Miguel Muñoz permanece en prisión expectante; siguiendo las pesquisas de la Policía que termina de dibujar los pasos del detenido desde que se encontró con Denise Thiem, la peregrina del camino de Santiago, hasta que se deshizo de ella. Y es que las piezas no encajan. El relato de los hechos tiene varias lagunas que el asesino debe aclarar, máxime cuando ha cambiado varios aspectos esenciales. La última 'confesión' la hizo, agotado y desbordado por las pesquisas, tras horas de interrogatorio.
Hagamos ese dibujo. 5 de abril de 2015. Denise tenía claro el trecho del camino de Santiago que aquel día iba a recorrer. De Astorga a la localidad de El Ganso. Unos 13 kilómetros, pero no pudo acabar el trayecto. Aunque otros días iba acompañada de otros peregrinos, ese día caminaba sola. Una señal indicativa, de las habituales del camino que orienta a los peregrinos, la desvía en otra dirección. No lo sabía, pero iba directa a la casa de Miguel Muñoz. Los agentes descubren después, cuando inician las indagaciones, que la indicación había sido modificada por el detenido. Antes que Denise, otras tres mujeres denuncian que han sido atacadas por un hombre de parecidas características y de forma similar a Denise. Los investigadores comprueban ahora esos testimonios clave para establecer un modus operandi o patrón de comportamiento en sus ataques.
Denise estaba perdida. Ve una cabaña con placas solares. Un hombre sale a su encuentro. Era Miguel. Según su última declaración, la vio llegar. "Iba sola. Salí al camino para encontrármela. Me dijo que se había perdido. Empecé a hablar con Denise, pero en un momento dado desconfió de mí. Entonces le di un golpe en la cabeza con un palo y al caer al suelo su cabeza impactó con una piedra. Sangraba mucho. Me incliné a ver como estaba. Le miré el pulso. Estaba muerta. La desnudé y la enterré. Después la desenterré y la tiré a unos matorrales". En su primera declaración negó ser el autor de la muerte. “Estaba muerta cuando la encontré. Tuve miedo de que me culparan y por eso no dije nada”. No dijo nada más.
A falta de la autopsia, el informe preliminar revela que Denise recibió dos golpes, uno de ellos letal. La enterró desnuda porque, según él, sabía que los cuerpos desnudos se descomponen antes. Caminó dos horas por el monte hasta que la enterró y después quemó su ropa y la mochila azul. Miguel cortó las manos de la mujer porque pensó que, de encontrarse el cuerpo, podrían hallarse restos en sus uñas y las enterró en otro lugar diferente al cuerpo, cerca de una encina fuera de su finca, aunque no recuerda dónde. Los agentes no lo tienen fácil. La finca del detenido se encuentra en medio de un encinar con tramos de muy difícil acceso. Después se deshizo del hacha.
La confesión introduce incongruencias. Si la muerte fue accidental, como él sugiere, los agentes no entienden por qué le corta las manos. Las pruebas parecen indicar que Miguel no la agredió sexualmente. No será fácil determinarlo ya que el cadáver estaba muy descompuesto por el tiempo transcurrido. ¿Fue un golpe fortuito o forcejearon? ¿Por qué la mató? ¿Cuál es el móvil? A pesar de que los agentes descubrieron que había cambiado el dinero que llevaba la víctima en una sucursal bancaria (unos 1.000 dólares), éste no parece ser el motivo. La investigación también ha hallado 36.000 euros en el 'subsuelo' de la finca que, al parecer, procedían de una venta de acciones. ¿Necesitaba dinero? Miguel es un hombre solitario, que vive alejado de la gente y apenas se relaciona. Introvertido. Recibe una prestación por desempleo pero, según su familia, no tiene problemas de dinero. Algunos vecinos han declarado que desde que se mudó a la zona, se han sucedido pequeños robos. Su familia lo desmiente, pero en su ficha policial tiene antecedentes por robo. Entonces, ¿cuál es el móvil?
Según fuentes jurídicas, tres meses después cambió el cadáver de lugar y lo depositó en un lugar más visible. Allí llevó a los agentes cuando lo detuvieron. Según fuentes jurídicas, el hecho de que cambiara el cadáver de lugar se entiende porque Miguel estaba arrepentido y quería que lo cogieran, pero sin embargo no se entregó. Arrepentimiento, colaboración con la investigación... pueden ser los ingredientes de la defensa que siga su letrado. Todo está aún en el aire. ¿Estaba Miguel bajo la influencia de alguna sustancia? Aunque fuera así, será difícil probarlo después de cinco meses y tampoco sería concluyente. Uno de las cosas que hizo derrumbarse a Miguel fue el hecho de que los agentes le dijeran que habían hallado el ADN de Denise. La prueba en el momento de su confesión estaba pendiente de resultados, pero ahora ya se conoce que el cadáver hallado era de la peregrina después de cotejar los restos con sus familiares.
¿Qué indicios tienen los agentes contra Miguel? Su confesión, el hecho de que les llevara hasta el cadáver, la cámara que lo captó en una sucursal bancaria cambiando los dólares de Denise y ahora el ADN. El juez tiene pendiente valorar también los testimonios de las otras supuestas víctimas. Todas ellas relatan cómo un hombre de parecidas características físicas las sorprendió en medio del camino aunque dos de ellas no podrán identificarle ya que las atacó provisto de capucha. Aún quedan retazos de esta historia por hilar. Una historia en la que han trabajado, incansablemente, agentes de la UDEV y de la Policía judicial de León desde hace meses.