Apoteosis británica en el estadio olímpico

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Pablo Villalobos *

El británico Mohamed Farah, ayer, celebrando el triunfo obtenido en la carrera de los 10.000 metros en los JJOO de Londres. / Alberto Estévez (Efe)

Los que leísteis mi anterior artículo en Cuartopoder sabíais que hoy los focos los había puesto sobre la final de los 10.000m masculinos en la que se produciría un choque de trenes entre la veteranía del mejor fondista de las últimas décadas, el etíope Kenenisa Bekele, aunque no en sus mejores momentos, y el atleta británico, de origen somalí y entrenado por un estadounidense allende los mares, Mo Farah.

Pues bien, a partir de las 20 horas, hora inglesa, se desataban los acontecimientos en el estadio olímpico y, como muchas veces sucede, la realidad nos sorprendió hilvanando mejores guiones que la ficción.

A las 19:55 comenzaba la final de la prueba de salto de longitud, los españoles no contábamos ni con Meliz ni con Cáceres, que no pasaron el corte la tarde anterior, una pena porque con las marcas de la final podían haber optado a todo. El inglés Rutherford enganchaba un segundo salto de 8,21m que le colocaba en cabeza de la prueba en la que se mantuvo hasta el final y mejoró en el cuarto intento hasta 8,31m.

A mitad del concurso, a las 20:35, se disputó la última prueba del heptatlón femenino con la héroe local Jessica Ennins, imagen de BP en muchos rincones de Londres. Parece difícil que se le escape el oro, aunque sí el record mundial que tenía en su mano al finalizar el primer día de competición tras los cuatro primeros eventos. Vencía en la prueba y se coronaba campeona olímpica de heptatlón.

Mientras era entrevistada por la BBC, Rutherford confirmaba, tras la sexta y última ronda del salto de longitud, el primer puesto y la medalla de oro olímpica.

Pocos minutos después, a 21:15, se preparaba la salida de los 10.000m, Rutherford pasaba por los micrófonos de la BBC y se veía a los atletas de los 10.000m nerviosos esperando la salida.

El pistoletazo provoca la descarga de adrenalina y los primeros compases son explosivos con Kenenisa Bekele, imperial, tomando el mando de la prueba sin que nadie se atreviese a hacerle sombra. Sin embargo el ritmo decae, decae muchísimo hasta pasar el segundo kilómetro prácticamente al mismo ritmo que la final de los 10.000m femeninos disputados el día anterior.

Los nervios vuelven a aparecer, roces, choques, posicionarse en un grupo tan denso y a esos ritmos es complicado, pero salta la chispa con el eritreo Zersenay Tadesse, recordman mundial de media maratón, cuarto en los juegos de Pekín y plata el pasado año en los mundiales de Daegu, que sabe que un final eléctrico no va con sus posibilidades. El cambio es duro pero en un kilómetro, en fila india, corren agrupados entre 12 y 15 atletas. Un nuevo parón en el ecuador de la prueba, sobre el kilómetro cinco, todos cogen aire, todos se vigilan, en el séptimo kilómetro son los kenianos los que toman el mando, la prueba se endurece y selecciona de nuevo, pero a falta de dos kilómetros el ritmo baja ligeramente de nuevo, todos quieren guardar fuerzas para el “golpe final”: se va a jugar en un duro sprint en el que nunca ha sido batido el gran Bekele, pero esta vez las fuerzas no le acompañan, Mo Farah, henchido de fe en su triunfo, toma la cabeza y a falta de una vuelta, en el toque de campana, lanza su amplia zancada hacia la victoria, 53 segundos la última vuelta, como el gran Bekele, que queda fuera del podio arrebatado por Farah, el estadounidense Rupp, compañero de entrenamiento en USA del británico, y de otro Bekele, Tariku, su hermano pequeño, que se hace con el bronce.

El estadio se cae, la apoteosis a las 21 horas, 42 minutos y 30 segundos, Mo Farah culmina los Juegos londinenses con la mejor materia prima africana, los mejores avances e innovaciones en entrenamiento del otro lado del charco, en USA, y el convencimiento de quien quiere vencer en sus Juegos Olímpicos.

Tres oros olímpicos en el estadio en una sola sesión, la mejor cosecha británica de siempre, el mejor guion que ni sir Sebastian Coe hubiera escrito.

(*) Pablo Villalobos es atleta. Fue 5º en el campeonato de Europa de maratón de 2010 y campeón de España de maratón en 2011.
2 Comments
  1. Ramón says

    Bien por los británicos. Fantástica jornada para ellos. ¿Y los españoles? ¿Cómo es posible que el autor ni siquiera mencione que la única atleta de nuestro país que logró pasar a la final (de 3.000m. obstáculos) fue la palentina Marta Domínguez?

  2. Martina says

    Estoy de acuerdo, bien por los británicos, pero los nuestros nos interesan un poquito más 🙂
    mantenimiento de piscinas

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