Lo que sé de Unai Romano

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A Jon Anza le andaban buscando desde hace un año y medio. La propia banda terrorista ETA hizo un llamamiento a la búsqueda de este personaje, al que reconoció como uno de los suyos. Lo puso, sospechosamente, en el escaparate. Hace dos semanas, su cadáver fue hallado en un depósito de cadáveres de Toulouse, en Francia. Se acabó el misterio. O no. Empezaron las especulaciones sobre su asesinato por el Estado español. Y la música sobre las torturas. Los sones no parecen dispuestos a arreciar. El último en sumarse ha sido Iniciativa Internacionalista, el partido afín a Batasuna al que el Tribunal Constitucional dejó presentarse a las últimas elecciones europeas. La formación de Alfonso Sastre habla de "la larga tradición en el actual Estado español" de "actividades criminales y contra los más elementales derechos humanos". Anza parece abocado a convertirse en el nuevo Unai Romano, uno de los casos más mediáticos y usado por la banda para escenificar las “torturas” contra sus integrantes. 

Unai no ha olvidado. La justicia española dio el carpetazo a su caso, pero el joven, que ha dado charlas, escrito libros sobre su caso, recurrió en 2008 ante el Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo mientras lleva una vida, aparentemente normal, en Vitoria. La Guardia Civil lo detuvo la madrugada del 6 de septiembre de 2001 por colaboración con banda armada. Los agentes lo trasladaron a dependencias policiales, primero en Álava y, luego, en Madrid, donde pasó un primer examen forense a las 18:45 horas que, concluyó que, “si bien el detenido no quería contestar sobre el trato recibido, dijo que le habían dado golpes en la cabeza. Su pulso era firme y regular y el resto de los parámetros los tenía dentro de la normalidad”. Sin embargo, a las 9:45 del día siguiente, la misma doctora lo examinó de nuevo. Esta vez, sus conclusiones son muy diferentes: “el detenido presenta hematoma en anteojos de coloración negruzca con gran edema palpebral, edema e inflamación a nivel frontal, cigomático y en raíz nasal, muy ligera equimosis retro auricular bilateral de coloración oscura y heridas inciso-contusas en ambas muñecas, con marca de dientes”. Al parecer, las lesiones se debían a los golpes sufridos la noche anterior, excepto las de las muñecas, que calificó como  “autolesiones” que él mismo se había infringido al morderse cuando le comunicaron que su madre había muerto. Todas las lesiones reseñadas tenían una data de entre 4 y 8 horas aproximadamente. 

A Unai le trasladaron a un hospital donde se le diagnosticó "una  contractura cervical, traumatismo cráneo-encefálico leve con hematoma de partes blandas". La madrugada del 8, ingresó en la prisión de Soto del Real y, unos días después, el 11 de septiembre, sus abogados interpusieron una denuncia por malos tratos, que posteriormente fue ampliada. El caso siguió su curso judicial hasta que el juzgado de instrucción nº 25 de Madrid lo sobreseyó el 5 de junio de 2005. El detenido no cejó en su empeño y recurrió la sentencia. La Audiencia Provincial de Madrid y, después, la Audiencia Nacional le dieron la misma respuesta. En el auto se determinó “que según los informes y declaraciones de los numerosos médicos que le examinaron, debe concluirse que no fueron causa de múltiples golpes, como se denuncia, sino fruto de un solo golpe en la región frontal con una superficie plana y dura (…) no son infrecuentes dichas lesiones en los calabozos cuando los detenidos intentan autolesionarse para procurarse cualquier sustancia o que se les atienda, sin olvidar que el Sr. Romano este mismo día se autolesionó mordiéndose las venas de sus muñecas, tal y como él  mismo reconoce”

En el mismo auto, a propósito de una lesión occipital y de otra en el oído que no se mencionaba ni el informe de la médico forense ni en la primera denuncia de los demandantes, pero sí en posteriores ampliaciones, la Audiencia Provincial dijo que ”no existe relación entre los hechos denunciados y la necrosis de su herida en la zona occipital, al quedar demostrado que la misma se la produjo con posterioridad a su ingreso en el centro penitenciario” y también que “resulta acreditado que el denunciante aportó un informe de audiometría falso, a fin de lograr objetivar su denuncia de haber sido golpeado en el oído”. El caso parecía cerrado en los tribunales españoles, así es que llevaron el asunto ante el Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo. 

Romano quedó libre. En mayo del año pasado, él y los otros 14 detenidos en la misma operación, pactaron dos años de prisión por colaboración o integración en banda armada. Unai se ha convertido, sin embargo, en toda una figura en el mundo abertzale y aún hoy se sigue invocando como el ejemplo paradigmático de las torturas sistemáticas a las que supuestamente son sometidos los detenidos por causas relacionadas con ETA. Y es incuestionable que la razón es la existencia de una fotografía que, supuestamente, muestra su lamentable aspecto unas horas después de haber sido detenido. 

Imagen de Unai Romano difundida por grupos abertzales.

La fotografía  comenzó a difundirse a mediados de marzo de 2002, seis meses desde que supuestamente fuera tomada y, solo quince días después, de que saliera de la cárcel de Soto del Real. Desde entonces, se ha empapelado con ella las calles del País Vasco, se ha exhibido como prueba incontestable de malos tratos en los tribunales por los  acusados que, incluso, la llevaban impresa en camisetas, y en el Parlamento Vasco ha sido presentada desde la tribuna de oradores para fines como pedir la supresión de la Audiencia Nacional y la eliminación de la incomunicación. 

Sin embargo, existen muchas contradicciones sobre su existencia y autenticidad. Él mismo relata los hechos de su experiencia en un documento abertzale, fechado en marzo de 2002, probablemente uno de los primeros en los que aparece la imagen, asegurando que le tomaron esa foto cuando llegó a las dependencias policiales: “En una de éstas, paramos, y el guardia civil que va a mi lado me pregunta si quiero hablar con la Guardia Civil, le respondo que no y me bajan del coche. Comienzo a oír ruidos de puertas que se abren y se cierran continuamente, creo que estoy en una prisión, pero no me fío. Me sacan dos fotos y me toman las huellas”. Sin embargo, en el mismo documento, una tercera persona, que no se identifica, alega que es en la cárcel, “cuando el médico tras relatarle Unai lo que le había ocurrido, le realizó un examen y le hizo dos fotografías”

Fuentes penitenciarias alegan que esa foto no es la que figura en su ficha policial, en la que, por cierto, tiene el pelo más largo. Expertos consultados alegan que la fotografía parece haberse hecho a una persona tumbada, entre otras irregularidades. Hay muchas incógnitas en un caso que se vende como ciencia cierta: ¿Por qué solo aparece públicamente la foto cuando Unai Romano ya está en libertad, seis meses después de haber sido supuestamente tomada?

8 Comments
  1. como no era "Disidente" cubano que le den ¿verdad? says

    Es lo que tiene la doble vara de medir, lo que dice AI para cuba no lo ponemos en duda, pero lo que dice sobre la tortura generalizada en España a los detenidos, por motivos comunes o politicos, lo ponemos en duda ¿no?

  2. pepito says

    Lo bonito es creerse siempre la versión oficial de estos gobiernos democráticos, así nos podemos llegar a creer que, por ejemplo, los niños afganos que mueren en un bombardeo son en realidad terroristas talibanes.

  3. jonathan says

    El método crítico-paranoico funciona en muchos campos, pero en otros, como el terreno etarra y secuaces, prefiero la fe ciega.

  4. Alberto says

    Solo enviarte un saludo ( y un beso)
    cuidate.

  5. mronion says

    La incompetencia de Unai Romano con el photoshop pegando su boca y barbilla sobre la foto de un cadaver:
    http://barcelona.indymedia.org/usermedia/image/4/large/13-_Unai.jpg

  6. Asqueada says

    Vergonzoso articulo, asqueroso de principio a fin. Me lo guardo para recordar vuestra defensa de los derechos civiles basada en cuestionar a la víctima. ¿El manual de la eta tb lo aplicarán los del 15M? Ya veo a donde apunta Izquierda Anticapilista y Podemos.

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