16 millones de niñas de seis a once años nunca irán a la escuela, según la ONU

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Tres mujeres, que fueron esposas menores de edad, con sus hijos. / © UNFPA Nepal Santosh Chhetri

El pasado día 11 de octubre celebramos el Día Internacional de la Niña, auspiciado por Naciones Unidas y una de sus agencias más importantes, el Fondo de Población (UNFPA en sus siglas en inglés) ha presentado su Informe anual sobre el Estado de la Población Mundial, centrado en la importancia de asegurar los derechos de las niñas y denunciar las prácticas que los violan.

Los datos, que presentan la realidad que viven millones de niñas en el mundo, no pueden dejar indiferente a nadie. Según señala UNICEF en su campaña contra el matrimonio  infantil forzoso, reconociendo que es difícil conocer el número exacto de matrimonios infantiles:

– "En los países en desarrollo, más de 60 millones de mujeres de entre 20 y 24 años contrajeron matrimonio o vivían en pareja antes de haber cumplido 18 años. Más 31 millones de ellas viven en Asia meridional.

– En países como Bangladesh, Chad, Guinea, Malí, Níger y la República Centroafricana, más del 60% de las mujeres contrajo matrimonio o vivía en pareja antes de cumplir 18 años".

ONU Mujeres indica: “Con frecuencia, el matrimonio infantil es la antesala de la procreación, aun cuando las niñas no estén física o mentalmente preparadas. Cada día, más de 20.000 niñas menores de 18 años dan a luz en los países en desarrollo: cifra que representa más de 7 millones de partos por año”.

Siguiendo esta línea de denuncia, el Informe del UNFPA pone el foco de atención en la inversión económica (educación, sanidad, respeto a los derechos humanos, …) en las niñas de 10 años. Esta edad es fundamental porque el inicio de la pubertad coincide con un momento decisivo para el diseño de su vida, en los países desarrollados porque empieza a tomar opciones sobre su educación y su futura vida laboral y en los países en vías de desarrollo porque comienza a ser vista como mercancía de compra y venta, obligada a abandonar sus estudios, casarse, procrear; puede iniciar su vida de servidumbre como trabajadora infantil o ser víctima de mutilación genital.

El Informe denuncia que, “de los 125 millones de niños de 10 años de edad que hay en el mundo en la actualidad, 60 millones son niñas que están sistemáticamente en desventaja al pasar de la adolescencia a la edad adulta”, acompañando este aserto con estadísticas “clave”:

– Nueve de cada diez niñas de 10 años de edad viven en países en desarrollo y una de cada cinco vive en un país menos adelantado: una de cada cinco en India y una de cada ocho en China.

– Hasta 16 millones de niñas de seis a once años de edad nunca irán a la escuela, el doble del número de niños.

– Si todas las niñas de diez años de edad que abandonan los estudios o no asisten a la escuela en los países en desarrollo completaran la educación secundaria, impulsarían un dividendo anual de 21.000 millones de dólares.

– El 10% de las niñas de cinco a catorce años de edad hace más de 28 horas de trabajo doméstico por semana (el doble que los niños). Tres de cada cuatro niñas trabajadoras no reciben salario.

El UNFPA considera que sin el efectivo potencial de estas niñas a su edad adulta “tal vez nunca se logre la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, objetivo prioritario de Naciones Unidas para erradicar la pobreza, proteger el planeta y asegurar la prosperidad para todas las personas.

Para impulsar ese potencial y en su compromiso con el futuro de las niñas, el UNFPA presenta “diez medidas esenciales para las niñas de 10 años” que abarcan:

  • las leyes: igualdad jurídica, prohibición de prácticas nocivas y establecimiento de los 18 años como edad mínima para contraer matrimonio;
  • los servicios: educación de calidad con planes de estudios que defiendan la igualdad entre los géneros, la atención sanitaria universal y una educación sexual integral al inicio de la pubertad;
  • las políticas: centrarse en la inclusión y actuar sobre los factores de vulnerabilidad y marginación;
  • las inversiones: supervisar y corregir carencias, movilizar nuevos fondos para salud mental, protección y reducción del trabajo no remunerado;
  • los datos: utilizarlos para la mejora de las condiciones y el progreso de las niñas y
  • las normas: cuestionar y cambiar las normas  de forma participada y con carácter universal.

El Informe del UNFPA, que en 2015 alertaba sobre el estado y las necesidades de atención de las personas en refugio, como informó cuartopoder.es, previene en esta edición: “El estado del mundo dentro de 15 años depende de que hoy hagamos todo lo que esté a nuestro alcance para desencadenar el potencial de una niña de 10 años”. Éste es el reto y la necesidad.

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