Qué barato vende el PSOE el apoyo al PP

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Alejandro_InurrietaComo era ampliamente conocido por gran parte de la población, salvo por el propio PSOE, el Gobierno del PP tenía asegurado el apoyo a los presupuestos y techo de gasto por parte de los socialistas una vez superado el trago de la investidura.

Pese a los intentos de vender a la población que este apoyo sólo se presta a cambio de grandes contraprestaciones que van a cambiar la vida de los ciudadanos, la realidad es que Rajoy y su Gobierno encaran con cierta tranquilidad la legislatura recién comenzada.

Las negociaciones han fructificado de forma anormalmente rápida y con opacidad, demostrando que las palabras iniciales de los portavoces socialistas sobre el sentido del voto a los presupuestos del PP eran simplemente fuegos de artificio para compensar el enorme boquete que han abierto entre los menguantes fieles socialistas. Lo que de momento ha trascendido es que a cambio de elevar el SMI en apenas 52 euros, un 8%, y la ligera mejoría en el ajuste fiscal de las comunidades autónomas, el PSOE apoyará el techo de gasto, que consolida los recortes anteriores y apunta a una reducción de gasto de 5.000 millones de euros, lo que apenas se dejará notar en la paupérrima vida de la gran mayoría de la población.

La estrategia del PP es muy fácil y sencilla. Tras un acuerdo previo con Ciudadanos que, apenas comenzada la legislatura ya es papel mojado, se ha desmarcado del socio pequeño y se ha propuesto rescatar del ostracismo a su partner de bipartidismo, que había quedado cuasi hundido tras las sucesivas aventuras políticas fallidas, iniciadas por Zapatero en 2010. A cambio de reconocer pequeñas derrotas, mociones sobre derogaciones de leyes sin valor jurídico o reformas puntuales en las reválidas de la LOMCE, el PP va a poder seguir manteniendo la estructura política y económica básica que ha implementado desde el año 2012.

La gran pregunta que surge se refiere a qué consecuencias económicas tienen estas migajas logradas en un pacto secreto y a espaldas de los aliados naturales, como son los sindicatos. En realidad, pocos y muy alejados de las verdaderas necesidades de gran parte de la población. La subida del SMI, inferior a la aprobada en una proposición presentada por Podemos, en línea con la demanda sindical, demuestra que el Parlamento tiene un poder limitado y que quien tiene el BOE es el que verdaderamente gobierna. Esta subida, que en cualquier caso es positiva para algunos colectivos, implica que la actualización de algunas prestaciones, las que dependan del SMI, que cada vez son menos, se actualizarán de forma automática y sus perceptores, pocos en realidad, verán incrementada su renta personal. También servirá para que el salario base suba de nivel y que, teóricamente, ningún trabajador a tiempo completo pueda cobrar menos que dicha cantidad, algo que hoy es fácilmente evitable mediante el trabajo de horas extraordinarias sin remunerar para trabajadores a tiempo parcial.

En el caso de la ligera relajación del déficit, el Gobierno, como siempre, ha hecho trampa, ya que de la suavización permitida por Bruselas (1% del déficit o 10.000 millones) el Estado se ha quedado con todo el margen para cubrir el déficit de la Seguridad Social, perjudicando a las comunidades autónomas más infrafinanciadas, precisamente algunas de las que han votado en contra del acuerdo. Es decir, que la limosna que Montoro ha repartido entre las comunidades autónomas, las que siguen sin poder recuperar los recortes practicados desde 2012, ahora tienen que justificar ante su población que este acuerdo es el mejor y único posible. Es decir, los más de 28.000 millones de euros en recortes en Sanidad que calculaba el PSOE en campaña electoral, se asume que no se van a recuperar en esta legislatura, pero aun así, tratarán de justificar que, gracias a ellos, no habrá nuevos recortes adicionales. Sin duda, un pobrísimo balance para un supuesto partido de Gobierno.

Si pobre es el resultado de esta negociación secreta, más difícil de justificar es el ninguneo a las organizaciones sindicales. El mismo día que se suponía que tenían que reunirse con el Gobierno para negociar la subida del salario mínimo, el PSOE anuncia el acuerdo que, de nuevo, irá al BOE en forma de Real Decreto Ley, hurtando una vez más el debate al Parlamento, la misma técnica que utilizaba el PP cuando tenía mayoría absoluta.

Una vez que se aprueben los Presupuestos, con subidas en impuestos menores y un artificio contable en el campo del Impuesto de Sociedades, el PP experimentará, una vez más, una desviación significativa en materia de ingresos públicos, lo que le llevará a tener que hacer dos cosas: o subir más adelante los impuestos más importantes como IRPF e IVA, o recurrir al ajuste del gasto, teniendo ya como aliado natural al PSOE, que tendrá que justificar que se ha creído las previsiones fuera de lugar del PP y de nuevo tendrá un gran dilema: o ser responsable o caer más aún en la irrelevancia política.

Toda esta puesta en escena estaba programada desde la toma por las armas del antiguo equipo de Ferraz y que ha alumbrado una dirección postiza que hace y deshace como si tuviese la legitimidad que otorgan los procesos orgánicos democráticos. Gracias a esta impostura, el PP puede respirar tranquilo y podrá pasar el rubicón de la minoría parlamentaria salvando al soldado Fernández de tener que convocar un Congreso rápidamente, algo que sólo ocurriría en caso de convocarse elecciones generales en el corto plazo.

Mientras esto ocurre, la gran mayoría de trabajadores/as de este país seguirán mal viviendo con salarios de miseria, tipo las trabajadoras que nos hacen las habitaciones en los hoteles, gracias a los puntos más controvertidos de la reforma laboral. Gracias también al PSOE, los sindicatos ahora tendrán más difícil la negociación salarial, el Acuerdo Marco que se retrasa y, por tanto, se han quedado sin gran parte del poder de negociación. La patronal ya ha declarado que el margen de negociación salarial es muy estrecho, por lo que la subida en convenio se podría quedar en una horquilla del 1%-1,5%, eso sí, para aquellos trabajadores cubiertos por convenio, cada vez menos por cierto.

En suma, el PP está logrando, sin despeinarse, consolidar los recortes de gasto ya implementados, mantener el grueso de las leyes más lesivas para los trabajadores, apuntalar el modelo productivo que genera pobreza real y energética y socavar cada vez el poder de negociación sindical y laboral de los más débiles.  Como era de esperar, el aliado natural para todo esto es la otra pata del sistema que, abjurando de muchos de sus principios, está intentando vender pequeñas limosnas como grandes éxitos en materia de política económica. Cuando los ciudadanos de a pie vean su nómina a partir del mes de enero, seguirán notando que siguen siendo pobres, tendrán los mismos problemas de conciliación y las listas de espera hospitalarias les mantendrán angustiados preguntándose de qué presumen el PSOE y el PP de mejoras para los más débiles. Eso sí, el hermano de Pablo Casado seguirá visitando 15 pacientes por día en el hospital y las camareras de hotel luchando por limpiar 15 habitaciones por día. Todo ello en un ambiente prenavideño en el que las cestas y las compras batirán un récord. Disfruten lo votado.

(*) Alejandro Inurrieta es economista y director de Inurrieta Consultoría Integral.
3 Comments
  1. juanjo says

    libera me domine de morte aeterna….
    :::::::::
    ¿qué otra forma había de intentar reavivar las cenizas?

  2. Maribel says

    Simplemente el PSOE sigue queriendo engañar a los ciudadanos, pero está claro que se confirman sus políticas neoliberales, pero también que después de este Gran Coalición PPSOE le va a ser muy difícil gobernar. Se ha aliado con el partido más corrupto y más recortador de derechos. Le pasará factura.

  3. sokeneit1148 says

    Bordado!!!. Muy buen artículo de verdadero analista político. Enhorabuena!!!

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