España promete ayuda militar y apoyo logístico a Mali en la guerra contra Ansar Dine

La sorpresiva intervención militar francesa en Mali para frenar el avance de los yiadistas de Ansar Dine en el centro del país, ha precipitado los planes de apoyo de España al país africano. El Gobierno de Mariano Rajoy se ha comprometido a proporcionar formación, ayuda militar y apoyo logístico al menguante ejército maliense. Los planes, apenas esbozados por el titular de Defensa, Pedro Morenés, quedan ahora supeditados al requerimiento francés, con el visto bueno inicial de Naciones Unidas. El presidente Rajoy recibió información de primera mano sobre la situación en el Sahel durante su encuentro, la semana pasada en Argel, con el presidente Abdelaziz Bouteflika, pero evitó concretar el compromiso español en un conflicto revestido de “lucha contra el terrorismo de Al Qaeda en el Magreb islámico”.

Apenas 24 horas después de que el jefe del Gobierno español regresara de Argel, el presidente francés, François Hollande, dio la orden de guerra contra los yiadistas en Mali. Hollande consultó a los dirigentes de la oposición, que le respaldaron sin dudar, e informó a los gobiernos aliados. Unos tres mil efectivos de la armada y la aviación francesa se desplazaron al aeródromo de Sévaré y recibieron la orden de entrar en combate. ¿Qué había ocurrido? Los guerreros de Ansar Dine se acababan de apoderar, el jueves por la tarde, de la localidad de Konna, en el centro de Mali, después de infligir una severa derrota al ejército maliense. Los soldados abandonaron las armas, los vehículos, los heridos, y huyeron despavoridos.

Según algunas versiones de corresponsales en la zona, unos 1.200 yihadistas armados se trasladaron en motos y vehículos 4x4 y ocuparon Konna, rompiendo así la línea del frente entre el Norte, en manos de los rebeldes, y el Sur bajo control gubernamental. La caída de Konna, a 70 kilómetros de Mopti, la primera gran ciudad de “la zona libre”, puso a tiro de los guerreros de Ansar la base militar y el aeropuerto de Sévarè, cuyos habitantes comenzaron a huir, ante el temor a que  los “bandidos armados” llegaran esa misma noche. Fue entonces cuando el presidente accidental, Dioncunda Traore, lanzó su SOS a las autoridades de la antigua metrópoli.

De inmediato, la misión francesa de asesoramiento y formación de los militares malienses se transformó en una operación de combate. Ocho aviones con tropas y pertrechos aterrizaron en Sévarè y los primeros helicópteros sobrevolaron Konna a primera hora del viernes. Al mediodía, la contraofensiva estaba en marcha. Algunas “tropas amigas” procedían de Burkina Faso y de Chad. Los combates se prolongaron hasta el sábado. Los yihadistas alcanzaron con sus disparos un helicóptero francés Gazelle y mataron a un soldado. Sobre el terreno, la contraofensiva está en marcha. A última hora del sábado habían cesado los combates y los medios militares franceses daban por desalojados a los yiadistas de Konna.

Paralelamente, un portavoz de Al Qaeda en el Magreb Islámico (Aqmi) difundió un video por Internet pidiendo a las autoridades francesas que reconsideren la intervención y amenazando con realizar atentados y “matar a vuestros propios niños”. El temor por la vida de ocho rehenes franceses en manos de los terroristas del desierto era creciente. En el caso de España llamó la atención que el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García Margallo, que obligó a evacuar en julio pasado a los cooperantes españoles de los campamentos saharauis en territorio argelino no cursara alerta alguna en esta ocasión. La existencia de “redes y conexiones ligadas a Aqmi en España, Francia e Italia” extiende el riesgo de represalias terroristas, según los analistas de CNI, que no ocultan su preocupación por las “continuas referencias de la propaganda yihadista a Andalucía, Ceuta y Melilla”.

En materia de seguridad, y como consecuencia del plan de Naciones Unidas para la zona, España participa desde el 16 de julio de 2012 en la misión policial y de defensa Eucap Sahel Níger, cuyo jefe es un general de brigada de la Guardia Civil. Y se ha comprometido a participar en una operación militar en Mali que fue aprobada el 10 de diciembre por el Consejo de Asuntos Exteriores de la UE, pero sólo para asesorar y adiestrar al ejército maliense y por 15 meses. Se trata, además, de dotarlo de medios y armas para que sea capaz, junto con otros efectivos africanos internacionales, de recuperar la integridad territorial del país.

El cuartel general de esa misión se establecerá en Bamako y los centros de adiestramiento estarán en la región de Segou, a unos 250 kilómetros al noroeste de la capital. Para ese cometido, coherente con la resolución del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas 2085 de 2012, del pasado 20 de diciembre, España aportaría unos cien militares. Sin embargo, una vez desatada la ofensiva francesa, las fuentes oficiales consultadas explican que el compromiso inicial quedará condicionado por las necesidades. España se considera “directamente amenazada” por los yiadistas, que controlan la mitad norte de Mali, y, según estas fuentes, participará activamente en las decisiones que se adopten en el marco de la UE.