La homeopatía, un hueso difícil de roer para la medicina moderna

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La homeopatía suele presentar los medicamentos en este tipo de frascos. / legoblogger.com

Quienes defienden la medicina moderna o alopática como única alternativa terapéutica para combatir la enfermedad, desconfían de aquellos que piensan que el cuerpo humano es suficientemente complejo como para que se tengan en cuenta, también, además de sus condiciones fisiológicas, otras influencias como las ambientales o las de tipo emocional. Y es a partir de “estas influencias” que quienes comulgan con las denominadas, genéricamente, “terapias alternativas” se erigen en defensores acérrimos de la homeopatía, de la medicina natural o de la acupuntura, por citar sólo tres de estas otras formas de curar.

Hoy en España, una vez más, la homeopatía es motivo de polémica. La reciente decisión del Gobierno de regular la venta en las farmacias de más de 19.000 medicamentos homeopáticos, siempre y cuando cumplen los requisitos de calidad, seguridad y eficacia —“eficacia” que, para estos medicamentos, será suficiente con acreditar “su uso tradicional” sin necesidad de  pasar por un ensayo clínico, como es preceptivo para el resto de fármacos—, ha levantado ampollas entre una gran mayoría de profesionales de la medicina y reactivado el viejo conflicto que este tema genera en la sociedad: La homeopatía ¿es ciencia o quimera? ¿Cuánto hay en ella de efecto placebo y cuando de verdad en el proceso de sanar?

Fue el médico alemán Christian Friedrich Samuel Hahnemann (1775-1843) quien, creyendo que cada ser humano es único y como tal debe tratarse, estableció el principio de similitud: todo lo que enferma también cura; es decir, en la práctica esto significaría que una enfermedad puede curarse empleando para su tratamiento la misma sustancia que la provoca. Por ejemplo, si la manzanilla alivia el dolor estomacal, tomarla sin necesidad... lo provocaría. Este es el primer principio homeopático. El segundo, el de la dilución infinitesimal: una unidad de una sustancia curativa —llamada 1 CH (Centesimal de Hahnemann)— se disuelve en 99 partes de agua. De la nueva solución se extra otra unidad que, a su vez vuelve a disolverse en otras 99 partes de agua (2 CH). Y así sucesivamente... De tal forma que, pongamos por caso, un medicamento 25 CH (25 veces disuelta esa centésima parte de la solución anterior en otras 99 partes de agua) será diferente a otro 100 CH (disuelto 75 veces más) aunque el principio activo sea el mismo.

Los detractores de esta pseudociencia —así es como la llaman— afirman, para fundamentar su crítica, que la homeopatía contraviene todos los principios de la Física y de la Química, y que poco podrá curar un mililitro de una molécula disuelto en un océano de agua... Los defensores, en cambio, opinan que el agua con esta disolución infinitesimal tendría, en este caso, un efecto memoria.

También dicen sus defensores que la homeopatía es “mucho más”. “Es una filosofía, una forma global de enfrentarse a la enfermedad”, me explicaba en una entrevista que publiqué en El País, en 1998, con el mexicano Proceso Sánchez Ortega ((1999-2005) uno de los médicos homeópatas más influyentes del mundo en aquel entonces. Sánchez Ortega añadía en aquella entrevista que “la gente reniega de la homeopatía porque no está dispuesta a esperar a la curación definitiva y hoy preferimos atajar con fármacos los síntomas aunque, en el fondo, no nos curemos”.

Sea como fuere, la homeopatía vuelve a estar de actualidad en España gracias al Gobierno. Y eso que, a estas alturas, nadie se atrevería a calificarla de “ciencia médica” en un sentido estricto. La decisión de darle ahora “cobertura legal” —ya venían dispensándose en las farmacias algunos medicamentos homeopáticos gracias a una disposición transitoria de 1994— ha reavivado la confrontación del pensamiento ortodoxo —sólo aquello que ha probado su eficacia es válido; lo que se conoce como “la medicina basada en la evidencia”— con el pensamiento heterodoxo —cualquier variable terapéutica sirve con tal de que el resultado sea positivo—.

La historia de la medicina está plagada de ejemplos  de curación que la ciencia médica no ha sido capaz de explicar. A estos sucesos, los creyentes los llaman milagros. Pero la razón dicta que los milagros no existen y, por tanto, sólo la acción e intervención de factores medioambientales, emocionales, dietéticos incluso, o de terapias alternativas, explicarían esas curaciones. Sí está demostrado, verdad, el efecto placebo en según qué circunstancias. Y, también, cómo conflictos emocionales diversos derivan, por la vía de la somatización, en patologías graves. El cuerpo humano con frecuencia reacciona imprevisiblemente y se salta todos los límites, y, muchas veces, supera las cotas más altas que la ciencia establece para él. ¿Por qué, entonces, negarle a la homeopatía esas posibilidades terapéuticas que sus seguidores aseguran que tiene?

Hay otra pregunta, además, para la que, seguramente, sí existen respuestas concretas, y que nada tienen que ver con la eficacia o no de la homeopatía: ¿Por qué, ahora, el Gobierno decide darle cobertura legal a los medicamentos homeopáticos?

Como ha mantenido este blog desde siempre, el Gobierno y el Partido Popular que lo sustenta no dan puntada sin hilo; su ideología es el motor de esta nueva organización social que pretenden imponer. Véase, si no, lo que los populares están haciendo con la Educación, la Sanidad, la nueva ley de seguridad ciudadana o la ley del aborto que están a punto de aprobar... Y, por encima de todo, parece les interesa todo aquello que huele a negocio; “su negocio”, piensa mucha gente. En este sentido, la homeopatía y otras terapias alternativas podrían también ser... eso, negocio; negocio, primero, para las menguadas arcas del Estado, que recaudaría 390 €  por cada nuevo medicamento inscrito —si tiene una indicación terapéutica determinada— en el registro de fármacos por la Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios (AEMPS) y 90 € por aquellos sin ninguna indicación específica. Y negocio, asimismo, para fabricantes y distribuidores, pues no debe olvidarse que hay cerca de 20.000 productos homeopáticos susceptibles de ser publicitados, pues la apublicidad de los mismos se regularía también.

De este modo, el círculo se cierra y los miles y miles de pacientes y médicos —se calcula que en España hay 10.000  que practican la homeopatía—, serán a partir de ahora un importante mercado, al que, una vez establecido el marco legal, se les podrá bombardear con publicidad.

Jefes de Estado, presidentes de Gobierno, personalidades como la madre Teresa de Calcuta, Lady Di o el músico Yehudi Menuhin recurrieron a la homeopatía para curar sus dolencias. Cómo se afirma del vino (aunque la afirmación no sea científica), algo tendrá también la homeopatía cuando la bendicen. En México tiene rango universitario y cuenta con sus propios hospitales. Y, finalmente, sin renegar de la ciencia médica, no sé si no es ya el momento de decir que no estaría de más aceptar otras posibilidades terapéuticas que la naturaleza y el buen hacer humano proponen, si con ello se consigue que se cure la enfermedad. “El incendio de las redes sociales” españolas que ha suscitado el Gobierno con su propuesta de darle cobertura legal a la homeopatía, apunta, una vez más, a que los españoles seguimos siendo Quijotes. Quijotoes peleando contra nosotros mismos o contra molinos de viento, que viene a ser igual. Si en Francia, Alemania y el Reino Unido la homeopatía está incluida en la sanidad pública y convive con éxito con la medicina alopática, ¿por qué aquí no? ¿No será que más de uno teme que se le acabe el chollo?

19 Comments
  1. laura32 says

    Por favor, firmad la petición para que se exija a los productos
    homeopáticos cumplir con los mismos requisitos que los medicamentos:

    http://www.change.org/es/peticiones/ministerio-de-sanidad-no-a-la-aprobaci%C3%B3n-de-la-homeopat%C3%ADa-sin-demostrar-su-efectividad-5

  2. Selito says

    Sin entrar en si sirve, no sirve o lo contrario, lo que no puede ser es que le demos la cobertura legal de los fármacos, pero no le exijamos lo mismo.
    Tienen que pasar por ensayos clínicos porque es la única forma de demostrar que tienen efecto positivo, si no, no hay forma de saberlo, como con los fármacos (¿de qué manera se sabe entonces que tienen esos «efectos positivos»? ¿por lo que dicen los prescriptores? Ese motivo se ya utilizaba en la medicina alopética de toda la vida, hasta que dejó de usarse por estar sometido a numerosos sesgos e intereses)

    Dice el autor si “¿No será que más de uno teme que se le acabe el chollo?”. Es posible, pero lo mismo se podría decir de los defensores de la homeopatía, por qué rechazan pasar por ensayos clínicos, no sea que se les acabe el chollo.

    No diré que no sirve. Solo diré que, como todo, hay que demostrarlo. Es la única forma de garantizar al paciente, en la medida de lo posible, que lo que se le está dando es beneficioso, qué posibles inconvenientes, contraindicaciones o efectos secundarios tiene y que no es cuento chino.

    O todos moros o todos crsitianos….

  3. Alberto says

    Curan mucho más la virgen del Rocío o el Jesús del Gran Poder que cualquier homeópata, pero no te veo yo a ti muy devoto.

    La homeopatía cura como cura el placebo, como la fé hace milagros.

    Que alguien te escuche y se preocupe por ti también cura, pero eso se puede estudiar con las herramientas del método científico que los charlatanes del «amimefunciona» desprecian.

    Que alguien se gane la vida vendiendo pastillitas azucaradas que se presentan como medicamentos, sin pasar ningún ensayo serio (doble ciego y eso) me decepciona tanto como la irracionalidad capillita.

    El argumento «algo tendrá el vino cuando lo bendicen» me parece lo más decepcionante que te he leído nunca.

  4. Joaquín Mayordomo says

    ¡Hombre, Alberto, lo del vino no es más que un recurso literario! Tampoco es para que te lo tomes así.
    Y en cuanto a que la homeopatía cure o no, no es mi tema. No soy creyente. Yo lo que planteo es por qué, por qué, si la cuestión está tan clara para ti y los que piensan como tú, por qué, insisto, en los países que cito en el artículo y en otros muchos (además de los miles de médicos españoles que creen –estos sí parece que creen— en ella) convive la homeopatía con la medicina moderna legalmente aceptada. Así que cuidado con los fundamentalismos, eh, que la ciencia también suele hacer de las suyas.

  5. kurtson says

    Me parece inadmisible y tendencioso el estilo del artículo. Esos argumentos pueden ser válidos para una discusioncilla de patio de colegio, pero no para alguien que se supone que es periodista.
    ¿No será que…?, Personalidades del mundo recurrieron a ello.., ¿Por qué, entonces, negarle a la homeopatía esas posibilidades terapéuticas que sus seguidores aseguran que tiene?…
    Debe tratarse de una broma, en serio.
    Se explican las bases en las que descansa esta supuesta ciencia. (Bases que atentan totalmente contra el sentido común, la física y la química). Y acto seguido se emplean una serie de trucos baratos y artimañas para despistar al lector y tratar de sembrar dudas en su capacidad de razonar la información.
    Lo que no se dice es que hay mucha gente que enferma, que empeora su situación e incluso muere gracias a la creencia de que éstos «medicamentos» pueden curar.
    Artículos como éste siguen sembrando de dudas y de falsas esperanzas el imaginario colectivo. Existen personas enfermas y desesperadas susceptibles de creer cualquier majadería que llegue a sus oídos con tal de aferrarse a algo que les de esperanza. De eso vive todo ese circo que se despliega en televisión a horas intempestivas. Magos, adivinos, brujas…
    ¿No es una irresponsabilidad por parte de una persona que se tiene a sí mismo como un profesional de la información, el jugar a confundir y sembrar dudas cuando, por desgracia, existe tanta desesperación y ganas de creer en algo, aunque ese algo sea falso?
    El hombre ha evolucionado gracias al aprendizaje obtenido por sus errores. A eso lo llamamos ciencia. Todo lo que pueda ser refutado científicamente, debería desaparecer.

  6. Pere Vila says

    Es vergonzoso. Todo el artículo se reduce en una mezcla de argumentos de autoridad de Paco Martínez Soria («como en otros sitios del extranjero se aprueba, es que estará bien», por esa regla de tres habrá que empezar a comer todos fast food del más grasiento, que hace furor en el extranjero), declaraciones de parte (de los homeópatas) e insinuaciones de las de nadar y guardar la ropa para desacreditar las advertencias científicos. Es de una irresponsabilidad salvaje poner en pie de igualdad el método científico (denominado «pensamiento ortodoxo») con la ligereza de «si a mí me funciona… da igual que no le funcione a nadie más». Porque ocurre que apostar por la homeopatía en detrimento de los tratamientos médicos no sólo no es positivo, sino que puede causar la muerte (si se deja tiempo a una enfermedad grave para que avance, mientras aplicamos remedios placebo). Y ocultar eso y presentarlo como algo que en todo caso, solo «ayuda», es una auténtica frivolidad. Intolerable cuando se habla de salud.

  7. Joaquín Mayordomo says

    ¡Pero qué obsesión tienen ustedes, Pere Vila y kurtson, con matar al mensajero! Diríjanse al Gobierno y apuñálenlo si quieren… Pregúntenle por qué piensa darle carta de naturaleza a los medicamentos homeopáticos. Y vayan a Alemania, Gran Bretaña, Francia… y cárguense, si así lo desean, a todos los que practican la homeopatía y quemen los hospitales en los que se acepta esta práctica. Y en España, empiecen ya a crucificar o a quemar en la hoguera a esos cientos, miles de médicos del Sistema Nacional de Salud que también la ponen en práctica. ¡Y a mi déjenme en paz, si les parece, que yo sólo he tratado de contar lo que refleja la realidad! Que tengan un buen día.

  8. Alberto says

    Joaquín, gracias por la respuesta, sacas un tema que dejé de lado por no alargar el comentario, aquí va:

    Hay gobiernos que toleran e incluso promueven la homeopatía porque en muchos casos el placebo es más barato que un medicamento, y los gestores de la sanidad está claro que lo que buscan es gastar poco y evitar problemas.

    Si lo hubieras enfocado por ahí, con sentido crítico y documentándote, me hubiera encantado aprender sobre el mundo de la homeopatía, pero viendo cómo se lleva el tema en España intuyo que el sistema puede haber sido parecido en otros países.

    No niego que a Lady Di o Teresa de Calcuta les haya funcionado, conozco a gente muy formada que me cuenta que su homeópata le entiende mejor que el médico, por eso me encantaría, de verdad, que se estudiara eso de forma científica.

    Hay muchas cosas que curan, como los remedios de la abuela y la fé, cada uno que crea lo que quiera, a mi el caldo de pollo me cura el resfriado, eso no es pseudociencia.

    Pseudociencia es disfrazar de ciencia algo que no lo es, porque nadie de los que vive de ello tienen interés en que se estudie con rigor. Ni las supuestas universidades ni los supuestos hospitales han hecho nunca un estudio serio. No sé nada de medicina, pero sé algo de método científico, de revisión por pares, de doble ciego, no he encontrado nada, solo “amimenfunciona”.

    La industria homeopática es pseudociencia porque disfraza de medicamento pastillas que son mentira, aunque el homeópata tenga muy buena intención y de verdad ayude con su carisma a la curación de una persona, es cómplice de un timo, y si tú ejerces de altavoz acrítico, también eres cómplice, no un simple mensajero de SEUR, tienes una responsabilidad con tus lectores.

    No tengo ninguna cercanía con las empresas farmacéuticas, pero para sacar un medicamento tienen que investigar mucho con criterios muy exigentes, no les basta con demostrar que el producto no es malo, sino que de verdad tiene efectos positivos. Eso es ciencia.

    Permitir que alguien pueda empaquetar pastillitas azucaradas y registrarlas por 390 € como «medicamento homeopático» y venderlas en la farmacia junto a medicamentos de verdad es terrible.

    Boiron, la gran multinacional de la homeopatía gasta proporcionalmente en marketing mucho más que cualquier farmaceutica porque no investigan, no hacen ensayos serios que puedan demostrar que la homeopatía sea una cosa más allá que el placebo.

    ¿De verdad te parece de fundamentalistas exigir que, al menos una sola vez, se haga un ensayo clínico decente para ver si funciona la homeopatía?

    Un ejemplo: La acupuntura tiene una gran parte de mentira y un poco de verdad, existen estudios científicos que -sin llegar a explicarlo del todo- intentan detectar cuándo y cómo funciona más allá del placebo. Eso es ciencia, aunque trate de una «medicina alternativa».

    Con la homeopatía, que sería mucho más fácil de estudiar (si los médicos homeópatas se prestaran a hacer ensayos clínicos de doble ciego), esos estudios no existen o demuestran que los “medicamentos homeopáticos” no existen y serían más honestos los homeópatas recetando caldo de pollo.

    Disculpa por el sermón, pero te aseguro que lo último que me llamaría cualquiera que me conozca es fundamentalista.

  9. juanjo says

    ¿La homeopatía otro timo del Rajoy sus adláteres y sus seciuaces para favorecer a algún íntimo?.

    o simplemente, ¿otro ataque contra la sanidad pública en aras de su privatización y el traspaso a sus amigotes?.

  10. Domingo says

    ¿Pero que es esto? el period¡sta perdiendo los papeles porque le critican, ¿de que vives tu?, ¿quien te has creido que eres?. No vuelvo a leer un articulo tuyo en mi vida. Con viento fresco.

  11. Joaquín Mayordomo says

    Pues no sé, Domingo, por qué tú puedes opinar sobre lo que yo escribo y yo no puedo opinar sobre lo que escribes tú. En cuanto a aceptar o no las críticas, creo que mi posición al respecto está clara: cualquiera puede leer la que haces tú. Uf, qué genio.
    Y a ti, Alberto, te pido disculpas por lo de “fundamentalista”. Y en cuanto a tú último comentario, me parece bien que a la homeopatía se le exijan todos los ensayos clínicos que se quiera u otras pruebas para demostrar su eficiencia. A mí, hasta ahora al menos, la homeopatía no me ha interesado lo más mínimo; me he limitado a tratar en un artículo la polémica que se ha planteado. Pero no entiendo por qué hay gente que se enfada tanto, la verdad.

  12. kurtson says

    Mira, Joaquín, si no entiendes porqué la gente se ha indignado tanto es que aún no eres consciente de la dimensión del problema que existe con lo que podemos catalogar como pseudociencia.
    No me parece justo que existan artículos como el tuyo que cometan la tropelía de tratar de equiparar la medicina real con la homeopatía. El mensaje que puede percibir un profano en la materia al leer tu artículo es que ambas disciplinas son igual de respetables, que pueden tratarse de tú a tú, que tanto la una como la otra tienen sus adeptos y sus detractores… Y eso es un mensaje erróneo.
    El mismo caso se puede ver en muchos artículos que consideran al creacionismo como otra teoría alternativa y válida a la teoría de la evolución de Darwin.
    Da la impresión de que te tocaba escribir sobre éste tema, del que poco conocías. Y no has querido cargar las tintas ni en un sentido, ni en otro. Consiguiendo, desde mi punto de vista, un artículo totalmente mediocre que, lejos de conseguir aclarar algo, confunde y enturbia.
    No te lo tomes como algo personal. Para opinar a la ligera ya tienes el futbol, por ejemplo.

  13. mjesu000 says

    Gracias por tu articuilo, al menos un periodista independiente. Algunos han aprovechado para ir en contra de la homeopatia cuando lo querian era ir en contra del gobierno.

  14. Alberto says

    Joaquín,
    Gracias por tu respuesta.
    Supongo que el revuelo viene porque muchos de tus lectores habituales nos hemos sentido sorprendidos y decepcionados por cómo has tratado el tema.

    Insisto, un periodista especializado en salud no es un cartero que entrega la carta que escribieron otros, asume tu responsabilidad: has tratado de forma superficial una de las grandes estafas de la sociedad actual.

    Que haya gente que crea en los milagros del agua bendita me fastidia, que haya «videntes» forrándose en programas de madrugada, también.

    Pero me parece mucho más grave aún que por recaudar unos míseros miles de euros estemos permitiendo a Boiron cometer vestir de ciencia algo que es un insulto al método científico.

    Empezamos por la homeopatía y terminamos enseñando al mismo nivel las teorías de la evolución de Darwin y las Teorías creacionistas, «tratando la polémica» como si fueran lo mismo una cosa y otra -el creacionismo se enseña en muchos países y alguna universidad-, Podríamos entrevistar a un pastor mormón que hablara de los oscuros negocios de los «darwinistas» para liar todo un poco más y luego, si nos critican, decir que matan al mensajero.

    Muchas gracias por tu atención.
    PD: Sobre el tema de la homeopatía hay un editorial muy bueno en Diario Médico que explica por qué está muy mal lo que están haciendo, hay en internet mucha información bien fundamentada, no somos solo comentaristas indignados.

  15. kike says

    Me da igual lo que digan. Pelearos si es malo, placebo o lo que querais; no soy un perroflautas ni un hijo de la tierra. Mi hijo lo ha estado tomando desde bebé (qué efecto placebo puede dar a un bebé de meses), y con 9 años no ha probado los antibióticos y tiene una salud de hierro. Por supuesto voy al medico de cabecera, no a un curandero… y si fuera mi medico quien me lo recetara, me ahorraría la pasta que cuesta la consulta privada a mi Doctora. Lo siento, pero a mi familia le va muy bien. Hay que ser constante y perseverante, pero en la salud de mis hijos lo compruebo día a día. Lo importante no es que Sanidad subvencione el medicamento, ya que es muy asequible, sino que haya profesionales que puedan recetar.

  16. mari carmen says

    ¡Hola Joaquín! Pues yo llevo seis años tomando homeopatía, hay veces que me funciona de inmediato y a veces no, pero no porque no sea eficaz la homeopatía sino porque no han dado con el medicamento oportuno para mi problema. Mi hijo lo toma desde bebé, y ahí es donde te das cuenta que no es psicológica la curación. Saludos

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