La importancia de la pizarra
El deporte ha evolucionado sobremanera en todas sus disciplinas. Con el paso del tiempo, se están mejorando los resultados hasta límites insospechados. El rendimiento de los deportistas es cada vez mayor y parece obvio que la genética, los métodos de entrenamiento y los medios son, fundamentalmente, la causa de esta mejora, pero me gustaría destacar el trabajo y la importancia que están cobrando los técnicos.
Una de las frases que más veces he escuchado, incluso durante mis años como jugador profesional es esa de que “los partidos los ganan los jugadores y los pierden los entrenadores”. Siempre me ha parecido una afirmación muy osada y, mucho más, en los tiempos que corren.
Los detalles se hacen vitales en el deporte de alta competición, son los que te dan el salto de calidad para convertirte en héroe o villano, en cuestión de segundos. Un buen scout del rival, un análisis estadístico, un cambio estratégico o táctico, etc… son ingredientes totalmente esenciales en la receta de cualquier equipo campeón. Y para ello, no basta tan solo con ser entrenador y conocer el deporte. Hoy en día, tienes que ser, además, informático, especialista en montaje de video, matemático y, habida cuenta de la globalización existente, incluso saber idiomas.
Los datos saltan a la vista, cuando hablamos de éxitos en el deporte: Jose Mourinho (mas de 9 años sin conocer la derrota como local en ligas de 4 países diferentes, al margen de haber ganado la Copa de Europa con dos de sus equipos), Alex Ferguson (11 veces campeón de la Premier League), Pep Guardiola (Nadie le ha ganado la posesión de balón a su Barcelona, con el que ha logrado un 73% de victorias), Phil Jackson (11 veces campeón de la NBA), Valero Rivera (12 Ligas ASOBAL), Zeljko Obradovic (7 veces campeón de la Copa de Europa)...
Podríamos seguir enumerando datos y datos que avalaran esta teoría. No obstante, más allá de tener buenos técnicos, aspecto que se me antoja fundamental en el deporte de élite actual, considero aún más importante, proporcionarles la estabilidad suficiente para que puedan desarrollar sus proyectos. Si analizamos la historia reciente con detalle, comprobaremos que los equipos más exitosos fueron, en su gran mayoría, aquellos que trabajaron a medio-largo plazo, con unos pilares bien sostenidos y en los que jamás se cuestiono la parcela técnica.
Años atrás, tener un buen equipo y un mediocre entrenador no suponía mayor problema. Solía bastar con apelar a la testiculina para recolectar victorias, pero esos tiempos ya quedaron muy atrás.
Me gustaría, para finalizar, compartir con vosotros una reflexión muy personal: tener un buen entrenador y darle estabilidad no garantiza ganar, pero sí competir. No tener un buen entrenador, por muy buen equipo que tengas, no es garantía de nada.
El ejemplo de 5 entrandores de varios deportes distintos con cientos de jugadores en sus equipos…. ¡no avalan la teoria¡ ¡la destruyen por completo¡.. Saludos,
En primer lugar, agradecer el comentario Antonio, si estudias detenidamente el deporte, observarás que actualmente los exitos o fracasos se resuelven por pequeños matices, hay técnicos que son capaces de extraer esos matices, trabajarlos y hacer que sus equipos puedan competir y ganar, lo que quiero transmitir en el articulo de «la importancia de la pizarra» es, que actualmente un buen entrenador puede llevar a un Equipo a obtener grandes resultados dada la gran igualdad que hay hoy día, sin un buen entrenador sería imposible ganar.
El mejor ejemplo que te puedo poner ahora mismo es el del Real Madrid, Mourinho ha conseguido ganar un título resolviendo una incognita que nadie había podido resolver antes. Obradovic ha hecho lo propio en la Euroliga con el Barça, teniendo desventaja de campo, esto no es casualidad… La pizarra importa y mucho.
Además teniendo en cuenta que Mou tiene 18 títulos en 8 años o que Obradovic es el rey de la Euroliga, la teoría se hace mucho mas fuerte, los entrenadores que ganan y ganan y ganan es porque marcan la diferencia, cada vez más, la figura del buen entrenador se hace imprescindible.