Irán levanta un muro para separar a la población kurda

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Aspecto que presenta el muro en plena construcción junto a la frontera de Piranshar. / Karlos Agirre

No hay, en todo el mundo, un gobierno tan beligerante con Israel como la República Islámica de Irán, ni, por lo tanto, tan opuesto al muro de cemento levantado por Tel Aviv para dividir el territorio palestino en dos. Mucho menos conocido es que Teherán está haciendo exactamente lo mismo con el pueblo kurdo, al que está separando no solo con una barrera de hormigón sino también con profundos fosos y campos minados que ya se han cobrado decenas de muertos.

El Gobierno de Ahmadineyad ni siquiera lo niega. Según declaró hace un año el entonces ministro del Interior, Mahmud Najar, había aprobado una partida de 150 millones de dólares para realizar este proyecto a lo largo de los más de 400 kilómetros de frontera con el Kurdistán iraquí, además de ampliar las barreras ya existentes en las divisorias con Afganistán y Pakistán.

Si en los casos afgano y paquistaní, la justificación oficial para este descomunal esfuerzo es la lucha contra el tráfico de estupefacientes, en el Kurdistán el objetivo sería acabar con un contrabando que, desde tiempos inmemoriales, sustenta la economía de las numerosas aldeas que jalonan la frontera con Irak.

Esta parte del noroeste de Irán está habitada por casi nueve millones de kurdos que mantienen estrechos vínculos históricos, económicos e incluso familiares con los kurdos iraquíes. De hecho, una de las principales consecuencias de este nuevo muro de la vergüenza es la separación de cientos de familias que, hasta ahora, mantenían una natural relación sin fronteras.

Aquí, nadie se cree los argumentos gubernamentales. Según cuenta Mahmud, un campesino que vive cerca de Piranshar, todo el mundo sabe que se trata de una nueva excusa y que la verdadera razón para construir el muro es acabar con el apoyo a los partidos kurdos e impedir el paso de los grupos guerrilleros que se mueven como pez en el agua por los montes Zagros. Teherán está convencido de que los contrabandistas, además de introducir en Irán vino, whisky y vodka, se han convertido en el soporte logístico de los grupos armados, suministrando al PJAK, al PDK de Irán o a Komala información, alimentos y armas.

El muro, de varios metros de altura, es visible desde los principales pasos fronterizos, de forma especial en el de Haji Omran, situado al final de la Ruta Hamilton, un corredor estratégico tendido por los británicos a comienzos del siglo XX para comunicar la llanura mesopotámica con la meseta iraní. Desde lejos, se aprecia la línea de varios kilómetros ya edificada y las obras para la cimentación de otros tantos más.

Una familia de pastores se desplaza en la zona de Piranshar a lomos de caballos. / Manuel Martorell

Según Sarhad, que vive en la zona de Qala Diza, junto al muro el Gobierno iraní está excavando un foso de cinco metros de profundidad y otros tres de ancho, que, además, está reforzado por una franja de terreno minada sin apenas señalización, lo que ya ha provocado muertos y numerosos heridos entre lo lugareños. A ello hay que unir los disparos que, de forma indiscriminada, realizan los guardias fronterizos contra quienes intentan pasar de un lado al otro.

Para impedir cualquier actividad en la zona, el gobierno ha llegado a prohibir los caballos y los burros, animales de carga que tienen en esta zona con apenas carreteras asfaltadas un extraordinario valor, como muestra la galardonada película de Bahman Ghobadi La estación de los caballos borrachos, premio en los festivales internacionales de cine de Cannes y Chicago.

En algunas zonas, los habitantes de las aldeas fronterizas han recibido cartas oficiales prohibiendo de forma expresa la tenencia y compra-venta de caballos y burros, dando, como ha ocurrido en Kona Lajan y Zewa, plazos concretos para deshacerse de los animales. En caso contrario, el Gobierno los confiscaría, además de llevarse detenidos a los propietarios y de imponerles multas que pueden elevarse hasta los 4.000 dólares.

Cartel de la premiada película de Ghobadi "La estación de los caballos borrachos".

Cuando los Guardianes de la Revolución (pasdaranes) sorprenden a alguien con burros o caballos junto a la frontera, no se lo piensan dos veces y disparan a los animales. Solo entre las localidades de Qala Rashie y Dermanawa, durante el mes de septiembre, los Pasdaranes mataron 70 acémilas. A veces, también son alcanzados mortalmente sus propietarios, como ocurrió recientemente a dos jóvenes que estaban trabajando la tierra con un burro que acababan de comprar cerca de Sardasht. De acuerdo con organizaciones locales, debido a la explosión de minas o a los disparos de los Pasdaranes en cinco años han perdido la vida ya más de 300 civiles.

En toda la región se han registrado manifestaciones y se han puesto en marcha iniciativas de todo tipo contra las consecuencias que está teniendo la construcción del muro, explica Mahmud. Incluso la ong Los Verdes ha recogido más de 5.000 firmas que han sido entregadas en el Parlamento iraní y se han enviado cartas tanto al presidente Ahmadineyad como al Guía de la Revolución, Alí Jamenei. Ninguna de estas iniciativas ha tenido respuesta. También se han presentado denuncias judiciales por las muertes. “Se conocen todos los detalles, el nombre de los muertos, el lugar, la fecha y las circunstancias; lo único que no se conoce –dice Mahmud- son los autores”.

5 Comments
  1. Carlos Jose says

    La verdad es que este reportaje es de tan cinismo que me dedique a leerlo a pesar de ser el único que recoge la noticia citada. Nada, pero nada se compara con lo que están haciendo los israelies en tierra ajena, así se empeñen este tipo de publirreporjes en decir lo contrario. La escuela del mundo al revés. Hagan un mejor esfuerzo por decir sus mentiras.

  2. Zhoram says

    Israel era Israel ya en el siglo XV Antes de Cristo.

    Nunca antes hubo una república arabe palestina, no antes de 1967 (para Naciones Unidas fue en 1947 que nació, pero los árabes no la reconocieron sino en 1967)

    Los israelies son el pueblo original y ancestral de ese territorio, y los arabes palestinos son recien conformados, recien llegados y una etnia de diseño (en realidad son descendientes de egipcios y jordanos a los que se les cambio el nombre por conveniencia)

    La hecatombe de Iran en manos de los medievales ayatollahs es una de las mayores desgracias de nuestra época.

  3. gabriel says

    Lo de Israel es estrictamente por seguridad y si leés los comunicados del gobierno israelí, la muralla nunca se hizo para crear una frontera sino para evitar atentados suicidas en los que morían cientos de civiles.
    Por otra parte es fácil hablar mal de los israelíes sentado frente a una computadora, tranquilo, tomando algo que estando en ciudades como Sderot sin poder salir por temos a los kazam, o no poder vivir tranquilo en Galilea por temos a los katiushas del hezbollah, ni hablar de no poder viajar en ómnibus sin preocupaciones en Tel Aviv por los que defiende Carlos José que se inmolan; que son los mismos que lo hiceron en Atocha.

  4. Jaso Jashak says

    Nos dice Carlos Jose que no es nada comparable con lo que hacen los israelíes («en tierra ajena», dice él). Las diferencias son muchas, pero ¿por qué no iba a ser comparable? ¿Porque nos da igual lo que haga la República Islámica con sus «ciudadanos» siempre que nos financie nuestra guerrilla y diga lo que queremos nosotros en los medios? No sé si habrá eso en el muro israelí, pero en este se habla pasando por encima de MINAS antipersonales y de 300 civiles muertos en cinco años. ¿Cuántos civiles árabes han perdido la vida al tratar de cruzar la barrera israelí?

  5. kurd alan says

    por que levantar un muro con le forentera de kurdistan iran tene miedo de democracia kurdistan irrqui hay democracia

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