Notas y maestros

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(Actualización)

EMPUNA PUNA

Captura de vídeo del programa de ESPN.

Mi segundo día de asueto en Sudáfrica me ha permitido comprobar que Johanesburgo puede ser una ciudad fascinante y que la gran mayoría de las personas que viven aquí son, sencillamente, maravillosas. No hay nada como salir del IBC y entregarse al corazón de esta urbe para cerciorarse de ello.

Hoy me encontré con dos maestros que me han brindado una ayuda inestimable en los últimos meses y es de justicia reconocérselo. Por la tarde compartí unos minutos con Fernando Palomo, en la programación mundialista de ESPN, repasando los dos primeros partidos de Cuartos de final y, lo cierto, es que disfruté enormemente con la experiencia. Aquí podéis ver cómo nos fue.

Ya de noche, regresando al IBC, para reanudar nuestro trabajo, me encontré en la puerta del edificio, donde se ubica el módulo de Onda Cero, con otro de mis referentes periodísticos, mi admirado Juan Pablo Varsky. A su lado estaba la princesa de Venezuela, Milena Gimón, pero ella también merece capítulo aparte.

Y no me puedo olvidar de los amigos de Cadena 3 México, que hoy me honraron con su visita, para hacerme una pequeña nota, que es como llaman a los reportajes en América. Otro momento genial, el que pasé por la mañana con Ricardo Puig.

Uno no está acostumbrado a según qué tipo de halagos y por eso me abruma el cariño con el que me tratan todos esos compañeros, de diferentes medios de comunicación, de todas las partes del mundo, que, de cuando en cuando, visitan nuestro módulo, preguntando con curiosidad por "ése" Mister Chip. En fin, agradecimiento infinito a todos ellos.

 

LA BIZCOCHETA

El miércoles por la noche coincidí, en un conocido local de Johanesburgo, con varios de los futbolistas de la selección holandesa que sucumbieron ante Brasil, en el Mundial de 1994 y en el de 1998. Estaban, entre otros, Ruud Gullit, Aaron Winter, Arthur Numan, Ronald de Boer, Pierre van Hooijdonk... No sé si afectados por su experiencia personal, pero el caso es que todos eran enormemente pesimistas, respecto del futuro de Holanda, en el choque contra la canarinha.

Les vi tan derrotados que no me atreví a darles este dato que ahora comparto con vosotros: Brasil ha jugado 50 partidos en el Mundial, fuera de Europa, y sólo ha perdido dos. Uno frente a Yugoslavia, en 1930 y otro frente a Uruguay, el del célebre Maracanazo, en 1950. Ambos por idéntico resultado, 2-1. Desde aquella histórica final de hace 60 años, Brasil ha encadenado 42 partidos seguidos en el Campeonato del Mundo, sin perder fuera del viejo continente, sumando 34 victorias y 8 empates.

Mientras escribo esto, intento, junto a Javier Ares, buscarle una explicación medio razonable a semejante racha y, la verdad, aunque hemos planteado varias posibilidades, ninguna nos convence del todo. Lo único cierto es que, si ya de por sí es difícil derrotar a Brasil en un Mundial, la cosa se torna casi imposible cuando éste se juega fuera de Europa. Se admiten sugerencias que expliquen este fenómeno.

Hoy, Holanda ha roto esa victoriosa racha de sesenta años y ha dejado fuera del Mundial a Brasil.

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