El coronavirus pone a prueba las aulas virtuales o el teletrabajo en Madrid

  • “Supone adaptarnos a otra forma de trabajar sin tiempo de preparación y en algunos casos sin medios adecuados”, indica Sandra Villa, docente
  • Carmen Flores, presidenta de la Federación de las Asociaciones de Madres Solteras, señala que no se ha tenido en mente a las familias más vulnerables
  • Lorenzo Herrero ya está haciendo un complejo organigrama para ensamblar sus turnos con los de su pareja y, además, con los de su cuñada y suegros

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Este lunes la Comunidad de Madrid anunciaba a última hora que a partir de hoy miércoles 11 se suspendían las clases presenciales de guarderías, colegios, institutos y universidades durante, al menos, 15 días y con posible ampliación cuando se reevalúe el riesgo. Una medida que justificaba en evitar el traslado físico diario de 1,5 millones de alumnos y, de ese modo, contener el riesgo de contagio. Por ahora hay más de 570 casos y se han confirmado 16 fallecidos que tenían patologías graves previas al coronavirus. Un número que crece, el de 570 personas diagnosticadas, al que Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad, intenta poner freno para evitar que esta infección respiratoria se propague al resto de 6,6 millones de habitantes del territorio.

“Es verdad que las personas menores de 30 años, adolescentes y niños padecen menos esta enfermedad pero sí es cierto que el movimiento de tantísimas personas ayuda a que no se siga expandiendo”, comentaba el portavoz del Consejo de Gobierno de Madrid este martes. “Se mantiene el calendario escolar y los exámenes (...) a partir del lunes, con carácter general, podremos decir que se han reanudado las clases”. Diana Huerta, profesora de instituto, entiende que quizás la medida se anunció directamente por esquivar el alarmismo” “Nos ha pillado absolutamente por sorpresa”. “Ha sido un día absolutamente agotador, caótico y muy especial en los centros”, valora para cuartopoder.

Aunque no critica la premura, Huerta sí discrepa con el optimismo institucional de que de aquí al lunes la operativa será óptima. “Un ritmo normal de clases no se va a conseguir, los profesores vamos a intentar en lo posible tener un buen nivel de organización”. Y sobre las supuestas opciones telemáticas, sopesa lo siguiente: “Es muy variopinto el nivel que hay de medios en los centros”, declara, “y algunos docentes nunca han usado el aula virtual”. Una postura que comparte Sandra Villa, docente y miembro de Marea Verde. “Supone adaptarnos a otra forma de trabajar sin tiempo de preparación y en algunos casos sin medios adecuados”.

Esta profesora, en su caso, grabará algunas clases y las subirá al aula virtual con un enlace a la plataforma EducaMadrid para, de algún modo, compensar la falta de interacción. “Hay explicaciones muy complejas que van más allá de una simple hoja de papel”.

La autoridad local apeló a la estatal para facilitar esta situación excepcional a las familias, un mensaje que caló y que se confirmó en el Consejo de Ministros, momento en el que se confirmó que las personas aisladas por el Covid-19 podrán pedirse una baja laboral y seguir contando con su sueldo. Sin embargo Carmen Flores, presidenta de la Federación de las Asociaciones de Madres Solteras, señala que no se ha tenido en mente a las familias más vulnerables. Aquellas que no tienen a dos personas a cargo en el hogar y en los cuidados, sino a una sola. “Hay trabajadoras domésticas o mujeres con contratos precarios que van a perder gran parte de salario por hacerse cargo de sus hijos e incluso las que tengan suerte muchos de estos niños se quedarán bajo los cuidados de sus abuelos, que son la población de riesgo”.

Los problemas del teletrabajo

La otra cara de la moneda son los casos de Lorenzo Herrero, de 36 años y padre de dos gemelas de dos años y medio, Manuela y Cayetana, que van a la guardería desde hace un año. Y el de Nazaret, de 27 años y madre de Alejandra, una menor de un año de edad que iba a guardería desde que tenía seis meses. Tanto Lorenzo como Nazaret y sus parejas sí podrán teletrabajar. “No creo que mi salud ni la de mi familia corra riesgo, así que en ningún momento nos hemos dejado llevar por el pánico”, comenta Nazaret. En su caso, a diferencia de Herrero, no cuenta con una red de apoyo a la que acudir ya que la familia de Nazaret vive en Canarias y el abuelo paterno trabaja y tiene a dos menores a su cargo” “Supongo que podremos pedir apoyos puntuales por las tardes, pero tampoco queremos sobrecargarle”.

Herrero, por su parte, ya está haciendo un complejo organigrama para ensamblar sus turnos con los de su pareja y, además, con los de su cuñada y suegros. Y aún con todo eso, tanto Lorenzo como Nazaret señalan lo siguiente: teletrabajar con niños en casa no es viable. “Pretenderemos rendir como si realmente estuviéramos haciendo teletrabajo pero tendremos que estar al 50% trabajando y al 50% al cuidado de los hijos”. Y señala: “Las casas no están adaptadas para tener a dos personas teletrabajando”.

Nazaret reconoce que estas próximas dos semanas van a ser complicadas. “Alejandra tiene tan solo un año, lo que supone muy poco nivel de autonomía”. Y detalla: “Y no hablo solo de comer o cambiar pañales, tiene que cambiar de actividad muy rápido y no puedes descuidarte de lo que hace, hay demasiados sitios a los que subirse”. Por su parte, Lorenzo opina que se ha gestionado mal esta medida: “Puede sonar populista, pero yo hubiera implementado que en caso de familias monoparentales la cuarentena educativa hubiera sido considerada baja laboral”, y ahonda, “en caso de las no monoparentales, que uno de los dos progenitores pudiera haberse acogido a esta medida”.

Por ahora, el Ministerio de Trabajo respondió a cuartopoder que están dialogando con los agentes sociales y los distintos departamentos del Gobierno para priorizar la cobertura de las trabajadoras y de sus familias. Por su parte, el Ministerio de Educación apunta a que han de ser las autoridades sanitarias las que decidan qué próximos pasos dar a nivel nacional.

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