La mirada de Paco rasga la calle. Personas diferentes, misma rutina. Pasos apresurados. Ojos cansados, algunos, aún somnolientos. Todos le parecen iguales, pero se ha acostumbrado a diferenciarlos. A muchos, les ve todos los días. Desde su despacho. El hombre se coloca siempre en la misma esquina de una céntrica calle madrileña. Aquí trabaja a diario intentando recabar el dinero de la pensión y, quién sabe si hoy conseguirá comer de menú en algún restaurante barato lejos del albergue. “Desde luego, su despacho –dice–, es un sitio privilegiado por el que pueden pasar más de tres mil personas al día”. No le fue fácil conseguirlo porque otros, como él quisieron quitárselo. Paco asegura que imperó su mano de hierro, la ley de la calle. Aunque, si faltara un solo día, quién sabe…
En sus largas jornadas, Paco se ha acostumbrado a adivinar las historias de los transeúntes. Cree que una inmensa mayoría vive bajo el yugo diario. Igual que él, cuando desempeñaba un puesto de directivo en una importante empresa. Siempre quería más: una casa mejor, un coche mejor y la coca le ayudaba a soportar la presión en el trabajo. Hasta que pudo con él. Y acabó en la calle. “De allí –dice–, es muy difícil salir”. Nadie se empeña en recuperar a los sin techo. Él, a sus 58 años, es uno de las 30.000 personas que duermen en la calle en España. Y no parece que la cifra vaya a mejorar a pesar de que las ONG se han propuesto en 2010, el Año contra la Pobreza, que en 2015 no quede ninguna persona sin hogar en Europa. Para eso han creado el decálogo 10 propuestas para una estrategia de erradicación del sinhogarismo, en el que se abordan los principales problemas a los que se enfrentan las personas sin hogar en su proceso de integración social.
La idea de la creación de este decálogo comenzó hace un año y medio, cuando un grupo de entidades sociales como Asociación Realidades, Cáritas Madrid-CEDIA 24 horas, Centro Luz Casanova, FACIAM, Fundación San Martín de Porres, Provivienda, Fundación RAIS y Red Acoge, comenzaron a reunirse para diseñar este documento que, como su propio título indica, engloba diez puntos con propuestas concretas con el objetivo principal de terminar con el sinhogarismo y las situaciones de exclusión social extrema tratando temas tan fundamentales como el empleo, la vivienda y la participación a la hora de luchar contra su invisibilidad.
Paco no sabe de cifras oficiales ni de decálogos. Lo que sí sabe es que las colas en los comedores cada día son más largas. “Más gente, menos platos. Es lo único que le importa”. ¿Y qué si, cómo dicen los periódicos, estamos en crisis? Yo veo a los de siempre en las televisiones de los bares igual de bien que siempre. La crisis sólo afecta a los mismos”.
El perfil de las personas que llegan a la calle lleva cambiando desde las últimas décadas, y no sólo a partir de estos últimos años de crisis económica. Algunos datos del Instituto Nacional de Estadística, INE, nos lo muestran: El 51,8 % de las personas sin hogar son españoles, frente a un 48,2% de inmigrantes. El 30% son abstemios y nunca han consumido drogas y el 11,8% tiene aún trabajo.
Conseguir un trabajo le gustaría. Sentirse útil. Sobre todo esos días en los que Paco no puede, si quiera, leer la vida de los demás. Y se abstrae. Ha aprendido. Los motores y las bocinas de los coches se convierten en su música de fondo. Las conversaciones del gentío en un murmullo ininteligible de fondo. Esos días la vida la tiene hecha jirones. Y le es difícil recomponerla. La calle se lo come. Y mira el cuenco vacío. Y lo odia.
Me temo que nos encontramos con una periodista que destila periodismo por todos los poros de su piel. Además, la tía escribe bien, ameno. ¡Qué más se puede pedir! Enhorabuena por el blog y por tus artículos, son cojonudos
muy buen relato, hay que reconocer que la historia es buena y ademas la periodista la hace atractiva!! enhorabuena Mayka!
¿»Me temo»? Por suerte, querrás decir.