INTERNACIONAL / Médicos sin fronteras suspendió operaciones en la zona

La ultraderecha, Libia y la Unión Europea: acoso a las onegés en el Mediterráneo

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La ONG Proactiva Open Arms en una de sus misiones de rescate.

El barco de ultraderecha C-Star circula con más libertad por el Mediterráneo que embarcaciones de oenegés como Médicos sin Fronteras o Proactiva Open Arms. Según denuncian estas organizaciones, rescatar inmigrantes en las aguas libias se ha convertido en una gymkana de dificultades, donde tienen que enfrentarse a las injerencias de los ultraderechistas, las amenazas de los guardacostas libios y el silencio cómplice de los gobiernos europeos. Lejos de amilanarse, esta última organización anunció el viernes que su buque Astral zarpa de nuevo al Mediterráneo central. 

El pasado 15 de agosto se produjo el último episodio de tensión entre la guardia costera libia y una de las onegés que rescatan a los migrantes que huyen de un país en guerra, cuyo estado muchos consideran fallido, y donde las organizaciones humanitarias denuncian que hay incluso comercio de esclavos. Es, en definitiva, un caladero perfecto para que las mafias hagan sus negocios. El pasado miércoles, el barco Golfo Azzurro, de la ONG catalana Proactiva Open Arms, alertó de lo que ellos calificaron como un intento de secuestro, que duró una hora y 44 minutos, por parte de los patrulleros libios, que les amenazaron con disparar si no obedecían sus órdenes. Finalmente, y después de que el fundador de la ONG, Óscar Camps, fuera narrándolo en su cuenta de Twitter, los guardacostas desistieron.

Las fuentes consultadas creen que en los últimos años se está construyendo un discurso contra las onegés, que se han convertido en una molestia también para los gobiernos europeos, agobiados por una presión migratoria que no saben (o no quieren) gestionar. A Italia han llegado este año hasta 220.000 migrantes. Entre las respuestas del gobierno italiano, hay dos que preocupan especialmente a estas organizaciones. La primera, un acuerdo de "apoyo técnico y naval" con la guardia costera libia entre el jefe del Gobierno de Unidad Nacional, Fayed Al Serra, y el Ejecutivo italiano. La segunda, una campaña mediática que asegura que algunas de estas ONGs colaboran con las mafias en el tráfico de personas y que ha desembocado en un código de conducta que organizaciones como Médicos sin fronteras se ha negado a firmar, mientras Save The Children sí lo ha rubricado. En este plan de cierre de fronteras donde la máxima no es salvar vidas sino evitar las llegadas, las organizaciones humanitarias son un elemento incómodo.

“Europa no puede poner ese muro que son los guardacostas libios, a los que financia y adiestra. Esos guardacostas libios son los que el miércoles nos secuestraron y han sido pagados por la Unión Europea. ¿Dónde está la Europa de los derechos?”, se pregunta Lola Galovart, una diputada del PSOE que viaja como voluntaria en el Golfo Azzurro y que decidió ir a conocer el problema de la migración de primera mano. “La Unión Europea utiliza a Libia. No le interesa que las organizaciones humanitarias estemos aquí porque somos testigos de lo que va a pasar. Esta franja de mar se va a convertir en un gran agujero negro , donde las opciones para estas personas serán ser devueltas a Libia o ir al fondo del mar”, denuncia esta política, que es portavoz adjunta de la Comisión de Cooperación Internacional para el Desarrollo.

La primera consecuencia de este “acoso” a las ONGs ha estallado este mes: Médicos Sin Fronteras ha suspendido sus operaciones en esta zona.

La ultraderecha que campa a sus anchas

Paradójicamente, el barco Golfo Azzurro ha compartido aguas con el C-Star, un buque fletado por la organización de ultraderecha Generación Identitaria. Bajo el paraguas de la plataforma ‘Defense Europe’, ha logrado comprar esta nave a través de crowdfunding con dinero procedente de varios países como Italia o Alemania. Según ellos, lograron recaudar hasta 100.000 euros. Tal y como informa el británico The Independent, el sitio web donde se alojaban sus cuentas, Patreon, ha decidido cancelarlas. La única misión de esta organización es boicotear los rescates de las oenegés, a quienes consideran colaboradoras de la inmigración ilegal.

"Los del C-Star circulan por aquí. No les echan los guardacostas libios como a nosotros. Intervienen los canales de los barcos y nos dicen que están aquí para controlarnos porque, según ellos, estamos favoreciendo la inmigración irregular y que nos vigilan”, explica Lola Galovart. Pocas horas antes del secuestro por parte de las autoridades de Trípoli, el C-Star se acercó al Golfo Azzurro con maniobras intimidatorias para ponerles “unas pegatinas” de su organización. Cuando Libia prohibió a cualquier navío acercarse a sus aguas internacionales, Generación Identitaria lo tomó como una victoria propia.

Aunque el ministro del Interior, José Ignacio Zoido, advirtió que "no se va a consentir" que este barco xenófobo alcance aguas españolas, las organizaciones desconfían de este discurso. “España es miembro del FRONTEX y podría hacer más para que ese barco no patrulle por aguas europeas, pero no lo hace”, explica Rafael Escudero, director de la Red Española de Inmigración y Ayuda al Refugiado. Esta organización ha presentado una querella en la Audiencia Nacional contra 'Defence Europe'.

La ciudadanía ya se está activando contra este ‘barco del odio’ que partió de Yibuti. A principios de agosto, fueron los pescadores tunecinos los que le impidieron parar en Zarzis. 

Un discurso unitario contra la migración

“El C-Star es insignificante, hicieron el ridículo cuando se averió un motor hace unos días y tuvieron que rescatarles las oenegés, pero lo verdaderamente grave es el discurso que se está generando, que generó el propio FRONTEX, al insinuar que estos organismos colaboraban con las mafias. Eso ha hecho posible que este barco esté ahí", explica Miguel Urbán, eurodiputado de Podemos, que hace unos días estuvo en la zona. Este relato que relaciona mafias y ayuda humanitaria también ha sido fomentado por las instituciones españolas. El propio Zoido, animó en Tallin (Estonia) a "concienciar a las onegés de que se está para ayudar y no se está para favorecer o potenciar la inmigración irregular”.

En algo sí coinciden Zoido y Urbán: España es un ejemplo para el resto de la Unión Europea en política migratoria, aunque quizá los sentidos sean totalmente opuestos. “España es pionera en la externalización del control de fronteras. Lo que hoy hace Italia con Libia lo ha hecho a otro nivel España con Marruecos pagando un alto precio político, como tener que olvidarnos del conflicto del Sahara. También conviene recordar el Plan África”, explica el político de Podemos.

La otra cara de esa Europa es la movilización de la sociedad civil y de políticos como Lola Galovart, que asegura que después de la experiencia traerá un buen puñado de iniciativas al parlamento español: “La primera y más urgente será exigir que la UE preste protección a las oenegés que trabajan en el Mediterráneo salvando vidas”.

 

2 Comments
  1. florentino del Amo Antolin says

    Es deleznable la postura Europea, mezquina y violadora de los Derechos Humanos… ¿ Cuantos emigrantes, le correspondian ha cada país ?. No han cumplido con sus previsiones, a sí que las nuestras deben de ir orientadas al socorro de la dignidad humana; y exigir que se cumplan esos Derechos Universales que tanto abogan los especuladores del bien común… ¡ Hienas fascistas !.

  2. Juan Penabad says

    La Union europea , si que tiene buena relación con los financiadores del terrorismo y además entre todos destrozaron al estado libio y luego aun vino siria y en vez de hacerse cargo de sus destrozos sigue lo mismo, cargando además sobre los paises del sur toda la carga , como si tuvieramos bastante con el euro y la deuda acumulada pagada sus bancos …quiza sea que como los buitres cuando están gordos ni se mueven ..claro ahora las oeneges molestan , pero los fachas que le siguen el juego a los del isis no ..

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