Hablando de Fútbol

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Los jugadores del Mirandés celebran la victoria ante el RCD Espanyol en la Copa del Rey. / Avelino Gómez (Efe)

Ayer se celebró la última de las eliminatorias de los cuartos de final de la Copa de Su Majestad el Rey . Se enfrentaron dos de los equipos de la Comunidad Valenciana, ganando los de Unai Emery por un resultado favorable de 0-3 al Euro Levante UD. Los emparejamientos definitivos de las semifinales son: Valencia CFFC Barcelona y CD Mirandés Athletic Club. Estos partidos se celebrarán los días 31 de Enero/1 de Febrero y 7/8 de Febrero de 2012

Este año la Final de Copa, a priori, se celebrará el 25 de Mayo. Es la edición 109 y han participado 84 equipos entre las categorías de Primera, Segunda, Segunda B y Tercera. Para mi esta siendo una de las Copas mas emocionantes que recuerdo y el hecho de ver al tapado CD Mirandés clasificado o al Levante UD luchando hasta las últimas rondas es un aliciente que ha causado sensación.

Tras semanas hablando de todo menos de fútbol ya era hora de que esta semana se pueda reflexionar y debatir sobre este magnífico deporte. Últimamente, y por desgracia, daba la sensación de que todo el protagonismo se lo estaban llevando los acontecimientos extradeportivos y antideportivos.

Ha sido una semana en la que hemos vivido de todo. La sorpresa del Mirandés llegaba el pasado martes, cuando un gol de cabeza de Caneda en el descuento eliminaba al RCD Espanyol, que llegaba con la aureola de favorito y un gol de ventaja.

Además de la proeza que ha conseguido este humilde equipo de Miranda de Ebro clasificándose para semis, la forma en la que sucedió fue de cuento de hadas, algo de lo que estábamos muy necesitados… El mejor jugador de este equipo de Segunda B es el caballero Infante, máximo goleador de la competición con 7 tantos. Por el día trabaja en un banco y por la noche se convierte en pichichi de la Copa. Admirable.

El plato fuerte de la semana venía en la noche del miércoles, cuando se enfrentaban los dos mejores equipos del mundo, por enésima vez en estos dos últimos años. Dieron un tremendo espectáculo en el que se han vivido todo tipo de situaciones. Pero sobre todo me gustaría destacar que por fin, y por encima de todo, vimos y disfrutamos de un partidazo de fútbol.

La previa del partido, entre Real Madrid y Barcelona, ya prometía. Pep pidió calma y tolerancia a la afición blaugrana ante una posible alineación de Pepe en el once titular del Real Madrid. “No jugamos contra Pepe ni contra Mourinho, jugamos contra el Real Madrid”. Cuanto bien le hace a la entidad culé tener a este magnífico entrenador que, además, es todo un señor.

A pesar de que el FC Barcelona ha pasado la eliminatoria y que ya han ganado a los blancos en repetidas ocasiones durante la presente campaña (Supercopa, Liga y partido de ida de Copa), los merengues se fueron reforzados del Camp Nou. Se puede palpar la sensación de que los hombres de Mourinho se han dado cuenta que el FC Barcelona no es imbatible y que jugando hacia delante y con valentía tienen todas las opciones de poder ganarles. Se abre una puerta a la esperanza.

Creo que los 4 minutos en los que el Real Madrid marca los dos goles en el Camp Nou han cambiado el sino de las competiciones que restan por disputar (Liga y Champions). Sin esos 4 minutos, el Real Madrid se hubiera ido destrozado psicológicamente y le hubieses resultado muy difícil levantarse de esta derrota. Pero muy lejos de irse con el rabo entre las piernas el Madrid plantó cara y se demostró asimismo que se puede ganar jugando valientes.

En las otras dos eliminatorias ni Athletic ni Valencia vieron peligrar su clasificación en ningún momento. Bien es cierto que el gol que se marco en propia meta el Mallorca, tras error garrafal de Calatayud, dejó sin opciones al equipo de Caparrós.

Por su parte los valencianos le marcaron un total de 7 goles al Levante entre los dos partidos de la eliminatoria (ida y vuelta). Dato que me llama sobremanera la atención ya que Levante en 19 partidos de Liga encaja una media de 1,1 goles.

Semana mágica que se acaba, pero esta vez con final feliz.

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