El concurso de acreedores recién iniciado sobre el aeropuerto de Ciudad Real debería despertar nuestras conciencias para darnos pie a pensar qué tipo de infraestructuras queremos y cuáles son auténticamente necesarias, ahora, precisamente, que al calor de la crisis el Ministerio de Fomento anuncia recortes en inversión pública.
Este aeródromo parecía estar, desde su inicio, fuera de lugar y tiempo: no sólo ha fracasado empresarialmente sino que también ha estado a punto de llevarse por delante dos cajas de ahorro, dos. Desde pocos días antes del conocerse el fiasco aeroportuario, el anuncio de recortes en el departamento de José Blanco ha originado una oleada de declaraciones victimistas desde buen número de capitales autónomicas que se resisten, todas, a perder un solo kilómetro de autovía, ferrocarril, puente o cualquier otra infraestructura proyectada.
La crisis impone retrasos o aplazamientos en las ejecuciones de las obras, efectivamente, pero debería servir para que se planteara tanto a nivel autonómico como central la cruda realidad, que hasta ahora no hemos querido ver, de que ya no queda café para todos.
El caso del aeropuerto de Ciudad Real es el más tangible, a pesar de que había sido encomendado a la iniciativa privada que parece, o parecía, capaz de convertir en oro todo lo que tocara. Pero no es así. Y tampoco lo es, más allá de Ciudad Real, que muchas infraestructuras proyectadas fueran estrictamente necesarias. Al menos en su versión más cara, que es tal y como estaban planeadas: para un país de superricos que no somos.
Me pregunto si tiene mucho sentido invertir 100 en una línea de tren AVE para cubrir 500 kilómetros de distancia en dos horas y 15 minutos cuando sabemos que con una inversión de 50 en mejoras integrales de esa misma línea "tradicional" el trayecto quedaría cubierto en dos horas y 30 minutos. O dos horas y 45. Da igual. Es cuestión de proporcionalidad entre coste y rendimiento. El cáculo podría ser aplicado igualmente a otras grandes inversiones del Estado en campos similares, por ejemplo en materia de autopistas y autovías.
Mientras los responsables autónomicos de diversos lugares de España se rasgan las vestiduras como medida preventiva, escandalizados ante la posibilidad de que el recorte de inversiones de Fomento afecte a "su" AVE, "su" autopista, "su" pantano, "su" puente o "su" puerto, algunos seguimos sin comprender, --porque no atendemos a razones, porque se nos ocultan determinados datos o porque no se nos explican--, y vemos que muchas inversiones en infraestructuras mastodónticas no son estrictamente necesarias y que cuestan inmensamente más que otras instalaciones más modestas pero que cubren suficientemente las necesidades presentes y futuras. Por lo que deducimos que son esas macroinversiones sencillamente innecesarias y antieconómicas. Caso del aeropuerto de Ciudad Real. Aunque sea privado.
No se trata, como algún desaforado ya pensó, de que con alternativas más sostenibles se pretenda que volvamos a los árboles a comer frutos, hojas y raíces. No. Se trata de cosas tan simples, y a la vez tan difíciles de aplicar con valentía, como la potenciación del ferrocarril como medio barato de transporte colectivo y de mercancías, por ejemplo. O de que no se vuelvan a construir autopistas de peaje que nunca serán rentables social y económicamente porque se pensaron para un país de nuevos ricos que ya no seremos. Se trata de consumir responsablemente también en esto de las infraestructuras. Y ése es uno de los hábitos que podríamos sacar en claro de esta vorágine en la que estamos sumidos. Pues eso: no debería haber crisis que por bien no venga.
El problema del aeropuerto de Ciudad Real fue la crisis, porque la idea era cojonuda para vuelos low cost.
El Aeropuerto de Porto, es la base de operaciones de la mayoría de compañías de bajo coste.
Gracias a eso, han logrado que toda Galicia vaya a Porto (150 km) a por el vuelo low cost de turno y existan autobuses cada 3 horas desde Vigo para el aeropuerto. El aeropuerto de Porto, está mejor comunicado con Vigo que la mayoría de poblaciones de Galicia !!
El Aeropuerto de Ciudad Real nació con la crisis. Si llega a nacer 3 años antes, el gallo cantaría de forma muy muy diferente, porque las compañías ya estarían asentadas.
El aeropuerto de C.Real comenzo con un mal proyecto que afectaba a zonas especialmente sensibles para las aves (la Sociedad Española de Ornitologia -www.seo.org- ha trabajado mucho sobre este tema). En la web de TVE, puede encontrarse el programa El Escarabajo Verde donde se habla del problema de la autovia entre Calatayud y Daroca. Ahi tenemos tambien la autopista entre Cartagena y Vera. Somos uno de los paises con mas km. de autovias y autopistas por habitante y ahi tenemos el magnifico PEIT. En fin, los ejemplos son numerosos. ¿Por que esta obsesion de las infraestructuras?, ¿a quien beneficia muchas?…