La Otra: "Los patrones de feminidad están cambiando, los de la masculinidad no"

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La Otra, en una imagen de archivo durante uno de sus conciertos. / Iván Duque

BARCELONA.– El sábado pasado, la Plaza de Mayor del distrito barcelonés de Nou Barris acogió un concierto que reunía a distintas músicas y creadoras, un evento organizado por el Ayuntamiento con motivo del Día Mundial de la Mujer. Compartieron escenario Monique Makon, Bad Gyal y Les Sueques junto a La Otra (Madrid, 1992). Esta joven cantautora feminista atiende a cuartopoder.es en una céntrica cafetería de Barcelona, ciudad en la que graba su tercer disco, 'Creciendo', que verá la luz después del verano. Para financiar este proyecto, La Otra lanzará un crowdfunding en las próximas semanas. “Hago un llamamiento a que la gente participe, es la mejor forma de financiar un proyecto de estas características de una manera autónoma”, asegura. Su primer disco, “Pa´fuera y pa´dentro”, ha sido un éxito en los ambientes alternativos y feministas de todo el Estado. Con su nuevo trabajo, dará un paso hacia adelante en su desarrollo artístico, agradecida a todos los colectivos sociales que la han visto nacer y crecer como artista. "Me han apoyado mucho", recuerda. La reivindicación siempre va de la mano de las canciones y espectáculos de La Otra. El sábado pasado, el concierto se empañó también de un tinte trágico: dos días antes una mujer había sido apuñalada por su pareja en el propio barrio de Nou Barris. La mujer estuvo dos días en estado crítico, el bebé del que estaba embarazada murió. Un asesinato más que se suma a la larga lista de crímenes machistas en el Estado español.

— ¿Qué sintió al salir al escenario de Nou Barris, dos días después del trágico crimen machista que tuvo lugar en el mismo barrio? 

— Mi música es específicamente feminista, es la mirada que yo tengo del mundo, las cosas que digo siempre tienen que ver con estos temas. Siempre impresiona cuando hay un asesinato de una mujer y este crimen fue muy grave, a la mujer no le podían sacar el bebé porque moriría ella también. Lo ves de cerca en ese momento, pero es una realidad que existe todo el tiempo. Este espectáculo lo hago con una compañera poeta, Noelia Morgana. En el concierto hablamos desde las ganas que tenemos de ser más libres, y cosas como esta nos hacen ver la necesidad de seguir en esta línea combativa. No es que tenga como meta hacer una música combativa, sino que cuando escribo sale la rabia que tengo dentro.

— Desde su punto de vista. ¿Qué se puede hacer para evitar este feminicidio del que estamos siendo espectadores?

— Estoy entre el pesimismo y la esperanza, no lo tengo muy claro. Sé que estamos en un momento con más movimiento feminista, muchas mujeres están tomando conciencia de cuál es el estado de las cosas, pero también continúa la escalada de la violencia machista. Yo creo que esto tiene que ver con que los patrones de feminidad están cambiando, pero la masculinidad sigue en lo tradicional. Esto genera unos conflictos más agudos, hay hombres que, ante la manera en la que las mujeres cambian, acaban llevando a cabo una violencia tan extrema como para provocar la muerte. Creo que dentro de la manera en la que la cultura influye en la subjetividad de la gente, en los hombres prevalece más un patrón de subjetividad que corresponde con la masculinidad tradicional, mientras que en las mujeres está cambiando.

— ¿Definiría a su música como "feminista"?

— Sí.

— Decía que en sus canciones saca la rabia que tiene dentro. ¿Qué causa esa rabia?

"Vivimos en una sociedad enferma, estratificada, jerárquica y llena
de desigualdades
"

— Vivimos en una sociedad enferma en muchos sentidos, estratificada, jerárquica y llena de desigualdades. Las desigualdades siempre se mantienen mediante la violencia. Creo que cualquier persona sufre en una sociedad así. A mí, escribir canciones me ayuda a sanarme y a situarme en un lugar del mundo en el que poder vivir con las otras personas. Canto para sanarme. La música que hago tiene que ver con esto, con la necesidad de nombrar dolores sin nombre que tienen que ver con todas las violencias que están normalizadas. Por otra parte, con un deseo de libertad que se encuentra con muchas contradicciones, porque es muy difícil escapar de la cultura y de todas las normas que interiorizamos. Hay muchas barreras invisibles que nos dificultan relacionarnos de una manera más consciente y más respetuosa. Y abrir esas barreras es un proceso en parte individual y en parte colectivo.

— Más allá de la más grave, el asesinato y la violencia física… ¿Qué otros tipos de violencias machistas identifica?

— Hay prácticas que generan modos de pensamiento y modos de pensamiento que generan prácticas. Es una estructura que se retroalimenta. Hay mucha violencia simbólica que tiene que ver con el lenguaje, con las normas de lo que tiene que ser una mujer y un hombre, con dónde quedan todas esas personas que no son o no se identifican como hombres o mujeres y son disidentes respecto a eso. Esas personas quedan en ningún lugar, ese ningún lugar se mantiene también con la violencia. Hay exclusión, hay negación, invisibilización, también lo que todo el mundo conoce, las desigualdades económicas. Se está hablando mucho del amor romántico en los ambientes feministas porque la visión del amor es muy importante en nuestra cultura. Es una ideología que entra en todos los ámbitos de nuestras vidas y nos marca la vida. Vivimos el amor de pareja, sobre todo las mujeres, como un pilar de nuestra historia de vida. El amor romántico y de pareja se nos hace ver como el objetivo, el lugar por el que hay que pasar, el lugar desde el que vivimos nuestra identidad y funciona como excusa para someternos a todo tipo de violencias. Es muy importante deconstruir el amor romántico, pero también los afectos en general, la manera en la que los vivimos.

— En sus canciones tiene un lugar especial el amor, pero otro tipo de amor…

— El amor es el prisma mediante el cual nos relacionamos con las demás personas. Yo intento deconstruirlo. Se trata de estar con las otras personas sin violentarse a una misma ni al resto, visibilizando las relaciones de poder que hay y los privilegios. Al final, se trata de generar relaciones en las que nadie esté excluido y donde no quede violentada ninguna persona. Yo en mi vida intento situarme en distintos lugares en los que se pueda desarrollar esto. El lugar en el que nos coloca esta cultura especialmente a las mujeres y a aquellas personas que no sean hombres blancos, cisgénero y heterosexuales es un lugar oprimido. Trato de cantar desde otros lugares en los que siento que puedo existir junto a otras personas, enteras, diversas y vulnerables.

— ¿Cómo ve a las chicas de su generación? ¿Cree que existe una conciencia feminista extendida en las generaciones jóvenes?

— Según el día lo veo con mucha esperanza o con cierto pesimismo. Cuando veo la música que lo está petando ahora, canciones que tienen millones de visitas y que son el agente educativo de chavales y chavalas jóvenes, veo una situación muy preocupante. Hay letras y discursos mucho más explícitamente violentos que hace años, las tecnologías están más presentes en la vida de las personas y eso hace que los discursos dominantes se infiltren con mucha fuerza. Eso hace que esas ideas y prácticas estén más presentes y sea más fácil que se materialicen en la realidad. Pero, a la vez, también hay muchas personas jóvenes concienciadas, con actitudes y discursos muy cañeros, y eso se está extendiendo cada vez más también. Está muy polarizado todo, hay un proceso reaccionario y a la vez un contrapoder que va surgiendo y que se agranda. En este sentido creo que es importante desenmascarar la noción de libertad que se vende en muchos productos culturales, que tiene que ver con adornar mensajes casposos para que parezcan transgresores.

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La Otra interpreta una de las canciones de su repertorio. / I.D.

— ¿Conoce a gente que le haya dicho que gracias a su música ha despertado su conciencia feminista?

— A veces me lo han hecho saber y le da todo el sentido a lo que hago. Mentiría si dijera que lo hago para eso, no creo en el altruismo y todo lo que hacemos tiene que ver con un beneficio personal. Pero muchas veces eso coincide con ayudar a construir el mundo que queremos y ayudar a muchas otras personas. Si soy capaz de transmitir lo que me atraviesa y me duele, puede convertirse en algo colectivo y ayudar a expresar lo que sienten otras. Esto pasa y es una alegría y una fuente de inspiración.

— La Marcha Mundial de las Mujeres, el Paro Internacional por el Día de la Mujer… ¿Le ilusiona la fuerza que está tomando el feminismo global?

— Me ilusiona. No tengo una interpretación clara del asunto. Lo que está claro es que están pasando cosas y el movimiento feminista está tomando mucha fuerza. Tengo la esperanza en que esto derive en una serie de victorias, y es una realidad que ya están habiendo cambios. Según el día, estoy más optimista o pesimista. No sé lo que va a pasar, pero creo que siempre las luchas dejan una huella. Igual que creo que el 15M no fue una cosa espontánea o mágica, sino que tiene que ver con toda la historia de los movimientos sociales de los últimos cien años en el Estado español, también creo que la fuerza del movimiento feminista a nivel mundial hunde sus raíces en su propia historia. Esto tiene que ver también con el aumento del machismo, de la homofobia y del fascismo que estamos viviendo. La cosa está cada vez peor, pero también está habiendo una respuesta firme. En el movimiento feminista se están encontrando voces muy diversas que amplían el sujeto del feminismo a distintos colectivos subalternos y disidentes, y se están dando alianzas muy potentes y muy integradoras.

— Los movimientos sociales y la izquierda adoptan un lenguaje y un contenido feminista. ¿Tienen las mujeres, dentro de estos ámbitos, el peso y poder que deben tener?

— Queda muchísimo por hacer. La política es una cuestión de ejercer fuerza. El movimiento feminista y transfeminista está haciéndose cada vez con más poder en muchos espacios. En los movimientos sociales cada vez tenemos más poder y más voz, así como un lugar para la acción desde el que permear al resto de la sociedad. Creo que el proceso es de largo recorrido y que ahora está cogiendo mucha potencia.

— María Ruiz, La Mare, Eva Sierra… Cantautoras jóvenes, mujeres cantautoras. ¿Se puede hablar de una generación artística de cantautoras feministas?

— Estoy muy contenta porque se está creando una red de apoyo y colaboración, espero que se vaya reforzando. No es algo intencionado u organizado, es una red difusa. No somos voces de vanguardia que alientan al movimiento feminista. Nosotras nacemos porque existe ese movimiento. Salimos de un fenómeno social que ya está pasando. Hay distintas voces de distintos sitios y nos juntamos para hacer cosas porque compartimos mucho. Es algo muy bonito, un movimiento natural, tenemos las raíces en el mismo fenómeno y nos inspiramos las unas a las otras.

— ¿Cree que la música de cantautor está resurgiendo?

— Yo no solía escuchar música de autor, salvo a los grandes clásicos. De un tiempo a esta parte la he empezado a conocer, pero no tengo mucha idea. Dicen que está resurgiendo, puede que sea por la necesidad de decir cosas. También es una forma de hacer música muy autónoma, que se difunde fácilmente por los canales de comunicación actuales. Es una música con autenticidad. Cuando la industria musical está copada con canciones con un aspecto cada vez más artificial, esto se le opone y tiene cierto sabor a auténtico. Esa es mi interpretación personal, sin tener mucho conocimiento del tema.

— ¿Qué dificultades encuentra por ser mujer en el mundo de la música, los conciertos, la noche, las salas…?

— Estoy empezando en el mundo de las salas y el circuito musical, vengo de entornos más militantes y activistas. En entornos activistas he estado muy a gusto como cantautora, aunque no existe ninguna panacea y en todos sitios existen contradicciones y violencias. En lo que voy conociendo del circuito musical hay de todo, aunque a veces yo lo encuentro menos inclusivo. Estoy acostumbrada a estar en sitios donde el discurso feminista está presente, y en este, para mí, nuevo circuito no lo está tanto y se nota. En mi experiencia, los ambientes ajenos a los movimientos sociales a veces son más amables y menos moralistas, pero también menos críticos, con todo lo que eso implica.

— ¿Podría definir “sororidad”? ¿Qué importancia tiene la sororidad hoy en día?

"La sororidad es la solidaridad entre nosotras, un antídoto a la competencia entre mujeres"

— Es la solidaridad entre mujeres. Es un concepto que hace referencia a que las personas, en función de donde nos coloca la sociedad, podemos tener unas vivencias parecidas. Eso nos hace hablar desde un lugar similar. La política siempre se hace desde un lugar y se siente desde un lugar. La sororidad sirve para hacer política desde el lugar en el que se nos coloca a las mujeres. Es un concepto útil. En la estructura patriarcal que vivimos, a las mujeres no sólo se nos violenta desde la estructura y la masculinidad, sino que también estamos en competencia entre nosotras. Es un antídoto contra la competencia entre mujeres, es una mirada que nos sirve para sentirnos como aliadas. Es importante que nos aliemos entre nosotras, para enfrentarnos a una sociedad que nos agrede y para aprender juntas a ocupar el lugar que nos corresponde. En el sistema patriarcal, la dominación y la violencia se dirigen personas que se identifican con la feminidad, que generalmente son mujeres, pero la feminidad, o los atributos humanos que culturalmente se han agrupado en esa categoría, no es algo sólo de las mujeres.

— ¿Qué nos puede contar de su próximo disco?

— Se va a llamar “Creciendo” y hablará de lo que he vivido este tiempo, de los procesos que han formado parte de mi vida. Han habido duelos, penas y alegrías, aprendizajes, ideas que han permanecido e ideas que han cambiado… Respecto a la forma, he sentido la necesidad de enriquecer el sonido, y este disco va a llevar más trabajo, mejor planificación y más medios en ese sentido. Voy a contar con el trabajo de muchas personas para poder hacerlo, y voy a lanzar en las próximas semanas una campaña de crowdfunding para financiarlo. Así que ya lanzo la llamada, y ¡pido mucho apoyo porque lo voy a necesitar!

— También tiene muchos conciertos próximamente. ¿Nos puede avanzar algunos?

— Este jueves en Valencia. El 26 de marzo en Barcelona, en Can Vies, y el 24 en Palau Solita i Plegamans. El 8 y 9 de Abril en Gijón y Oviedo. Los días 13, 14, 15 y 16 estaré en Galicia, en Ourense, Vigo, Santiago y A Coruña, respectivamente. En mayo seguiré de gira.

Laotralaquelucha (YouTube)

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