El último debate del bipartidismo, a cara de perro

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Sánchez y Rajoy, con el moderador, Campo Vidal, en medio, poco antes de iniciar el debate. / Juanjo Martín (Efe)

A cara de perro y sin concesiones. Así fue el último debate del bipartidismo, celebrado la noche del lunes entre el presidente del Gobierno y candidato del PP, Mariano Rajoy, y el líder de la oposición y candidato del PSOE, Pedro Sánchez. La confrontación se celebró en la Escuela de Cine, duró dos horas, fue emitida en directo por todos los canales de TVE y de ATresMedia y estuvo moderada por Manuel Campo Vidal, presidente de la Academia de Televisión. Los organizadores fijaron una tarifa de 600 euros a los medios digitales para enlazar a través de Internet y transmitir el debate en directo, y 200 euros (en ambos casos más IVA) por la grabación total a posteriori.

Sánchez acorraló a Rajoy por la corrupción, le dijo que no es un presidente “decente” y que tenía que haber dimitido hace dos años. Rajoy le respondió: “ruin, mezquino, deleznable y miserable”. El socialista no le dio tregua en materia social, laboral, de pensiones ni en los recortes al Estado del Bienestar que el Gobierno del PP ha aplicado en estos cuatro años. Incluso mostró una carta de una mujer de Valladolid que recibía una ayuda de 350 euros por depender de otra persona al no poder valerse por sí misma y a la que le han reducido la ayuda a 31 euros. Rajoy le contestó: "Eso es una carta y esto son datos", y le mostró un gráfico sobre la aplicación de la Ley de la Dependencia. El jefe del Gobierno y candidato a sucederse a sí mismo tiró de argumentario, invocó varias veces la herencia recibida, prometió rebajas de impuestos y la creación de dos millones de puestos de trabajo en los cuatro próximos cuatro años. El socialista le acusó de ignorar la realidad y esconderse tras el plasma. "¿Sabe cómo le llaman a usted? El del plasma".

A los pocos minutos de comenzar el debate, Sánchez aprovechó la política social y económica para citar al tesorero del PP, Luis Bárcenas, promocionado por Rajoy y procesado por corrupción. También citó a Rodrigo Rato, expresidente de Bankia, y a Francisco Granados, exsecretario general del PP de Madrid entre los beneficiados por la amnistía fiscal. Se le notaba con prisa de ir a la confrontación sobre la corrupción. Y enseguida acorraló a Rajoy. Le recordó que cuando estalló el caso Gurtel, en 2009, Rajoy denunció “una conspiración contra el PP” y que sus pasos posteriores no han sido precisamente de lucha contra la corrupción. “Lo que usted ha hecho ha sido enviar mensajes a un delincuente político como Luis Bárcenas para intentar calmarlo y que no diga las cosas que ha hecho en los últimos años”.

La alusión inquietó a Rajoy, que comenzó a mover nerviosamente las piernas. Sánchez prosiguió: “Hay que recordar que usted nombró gerente a Bárcenas y luego le ascendió a tesorero y le nombró senador del Reino de España. Hay que decir que cuando usted perdió las elecciones en 2004 se fue con las vacaciones pagadas por Correa, líder de la Gurtel. También hay que recordar que usted ha permitido que la señora Cospedal mintiera en la cara de todos los españoles con el despido en diferido de Bárcenas, como también ha permitido que en la sede del PP de la calle de Génova, rehabilitada con dinero B, de Bárcenas, se haya destruido a martillazos el ordenador de Bárcenas ante el requerimiento de los jueces”.

Sánchez concluyó su descripción diciendo que “tenía que haber dimitido cuando se conocieron los papeles de Bárcenas”, en vez de decir que “todo era falso, salvo alguna cosa”. Y enfatizó: “Tenía que haber dimitido hace dos años y ahora se presenta para ser presidente del Gobierno otros cuatro años, pero el coste para nuestra democracia y para la institución que aspira a representar es enorme, porque el presidente del Gobierno tiene que ser una persona decente y usted no lo es”.

Antena 3 Noticias (YouTube)

Rajoy replicó airado: “Yo soy un político honrado, como mínimo tan honrado como usted”. Le enumeró los cargos públicos que ha ocupado. “Jamás me citó nadie en ningún juzgado y jamás me acusó nadie de apropiarme de nada. Mis declaraciones de la renta son públicas desde hace diez años. No me dedico a la política por dinero y usted lo sabe. Cuando más dinero he ganado en mi vida ha sido cuando me he dedicado a mi profesión, no a la política”. Luego añadió: “Usted es joven, va a perder estas elecciones”.

-- Eso lo dirán los españoles, no usted –replicó Sánchez.

-- Yo puedo opinar, no pasa nada; tanto el señor González, el señor Aznar como yo las perdimos en dos ocasiones; eso se puede recuperar, de lo que no se puede recuperar uno es de la afirmación ruin, mezquina y miserable que ha hecho usted hoy. Si usted tiene algo contra mí, lleveme al juzgado, pero no estoy dispuesto a aceptarle nada sobre cuestiones de honradez ni le voy a hablar de su crédito de Cajamadrid ni de los Eres de Andalucía, pero no le acepto... Su intervención ha sido ruin, mezquina, deleznable y miserable.

-- Usted tenía que haber dimitido hace dos años –insistió Sánchez--. Esto va de usted o de yo, y la diferencia entre usted y yo es muy grande: yo soy un político limpio. Puesto que dice que no está en la política para ganar dinero, le voy a poner un ejemplo: yo cobro 88.000 euros brutos al año como líder de la oposición, ¿sabe cuánto cobraba usted cuando era líder de la oposición?: 239.800 euros.

-- Yo he declarado siempre mis ingresos y ahora cobro menos que usted, 78.000 euros.

Aunque el moderador intentó cortar el asunto de la corrupción con una pregunta del director de La Vanguardia sobre el crecimiento electoral de las opciones soberanistas en Cataluña, ambos contendientes siguieron a la greña, Rajoy recordando que el secretario de los socialistas gallegos está imputado por prevaricación y que en el caso de los Eres hay 200 implicados, siete consejeros de la Junta y dos expresidentes del PSOE, y Sánchez insistiendo en que tenía que haber dimitido porque “no es un político decente”. Rajoy le reprochó que no presentara una moción de censura y Sánchez le recordó que el PP tenía mayoría absoluta. Rajoy exhibió una hoja con las leyes anticorrupción aprobadas el último año sin el voto de los socialistas y Sánchez le contestó que además de aprobar leyes, los ciudadanos han de tener la garantía de que los políticos persiguen la corrupción, y señaló que frente a las unidades policiales especializadas y a las 40 plazas de fiscales anticorrupción creadas por los gobiernos socialistas, desde 2011 no se ha creado ni una más.

Al enumerar las medidas anticorrupción, Rajoy dijo sentirse orgulloso de la creación de una oficina para que los corruptos devuelvan lo robado. A lo que Sánchez respondió dirigiéndose a los telespectadores que “un hurto de alimentos por valor de 450 euros está castigado con pena de cárcel y una financiación ilegal de un partido por importe de 450.000 euros es castigado con una multa”, y a continuación le preguntó: “¿Bárcenas ha devuelto lo robado?” A Rajoy se le escapó un “sí”. Sánchez exclamó: “¡Primera noticia!” Y quiso cerciorarse: “¿Ha devuelto los 40 millones que tenía en Suiza?” Rajoy rectificó: “Es que todavía no ha sido juzgado; si de mí depende, tenga la seguridad de que lo va a devolver”. Sánchez contestó: “No me fío, usted no es libre, está atado por los papeles de Bárcenas”. A continuación leyó la lista de acusaciones judiciales contra el PP y concluyó: “Si es que usted está fulminando todos los artículos del Código Penal”.

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Aparte el rifirrafe sobre la corrupción, Sánchez acusó a Rajoy de mentir por negar el “rescate” de Bankia y otras entidades, por valor de 40.000 millones de euros, con un coste de 25.000 para los españoles, y de laminar los derechos laborales, recortar la cobertura al desempleo y desmantelar servicios públicos que configuran el sistema de protección social. Aunque Rajoy se esforzó en obtener respuesta del socialista sobre qué impuesto subirá para garantizar el sistema de pensiones, no lo consiguió. Tampoco logró que Sánchez aclarase su acusación sobre las restricciones a las mujeres para decidir su maternidad. “Lo sabe usted de sobra”, le contestó el del PSOE para no concederle la ventaja de haber cesado al ministro Alberto Ruiz Gallardón por insistir en la derogación de la ley de plazos sobre el aborto.

Rajoy volvió a abusar del espejo retrovisor sobre la pésima herencia de José Luis Rodriguez Zapatero, al que responsabilizó del paro de 3,4 millones de trabajadores, un déficit del 9% del PIB y una pérdida de 70.000 millones de euros en recaudación fiscal. Pero a Sánchez no le impresionó. “Con usted hay menos empleo y más precario”, le dijo antes de recordar que el último Presupuesto del Estado dedica 15.000 millones de euros menos a políticas sociales que en 2011 y que la reforma laboral ha supuesto una quita de 40.000 millones de euros de los salarios de los trabajadores. “Lo suyo es un misterio que habrá que investigar en Cuarto Milenio. ¿Cómo es posible que con tantos recortes la deuda haya crecido en 300.000 millones de euros y el déficit público se mantenga por encima del 4,5%?”

Rajoy insistió en que ahora se crean 1.500 empleos diarios y que su objetivo es crear dos millones de puestos de trabajo en los próximos cuatro años. Frente a la derogación de la reforma laboral y la instauración de tres tipos de contratos –fijo, temporal y en formación-- que propone Sánchez, el presidente del Gobierno apostó por mantenerla y para que los contratos temporales se transformen en fijos habrá una exención en la cotización social por los primeros 500 euros del salario. Además reiteró la intención de reducir el tipo marginal del IRPF al 17%.

Sobre Cataluña, Sánchez apostó por la revisión del modelo autonómico y la reforma de la Constitución y deploró tanto el inmovilismo de Rajoy como el rupturismo del presidente en funciones de la Generalitat, Artur Mas. En política exterior y de cooperación la nota más sorprendente fue la propuesta de Rajoy de un plan Marshall para Africa, lo que, según dijo Sánchez, sonaría creíble si el Gobierno español no hubiera reducido la ayuda a los países empobrecidos hasta dejarla al nivel de 1987, un 0,18% del PIB. Rajoy dedicó el último mensaje del debate a advertir de los riesgos del cambio y la marcha atrás y Sánchez a la necesidad de otra política que solo el PSOE puede articular para rescatar los derechos de la clase media y trabajadora y hacer frente a la pobreza y la desigualdad.

2 Comments
  1. Piedra says

    Pedo Sánchez machacó a Mariano Rajoy. Ya era hora de que un candidato se muestre implacable contra la corrupción y la impunidad de los farsantes de la derecha dizque «patriótica». Con que no roben ni evadan capitales e impuestos sería suficiente para superar la crisis económica. ¡Malditos!

  2. Juanjo says

    Sánchez se quedó corto, muy corto.
    Hace tiempo que el periodista John Carlin lo dijo mucho mejor: en cualquier país civilizado ya hubieran dimitido y hasta estaría en la cárcel.

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