologista y el Gobierno presenta la subida de impuestos a los combustibles como un paso necesario de la transición energética. Sin embargo, La Francia Insumisa acabó apoyando la movilización, para evitar que la derecha se apuntase un tanto y porque consideran que el coste de la transición a una economía sin emisiones de gases de efecto invernadero tiene que recaer en las élites económicas y las grandes empresas, no en la gente corriente.

¡Primero entregad el ISF [impuesto sobre las grandes fortunas]!”, exclamó el diputado ‘insumiso’ François Ruffin en la Asamblea Nacional, criticando la eliminación de este tributo por el Gobierno de Macron. Mathilde Panot, también parlamentaria y responsable de ecología de La Francia Insumisa, también se puso el chaleco amarillo y acompañó a los manifestantes en París. Varios líderes del partido han firmado una tribuna en el diario Libération en la que mostraban su apoyo a la movilización en nombre de “la ecología popular”. Entre ataques a Macron, lanzaban una pregunta que resume la postura de FI: “Si el objetivo del Gobierno fuese realmente atenuar el cambio climático, ¿por qué no poner impuestos al queroseno, el transporte [de mercancías] por carretera, los cruceros o las flotas de automóviles de las empresas?”. Los firmantes reclaman además la reapertura de las líneas de tren eliminadas en las últimas décadas, reducir los precios de los billetes y reabrir servicios públicos en las pequeñas ciudades, para reducir la necesidad de desplazarse en coche.

Manifestantes en París.
Manifestantes en París./ P.C.

El Partido Socialista ha mostrado su “solidaridad” con los ‘chalecos amarillos’ pero ni los socialistas ni el partido Europa Ecología-Los Verdes han apoyado los bloqueos. Los sindicatos han optado por una posición intermedia: el secretario general de la Confederación General del Trabajo (CGT), Philippe Martinez, declaró a Europe 1 que consideraba “legítimo” el descontento de los ‘chalecos amarillos’ y aprovechó para reclamar un aumento del salario mínimo, pero no apoyó directamente el movimiento. Martinez también subrayó que la subida de impuestos a los combustibles solo fue la gota que colmó el vaso: desde hace meses, crece el descontento de los franceses con la política de Macron, que no ha mejorado el poder adquisitivo de las clases populares y la clase media.

Como afirmó un manifestante en los Campos Elíseos entrevistado por Cuartopoder.es, la subida de impuestos ha “cristalizado” un descontento general. Otra participante en el corte de la emblemática avenida parisina se quejaba de que “pagasen siempre los mismos”, mientras un tercero subrayaba el carácter “popular” del movimiento, rechazando una conexión con la extrema derecha. Según una encuesta de Ifop-Fiducial, los ‘chalecos amarillos’ han conseguido el apoyo de más del 70% del electorado del Agrupamiento Nacional (antiguo Frente Nacional), La Francia Insumisa, el Partido Socialista y Los Republicanos (derecha). Incluso el 39% de los votantes de La República en Marcha de Macron apoyan el movimiento.

La controvertida decisión de La Francia Insumisa de apoyar el movimiento parece haber dado sus frutos. En primer lugar, el apoyo de la formación ecosocialista a los ‘chalecos amarillos’ ha evitado que la derecha y la extrema derecha presenten el éxito de la movilización como propio –por el contrario, los medios de comunicación han destacado el carácter apartidista y espontáneo del movimiento. Además, los ‘insumisos’ han conseguido presentarse como defensores de los habitantes de las zonas rurales y las pequeñas ciudades, territorios donde Marine Le Pen tiene una clara ventaja electoral sobre Mélenchon. Finalmente, la movilización, que ha desconcertado al Gobierno por la falta de líderes con los que negociar, ha supuesto un duro golpe para Emmanuel Macron.

En palabras del líder ‘insumiso’, el 17 de noviembre podría ser “el día del divorcio del pueblo francés con el ‘macronismo’”. Si es así, ahora falta que La Francia Insumisa consiga aprovechar el momento y reforzar su posición como alternativa progresista a Emmanuel Macron, adelantando a una extrema derecha cada vez más fuerte…

Vídeo de Félix Hernández

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