Radiografía del voto que se movilizó en las elecciones del domingo

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La ciudadanía se movilizó para votar en las elecciones del pasado domingo. La participación superó el 75%, la cifra más alta de los últimos quince años y la sexta desde que llegó la democracia. Este porcentaje solo se ha superado en momentos clave de la historia de España como las elecciones que llevaron al Gobierno a Adolfo Suárez en 1977, a Felipe González en 1982 y a José María Aznar en 1996.

Hasta que no se conozcan el resultado de la encuesta poselectoral del CIS, desconoceremos con certeza el perfil de los votantes movilizados para acudir a las urnas y a quién han decidido otorgar su papeleta, pero los gurús demoscópicos ya han hablado y los expertos electorales hacen sus propias cábalas para tratar de analizar esta alta participación electoral vista tan pocas veces en la historia del país.

¿Por qué ha habido tanta movilización en las urnas?

De momento, la movilización por encima de la media que recogen los datos de participación “demuestra que eran unas elecciones donde se jugaba mucho”, explica a Cuartopoder.es Ángel Cazorla, profesor de Ciencia Política en la Universidad de Granada y miembro del Centro de Análisis y Documentación Política y Electoral de Andalucía.

En la última semana, además, se amplió el rango que se estimaba de participación. “El anuncio en los últimos días de que Vox podía formar parte del Gobierno, no solo sostenerlo, puede haber motivado una participación más elevada”, apunta Fabio González, sociólogo de la televisión vasca EITB. Las elecciones se han desarrollado entre dos periodos festivos y en estas fechas "la participación hubiese sido más baja en un entorno menos polarizado”, añade.

¿Ha sido un voto movilizado de la izquierda contra Vox?

La respuesta es sí, por una parte, pero no del todo. Las últimas encuestas electorales antes de las elecciones apuntaban a el bloque de derechas (PP, Ciudadanos y Vox) superaba al de izquierdas (PSOE y Unidas Podemos) en número de votos. Sin embargo, el 28 de abril ambos bloques empatan en número de papeletas por lo que “se ha activado una participación que ha favorecido al bloque de izquierdas --sobre todo al PSOE-- hasta el punto de hacerlo empatar”, indica González.

También sabemos, por experiencias anteriores, que “la desmovilización en el voto suele afectar a la izquierda”, explica Cazorla. Aquello que los expertos en demoscopia conocen como “abstención punitiva”, es decir, una abstención no estructural sino con voluntad de castigo, “esta vez no se ha activado contra el PSOE”. Este fenómeno sí se activó, por ejemplo, en las pasadas elecciones andaluzas. Por otro lado, “no se ha conseguido una movilización del voto hacia Unidas Podemos”, desgrana.

Aunque ciertos sectores proclives a la desmovilización se han activado, cuando un alto porcentaje de la población acude a las urnas suele haber “mucha transversalidad”, explica Cazorla. Un indicador de la participación homogénea es Ciudadanos. Los últimos sondeos estimaban un 14% para Ciudadanos, pero al final ha alcanzado un 15,9%, al límite del margen de error de dos puntos, algo que, según González, apunta a que “Ciudadanos ha conseguido optimizar resultados” en el bloque de derechas.

¿Quiénes son aquellas personas que se han movilizado?

La inesperada movilización de jóvenes y centristas, así como el voto masivo de mujeres nacionalistas vascos y catalanes han sido claves en los resultados de las elecciones, según indicaron el lunes el presidente de Gad3, Narciso Michavila, y la directora general del instituto demoscópico 40db, Belén Barreiro, en un desayuno informativo de Fórum Europa celebrado en Madrid. Para Michavila una “reacción a Vox” en comunidades como Euskadi o Catalunya, donde hubo una participación muy alta, ha logrado que los nacionalistas tengan “la mayor representación de la historia” en el Congreso.

En cuanto a las mujeres, sabemos que el voto de Vox está “muy masculinizado” y probablemente no haya ido a parar este partido. Sin embargo, González apunta a que el PP y el PSOE tienen un alto porcentaje de voto femenino, situándose los populares por encima en algunas ocasiones. Unidas Podemos y Ciudadanos atraen a menos mujeres, aunque en esta ocasión los naranjas pueden “haber repuntado en voto entre las mujeres”, como indica su porcentaje situado por encima del 15%.

Se esperaba una abstención más alta de los jóvenes –estaban llamados a las urnas un millón de nuevos votantes. Barreiro apuntaba a que esta parte de la población se ha decantado mayoritariamente por los socialistas, “una hipótesis” que también comparte Cazorla. “Creo que hay un importante apoyo al Partido Socialista en esos nuevos votantes. Hay un cierto desapego a los partidos, pero la marca que prometía liderar las elecciones ha podido fomentar "un voto, como se suele llamar, de caballo ganador”, reflexiona el experto.

1 Comment
  1. ninja45 says

    Spañistán, estaba en peligro de naufragio por culpa de los golpistas catalanes, los avaros vascos, el rojerío podemita y la meliflua debilidad de los socialistas, gentes de poco arrojo patriótico. Y así, por todas las tierras hispanas, los aguerridos patriotas de la España eterna, blasón de conquistadores, alzaron la bandera para salvar a la patria. Y si ganaban, ya habían avisado: abrirían las puertas del infierno para los enemigos de España, Blas de Lezo y su ojo tuerto mediante. Por supuesto, en Catalunya empezaría el aquelarre. Los electores, pues, debían votar a PP, Cs y Vox para salvar a España de la anti-España, que son todos los que no son de los azules, los naranja y el agrio color del voxerío o sea, fascistas y corruptos en pleno. Aunque es cierto, en este caso, que la derecha venía con grasiento sobrepeso y que los temores por el crecimiento de la extrema derecha se sumaron a la preocupación por la radicalización de las derechas institucionales, cada día más cercanas al grito huracanado de maese Abascal. Los electores, pues, debían votar al PSOE o a Podemos para salvar a la España roja de las fauces de la España con camisa azul, y a esa apelación dedicaron Sánchez e Iglesias su mejor oratoria. Y entre tanto despropósito, ahí estaban los esforzados indepes, que piden salvar a Catalunya de la voracidad inquietante de la España imperial. Desde Junts hasta ERC, pasando por el Front Republicà, la tríada independentista quiere salvar a Catalunya de los otros dos flancos, ambos con el 155 bajo el sobaco, no en vano todos, y todos son todos, usan al espantajo para dominar a Catalunya. A la m. con los Borbones ladrones, la Injusticia española prevaricadora, títere de fascistas y corruptos, vergüenza de Europa y sus «valientes» esbirros aporreadores de viejecitas y gente indefensa. Si me pegan, me divorcio. Som República !!*!!

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