Apoyo mayoritario de los diputados del PSOE a la "abstención técnica" para evitar nuevas elecciones

Los diputados del PSOE con dos dedos de frente, o sea, casi todos, entienden que unas terceras elecciones generales serían fatales para ellos. Y así lo manifestaron de un modo y otro 23 de los 26 que intervinieron en la reunión del grupo, presidida, por primera vez por el jefe de la comisión gestora y presidente asturiano Javier Fernández, quien, como se sabe, ya dijo el lunes que unas nuevas elecciones “son la peor solución para el partido y para el país".

Y a partir de esa premisa mayor, los críticos que derrotaron a Pedro Sánchez y lo han enviado poco menos que al gallinero del hemiciclo, han deslizado la conclusión de que para evitar los comicios hay que abstenerse a la investidura de Rajoy y permitir que forme gobierno de una vez. “Abstención técnica” fue el término más empleado tras la exposición de Fernández, que compareció acompañado del portavoz y responsable de organización, Mario Jiménez y de los restantes ocho miembros de la gestora.

Fernández hizo una intervención conciliadora en la que dijo que "venía a escuchar". No pudo oír a los partidarios de Sánchez y el "no es no" porque se abstuvieron de intervenir. Tampoco a los catalanes del PSC, que con alguna excepción, se desentendieron de la convocatoria. Sánchez anunció que no asistiría a la reunión del grupo ni al pleno que comenzó y terminó ayer.

La intervención de Fernández, a caballo entre su presentación, la petición de serenidad y responsabilidad para que la división no afecte a las instituciones, pareció sensata y templada a la mayoría de los asistentes y tuvo, según algunos diputados, la virtualidad de abrir un debate político en el grupo que nunca se había producido con Sánchez, quien, de hecho, ni siquiera acudió a la consticución con el argumento de que estaba preparando su intervención en el debate de investidura de Rajoy.

La premisa de la abstención para evitar la repetición electoral fue bien acogida en términos generales. Muchos intervinientes coincidieron en que "nadie quiere que gobierne el PP" y en la necesidad de "hacer pedagogía" para explicar a la gente, empezando por los afiliados socialistas, que la abstención no significa que se esté de acuerdo con las políticas de Mariano Rajoy. En todo caso será el Comité Federal el encargado de modificar la posición para pasar del voto contrario a la abstención si, como parece, Rajoy sigue siendo incapaz de atraer el apoyo de sus afines nacionalistas de derechas.

Fernández, que manifestó en los pasillos su preocupación por "la división en la división el partido", que es lo que quiere evitar, según dijo, cree que no se va a producir la fractura del grupo parlamentario y repitió el mensaje de que su objetivo es "enfriar el magma", por lo que dilatará al máximo la convocatoria del Federal para que los dirigentes y las élites hablen, reflexionen y eviten un destrozo mayor del partido.

Las tres únicas voces discrepantes con la eventual abstención para evitar nuevas elecciones que, según algunos intervinientes colocarían al PP al filo de los 160 escaños, fueron Margarita Robles, número dos de la candidatura de Sánchez y magistrada del Supremo en excendencia; Odón Elorza, exalcalde de San Sebastián, y Rafael Simancas, diputado por Madrid y víctima del tamayazo que permitió en su día a Esperanza Aguirre ascender a la presidencia de la Comunidad Autónoma.

Los tres apelaron a la coherencia socialista para mantener el “no” a Rajoy. “Tendrán que convencerme para que me abstenga”, afirmó en los pasillos la independiente Robles antes de entrar a la reunión. “Cuando se modifica una sentencia se hace una motivación razonada, y aquí tendrán que darme explicaciones muy justificadas para que cambie mi voto”. Robles comentó también que ella votó "no" por convicción y que, sea con 137 o con 160 diputados, a la hora de la verdad "Rajoy hará lo que quiera con el BOE".

Al donostiarra Elorza no le ha gustado en absoluto el procedimiento de los críticos para defenestrar al secretario general, como tampoco le ha parecido correcto que se tache de derechistas a los críticos con Sánchez. Nadie quiere que se repitan las elecciones pero es muy difícil plantear un giro sin consultar con los militantes, habría dicho. En la misma longitud de onda se expresó el madrileño Simancas, quien dirigió la gestora del PSM tras la defenestración de Tomás Gómez por los partidarios de Sánchez. No obstante, se mostró conciliador y moderado en sus expresiones. Todos coincidieron en el buen tono de la reunión.

Los ganadores de la confrontación del sábado en el Comité Federal acapararon el turno de palabra y los perdedores, con las excepciones citadas, evitaron intervenir. Los partidarios del desbloqueo por la única vía posible, "la abstención", palabra que evitaron pronunciar aunque flotaba en el ambiente, que con mayor claridad apostaron por el desbloqueo gubernamental fueron los andaluces, pero también el asturiano Antonio Trevín y el castellano-manchego José María Barreda. El extremeño César Ramos advirtió en tono crítico que había muchos compañeros que discrepan del planteamiento asbtencionista y que no habían intervenido.

El otrora oponente de Sánchez, Eduardo Madina, que se incorporó a la reunión pasadas las 14 horas de la tarde, realizó una gestión para ceder su escaño al exsecretario general, de modo que no quede relegado a la quinta fila, por detrás de él. De este modo, Sánchez se sentará en el escaño 1401 que tenía asignado Madina, junto a la escalera de la izquierda del hemiciclo y éste se sentará una fila más arriba. Junto a Sánchez estará Patxi López. El asiento del exsecretario general del PSOE será ocupado por el portavoz Antonio Hernando, quien agradeció la sensibilidad de Madina.