Presidentes del PSOE en manos del PP critican el "no" de Hernando a los Presupuestos

El anuncio del portavoz socialista en el Congreso, Antonio Hernando, de que rechazarán los Presupuestos Generales del Estado que presente el Gobierno del PP para el año que viene ha generado malestar en algunos presidentes autonómicos socialistas que dependen de la abstención o del voto favorable de la derecha para aprobar sus respectivas cuentas. Personas de confianza de los presidentes de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, y de Aragón, Javier Lambán, coinciden en criticar la oportunidad y el tono tajante del portavoz parlamentario.

Hernando afirmó el lunes, tras la reunión de la Junta de Portavoces, que es “prácticamente imposible” que los diputados socialistas puedan apoyar los Presupuestos que presente Rajoy, en este caso, su titular de Hacienda y Administraciones Públicas, Cristóbal Montoro, y que vendrán condicionados por la reducción del déficit comprometida con Bruselas: del 4,6% del PIB al 3,1% en 2017. El portavoz socialista pronosticó una línea continuista en el ajuste del gasto (15.000 millones de euros) y aseguró que “si los Presupuestos son dañinos para la ciudadanía y tan antisociales como los anteriores, votaremos en contra”.

Aunque Hernando no se desvió un centímetro de su alocución en el debate de investidura, pero sus manifestaciones han provocado las llamadas de algunos barones al presidente de la Gestora, Javier Fernández, para que el portavoz evite los mensajes de oposición frontal en esta materia. Creen que Hernando se ha precipitado porque todavía no se conocen las cuentas ni la proporción del ajuste. Según el titular de Economía, Luis de Guindos, los recortes de gasto no superarán los 5.000 millones, es decir, medio punto del 1,5% del PIB, porque el crecimiento económico y de los ingresos fiscales compensarán el resto.

Pero además los presidentes de Extremadura y de Aragón que, junto con el de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ya saben que no podrán contar con el apoyo de Unidos Podemos (UP) a sus presupuestos, estiman que sería conveniente coordinar la política de negociación con el Gobierno en determinados temas, en vez de iniciar una alocada carrera por el ejercicio de la oposición. Los presupuestos son la materia más sensible. A algunos les va la vida en ello y piden prudencia y negociación (tráfico de enmiendas) para obtener la consiguiente reciprocidad territorial.

Así, el aragonés Lambán, que cuenta con 18 votos, necesita la abstención de los 21 diputados del PP y al menos de los 6 del PAR y de los 5 de C's para superar los 14 votos en contra de Podemos. Igualmente, Fernández Vara ha de apelar por segundo año a la abstención del PP para sobrevivir. Y García-Page, que cuenta con 16 votos en las Cortes autonómicas, caería derrotado si los dos diputados de Podemos, que le han retirado su apoyo, suman sus votos contrarios a los 15 del PP.

Otro punto criticable de la oposición del portavoz parlamentario socialista, que fuera designado hace dos años por Pedro Sánchez y se pasó con armas y bagajes a las filas de Susana Díaz tras la defenestración del secretario general, es que no ha tenido en cuenta la distribución del déficit entre la administración central y las autonómicas. Si Rajoy cumple su palabra, la negociación presupuestaria estará condicionada y será simultánea a la del nuevo sistema de financiación autonómica que el Ejecutivo deberá poner sobre la mesa antes de que termine este mes.

En este sentido, los socialistas presionarán para equilibrar el reparto del déficit público. Ahora favorece descaradamente a la Administración General del Estado en detrimento de las administraciones territoriales, que son las que prestan los servicios sociales y mantienen el esqueleto del Estado del Bienestar. Tanto esta materia como la modificación de los porcentajes de participación de las autonomías en los distintos impuestos del Estado serán decisivas para decidir el voto a los Presupuestos. De ahí que pidan a Hernando que no ponga el carro delante de los bueyes, en palabras de uno de los presidentes molestos con sus declaraciones.