Un país con 11.746.000 personas excluidas y un 36,3% de niños pobres, según Caritas y Unicef

Actualización del 30-10-14 con datos del Informe de Oxfam

La ONG Oxfam Intermon  ha presentado hoy su informe "Iguales: acabemos con la desigualdad extrema. Es hora de cambiar las reglas". La entidad presenta nuevas pruebas de que la brecha entre ricos y pobres sigue aumentando y de que supone un obstáculo para acabar con la pobreza en el mundo. Respecto a España, el aumento de la desigualdad se ilustra con ejemplos tan impactantes como estos:

• Los 3 más ricos de España tienen una riqueza que es más de dos veces superior a la riqueza acumulada del 20% más pobre (que son más de 9 millones de personas)
• La riqueza del 1% más rico es superior a la del 70% más pobre (algo menos de medio millón de personas en España tienen tanto como 32,5 millones de ciudadanos)
• La riqueza del 10% más rico en España es superior a la del resto de la población (90%, cerca de 42 millones de personas)
• Las 20 mayores fortunas de nuestro país tienen una riqueza casi equivalente a la del 30% más pobre (cerca de 14 millones de personas).
• Entre marzo de 2013 y marzo de 2014, los 20 más ricos de España (según Forbes) han incrementado su riqueza en 15.450 millones de dólares.

Ayer miércoles, dos importantes ONGS como Unicef y Cáritas dieron otro varapalo estadístico a las declaraciones más optimistas en cuanto a la situación económica del país. Los informes presentados incluyen datos demoledores sobre la desigualdad, la pobreza infantil o la exclusión social. La conclusión general que se desprende de ambos documentos es que la crisis económica y la respuesta política a la misma ha generado más desigualdad, más pobreza y un frenazo rotundo a los progresos sociales conseguidos años atrás, que especialmente afectarán a la infancia.

Uno de los datos aportados por el informe “Los niños de la recesión”, realizado por Unicef, señala los años de progreso perdidos por las familias con hijos. Este gráfico utiliza datos de Eurostat y las estimaciones se basan en los ingresos medios equivalentes de los hogares con hijos según los precios de 2007 (un año antes de la recesión) en la moneda nacional correspondiente. Así, de los 18 países europeos, Grecia cierra la lista en cuanto a años perdidos con un total de 14. España ocupa el segundo puesto por la cola con 10 años y empatada con Irlanda y Luxemburgo. “Millones de niños padecieron los efectos inmediatos y directos de la recesión (más que otros grupos vulnerables como los ancianos) y muchos de ellos sufrirán sus consecuencias de por vida”, indica el informe en este sentido. Hay que tener en cuenta que los datos recogidos hacen referencia al período 2008-2012, por lo que el número de años perdidos podría aumentar incluso más.

El estudio destaca que esta pérdida puede apreciarse en la cada vez mayor “alienación social” y en el “menor crecimiento demográfico”. De hecho, ayer también se hicieron públicos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) que apuntan a esta tendencia de descenso de la natalidad. Para los autores del informe, este fenómeno se debe en parte a “que los jóvenes adultos postergan la formación de una familia a causa de la situación económica”.

España se sitúa entre los 5-7 últimos puestos de todas las gráficas referidas a, entre otros, aspectos como el aumento de la pobreza infantil, la tasa de desempleo juvenil, el incremento de las privaciones materiales en los niños o el aumento de los llamados “nini”, jóvenes que ni estudian ni trabajan. Destaca la recopilación de datos respecto a la autopercepción que tienen los propios ciudadanos de su evolución de vida entre 2007 y 2013. Llama la atención que nuestro país es el segundo que menos satisfacción vital tiene, según los datos. Nos supera ligeramente Grecia. Ocupamos la tercera posición por la cola al responder a la pregunta de “¿tienen los niños del país la oportunidad de crecer y aprender?”. Nuevamente Grecia es el último país, seguido esta vez por Chipre.

Respecto a otros datos globales del informe sobre pobreza infantil, España ocupa la posición número 35 de los 41 países de la UE y OCDE que más han aumentado esta tasa. Sin embargo, es el tercero, tras Grecia y Letonia, con mayor porcentaje. La tasa de pobreza aumentó entre 2008 y 2012 un 8,10%, alcanzando el 36,3% total. En cuanto a los llamados “nini”, España ocupa el puesto 36, habiéndose incrementado en 5 años un 4,1%. En 2013, ese porcentaje de jóvenes llegó al 18,6%. Unicef se muestra crítica con las políticas llevadas a cabo, que han contribuido a estos números. En concreto, resalta que “en España se han ajustado las prestaciones por desempleo, se han reducido las ayudas para la atención de los hijos y se ha eliminado la asignación universal por nacimiento”.

Una mayoría en riesgo de exclusión social

Por su parte, Cáritas junto a la Fundación Foessa presentó ayer su VII Informe sobre exclusión y desarrollo social en España. De sus datos se desprende que la situación de integración social plena representa ya a una “estricta minoría”. Es decir, sólo el 34,3% de los ciudadanos no sufre algún tipo de exclusión. En 2007 este porcentaje llegaba al 50%. “La población excluida en España asciende ya al 25% y afecta a más de 11.746.000 personas. De ellas, 5 millones se encuentran en exclusión severa. Además, hay que tener en cuenta que 2 de cada 3 personas excluidas ya estaban en esta situación antes de la crisis”, apunta el informe. La precariedad afecta a ámbitos como la vivienda y la salud y el empleo. De los 11,7 millones de excluidos, el 77,1% sufren exclusión del empleo, el 61,7% exclusión de la vivienda y el 46% exclusión de la salud.

Respecto al reparto inequitativo de la renta y riqueza, el informe de Cáritas sitúa a nuestro país como el segundo de la UE en el que más ha aumentado la desigualdad. Entre 2008 y 2012 aumentó un 8,86%, porcentaje sólo superado por Dinamarca. Por comunidades autónomas, el mayor aumento se ha producido en Aragón y Cantabria y los menores en Extremadura y Castilla y León.

Esta ONG ha destacado que en la resistencia ante estos niveles de pobreza “se identifican capitales sociales como las de la solidaridad familiar y las redes de ayuda, que, aunque con cierto riesgo de debilitamiento, resisten a pesar del largo impacto de la crisis. Del mismo modo apuntan a la importancia del cambio del papel de las persona mayores, que pasan a reforzar su perfil como cuidadores, apoyo y fuente de seguridad para las familias debido a factores como la pensión o la vivienda en propiedad.

Cáritas incluye una serie de propuestas, muy generales, “para atajar las causas estructurales de la exclusión social”. Destaca, entre otras, la petición de un sistema de garantía de mínimos para una protección social básica en todo el territorio. También apuntan a la construcción de un “compromiso redistributivo ético que nos acerque a la media europea”. “Los impuestos no pueden quedar al margen de la obligada cohesión social, ya que no es posible mantener un sistema de servicios públicos equitativo y de calidad sin la aportación de todos los ciudadanos al mismo, cada uno en función de sus ingresos y su patrimonio”, explican. En este sentido, otras ONGS han denunciado explícitamente la reforma fiscal del PP.

Ante estos datos, la secretaria de Estado de Igualdad y Servicios Sociales, Susana Camarero, salió al paso destacando datos del INE de mayo de este año. “Reflejan un estancamiento de la tasa de pobreza, datos que demuestran un cambio de tendencia que tenemos la obligación de mantener desde el Gobierno”, señaló. Asimismo, anunció que el Gobierno aprobará en las próximas semanas el Plan de apoyo integral a la familia para el que están trabajando con las entidades del Tercer Sector y recogiendo "medidas transversales", así como las aportaciones de organizaciones que trabajan con la infancia y la familia.