Los barones con más poder forzarán el Congreso del PSOE si Sánchez se resiste

El Comité Federal del PSOE abrió el lunes, aunque no oficialmente, la caja de pandora de la sustitución del secretario general, Pedro Sánchez. La incertidumbre sobre lo que ocurrirá en la segunda fuerza política del país sigue centrando gran parte de la atención política. Los dirigentes de las federaciones más importantes - el arco del sudeste y Asturias - no están dispuestos a prolongar el mandato de un dirigente que ha fracasado en las elecciones generales del 20D y si Sánchez y su Ejecutiva insisten en ganar tiempo y aplazar el congreso del partido hasta julio, forzarán una reunión del Comité Federal en enero para convocar el congreso a mediados de marzo a más tardar. Para ello ya recogieron el lunes más de un tercio de las firmas necesarias para convocar el comité. “Si presentan la petición, la dirección cumplirá las normas y convocará el comité que, a su vez, podrá fecha al congreso”, según explica el responsable de organización, César Luena, quien opina que “un congreso de aquí te pillo y aquí te mato” sería muy negativo para el partido.

Los pasos a dar ya han sido esbozados por los dirigentes de las federaciones más fuertes. Con el argumento de que “estamos en caída libre”, no van a prorrogar el mandato de Sánchez ni admitir que vuelva a ser candidato a la presidencia del Gobierno en el supuesto de una nueva convocatoria electoral. La resolución aprobada el lunes por el comité es bien contradictoria. Por un lado, niega el margen de maniobra a Sánchez para buscar alianzas con Podemos y las formaciones nacionalistas para intentar un gobierno social y progresista tras el “no” rotundo a Mariano Rajoy, y por otro, dice que las nuevas elecciones a las que abocaría el bloqueo político “supondrían un fracaso colectivo”. El dirigente de Izquierda Socialista (IS) José Antonio Pérez Tapias, uno de los cuatro que votó en contra del texto, entiende que se podían haber ahorrado esta “seria contradicción”, máxime cuando hasta el propio Rajoy ya contempla nuevas elecciones.

Otras premisas que Pérez Tapias no duda en calificar de “falsas” solo han servido para intentar disfrazar el movimiento de la silla a Sánchez y se podían haber ahorrado, según coinciden varios dirigentes, si la presidenta andaluza Susana Díaz hubiera planteado abiertamente la petición de dimisión del secretario general. Cierto es que la reunión del máximo órgano entre congresos se había convocado para analizar los resultados y decidir “la política de alianzas”. La dirigente andaluza prefiere jugar sus cartas con rostro impávido, de ahí que la jugada de plantear el congreso sin dilación la encabezara el presidente asturiano, Javier Fernández. Y sin dilación significa: “cuando toca”, según sus palabras, es decir, a finales de febrero o en los primeros días de marzo. Las fechas que barajan son del 11 al 13 de este mes.

Los barones de las federaciones más fuertes - Andalucía, Comunidad Valenciana, Castilla-La Mancha, Asturias, Aragón y Extremadura -, reclaman la convocatoria inmediata del congreso. El presidente del principado, muy crítico con el resultado, afirma que “hay que hacer el congreso cuanto antes”. El extremeño Guillermo Fernández Vara dio a entender que la crisis interna no se soluciona solo con un congreso. El valenciano Ximo Puig, que es miembro de la Ejecutiva, prefirió que fuese su hombre de confianza y secretario de organización, Alfred Boix, quien respaldara la petición de Fernández. Aunque la andaluza Díaz, la primera en intervenir en la reunión del comité, centró su intervención en la imposibilidad de pactar con Podemos, confirmó en una breve conversación con este diario que no descarta su opción a encabezar el partido, “aunque ya se verá”.

El cálculo temporal es clave en este caso. Si el PP fracasa en su intento de investir a Rajoy, Sánchez apenas tendría una semana para buscar unos apoyos parlamentarios que le permitieran plantear su opción a la investidura y, en todo caso, dependería de la respuesta final a la renuncia de Podemos al referendo catalán. Así las cosas, el PSOE celebraría el congreso y elegiría nuevo secretario general. Aunque los plazos son muy ajustados para recoger avales y celebrar primarias internas, como desea Sánchez, el comité federal podría prescindir de ese trámite. Y está por ver si Sánchez mantiene su anuncio de que se presentará a la reelección.

Según el otrora candidato a la secretaría general y exdiputado, Eduardo Madina, el debate sobre la celebración del congreso lo ha abierto el propio Sánchez con su anuncio, a las pocas horas de conocer el resultado, de que se volverá a presentar para seguir dirigiendo el partido y con una carta enviada a algunas federaciones proponiendo que retrasen sus congresos. El argumento de posponer el cónclave hasta que se resuelva el problema de la gobernabilidad, derivado de la nueva pluralidad parlamentaria, es tachado de “insuficiente y endeble” por las federaciones más numerosas. En cambio resulta aceptable para las actuales mayorías en Madrid, Castilla y León, Euskadi, Galicia, Baleares y Cataluña, que se inclinan por no solaparlo con el debate de (no) investidura. Un evento al que Sánchez acude ya cuestionado y con una cápsula de cicuta en el bolsillo, la que le entregaron los barones el 28 de diciembre.